Ser tu propio jefe tiene sus ventajas y ser el propio promotor de tu casa, también. Las viviendas de cooperativa son un tipo de inmueble que se constituyen previo acuerdo de un grupo de personas que, en función de sus ahorros, compran un terreno y eligen un órgano rector para levantar un edificio de viviendas. El hecho de prescindir de una promotora permite evitar muchos intermediarios en el proceso, llegando a abaratarlo, incluso, hasta un 20% o 30%.

Esta no es la única ventaja que ofrecen las cooperativas de viviendas; tener el control en todas y cada una de las decisiones del inmueble permitirá reducir costes en materiales, diseño y beneficiarse de la entidad financiera que ayudó a la cooperativa para conseguir mejores condiciones en su hipoteca.

Es importante destacar que, una vez se termina la construcción, la cooperativa se disuelve.

Los imprevistos, el talón de Aquiles de las viviendas de cooperativa

Uno de los inconvenientes de este tipo de viviendas es el desembolso inicial que se requiere. Será necesario que los socios de la cooperativa adelanten el capital para llevar a cabo la construcción y, en ocasiones, eso puede ser una suma importante de dinero.

Por otro lado, los plazos de entrega no siempre suelen ajustarse. Eso, unido a los imprevistos que puedan surgir durante el proceso, pueden hacer que el presupuesto no siempre se ajuste a lo planeado. Por ejemplo, un problema común es que las viviendas sobrantes no consigan adjudicarse a ningún otro socio o algunos se den de baja durante la construcción añadiendo un sobrecoste de la obra al resto de propietarios.

¿Qué hipoteca puedo contratar?

El tipo de financiación a la que podemos optar a través de una cooperativa también supone una de sus principales ventajas. Por lo general, los propietarios pueden decidir entre continuar con el préstamo con el que se ha estado financiando la obra o subrogar la parte restante a un nuevo banco. La primera opción suele ser bastante atractiva puesto que son varias las hipotecas solicitadas a un mismo acreedor. 

“A pesar de que las condiciones que tuviéramos con la entidad financiera al inicio del proyecto fueran buenas, siempre es aconsejable comparar. Sobre todo, teniendo en cuenta que con la Reforma de la Ley Hipotecaria de 2019 los costes por subrogar o cambiar la hipoteca de banco se han visto considerablemente reducidos”, apunta el director de Hipotecas de iAhorro, Simone Colombelli.

Por Xelena Niedbala (iAhorro)