El mercado de permuta de viviendas en España está en pleno crecimiento. Según el último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE), en lo que llevamos de año se han registrado un total de 924 de estas operaciones, el número más alto desde 2015.
“La permuta de viviendas es el intercambio de una vivienda por otra”, explica Montserrat Junyent, asesora jurídica del Consejo General de COAPI España y del COAPI de Barcelona, quien añade que “cuando además del intercambio se aporta dinero, se trata de una permuta mixta”.
La experta explica que normalmente la permuta “suele quedar circunscrita a operaciones vinculadas a la promoción” en las que el propietario de un terreno, «intercambia con el promotor, el solar por pisos, locales o parkings de la nueva construcción”.
Junyent señala, por lo tanto, que no es una fórmula “habitual” entre particulares, aunque advierte de que es posible que se esté explorando con más frecuencia en la actualidad. “Es difícil que dos inicialmente vendedores consideren adecuado a sus intereses el producto del otro, lo que limita ya de por si este tipo de transacciones”, explica.
De forma genérica, se suele asociar la permuta de viviendas con las crisis económicas, ya que este tipo de operaciones registró máximos históricos en 2008, cuando se registraron más de 7.000 operaciones, muy lejos de los datos actuales a pesar del repunte.
¿Cómo funciona la permuta?
Junyent señala que en una permuta no existen “limitaciones ni requisitos especiales acerca del intercambio”, tan solo que se permuten dos viviendas, por lo que, en la práctica, se puede intercambiar cualquier vivienda.
Por consiguiente, la experta señala que “el tratamiento fiscal es similar a la compraventa”, por lo que tras efectuarla se deben pagar “la notaría, registro, plusvalía municipal e ITP”. Además, afecta al IRPF en cuanto se produzca una ganancia o pérdida patrimonial con el cambio. Así, Junyent recomienda que se trate de permutar viviendas “con valor equivalentes”.
Por último, la experta descarta que la fórmula “tenga recorrido entre particulares”. Sin embargo, destaca que “es posible que se abra una nueva línea en la que, si se oferta el producto en esa modalidad, los interesados puedan acabar cerrando operaciones”.
En este sentido, Junyent apunta a que para que estas operaciones puedan funcionar, es básico que los inmuebles encajen a los propietarios de las viviendas.
