No se habla de otra cosa en los medios. El gran apagón, también denominado blackout, lleva copando los titulares de los principales periódicos desde hace más de una semana. Pero, ¿por qué? Bueno, el origen de todo se encuentra nada más y menos que en Austria. Esta pasada semana, el Ministerio de Defensa de Austria con su responsable al mando, Klaudia Tanner, ha explicado a sus ciudadanos que en los próximos cinco años hay un 100 % de posibilidades de que se produzca un gran apagón energético.
Cuentan que se trata de un escenario perfectamente posible, esto es, un ‘peligro real’. Por eso emplazan a la población a prepararse, haciendo acopio de víveres y preparando lo que se denomina un kit de supervivencia. El caso es que, en 2017, fue este mismo ministerio el que pronosticó el estallido de una gran pandemia, que finalmente terminó parando el mundo en 2020. Para alertar a la población sobre los peligros de este apagón, el Gobierno difunde un vídeo del Ejército en el que recomienda a los ciudadanos austriacos comprar comida, combustible, agua potable, velas y otros productos de primera necesidad.
Tras la crisis por la COVID-19 todo parece perfectamente posible, pero… ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es real la amenaza? ¿Tendríamos que estar preparando ya ese kit de supervivencia?
¿En serio se avecina el gran apagón?
Si tuviéramos una respuesta en firme, seguramente ya estaríamos preparados para lo que pudiera suceder. Pero la amenaza de un gran apagón podría tener unas consecuencias tan nefastas para la sociedad, que se nos hace difícil pensar en que pueda ser posible. De momento, el gobierno austriaco no se ha pronunciado acerca de las posibles causas, pero apunta a varias, que podrían estar relacionadas con fallos técnicos, desajustes del sistema o sobrecargas por picos de demanda. También señalan a las causas climatológicas, que podrían tener que ver con las olas de frío y calor cada vez más frecuentes.
Pero para saber qué puede suceder hay que consultar a los expertos. Nos ha parecido interesantísima la entrevista que NIUS Diario ha realizado a Antonio Turiel, investigador Científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. En esta, Turiel explica que hay escasez de gas, carbón, petróleo y uranio, porque estamos (aunque parezca que no nos hayamos dado cuenta todavía) en un planeta con recursos finitos. Ha explicado, además, que España se encuentra en una especie de isla energética, muy poco conectada con Europa. No sucede lo mismo en nuestros países vecinos, los de arriba, que sí tienen el problema de contar con redes súper conectadas, en las que cualquier problema puede afectar a las redes vecinas y terminar provocando apagones. Si sucediera algo, sería relativamente fácil cortar las conexiones con Europa y salvarnos del desastre, por así decirlo.
Aun así, explica que España no debería dormirse en los laureles, porque se se produce una descompensación muy grande a nivel europeo, el sistema podría colapsar. Estamos en un contexto en el que falta gas y el precio está subiendo. La situación es ciertamente delicada.
Ribera garantiza el suministro de gas en España, con reservas para cubrir 20 ‘Filomenas’
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha insistido que España cuenta con reservas de gas para entre 40 y 43 días, lo que llegaría para cubrir 20 episodios como el de Filomena. «El episodio más tenso que hemos vivido en los últimos años ha sido Filomena y consumimos el equivalente a dos días. Tenemos una reserva muy, muy, muy importante», ha defendido la ministra en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.
Ribera ha subrayado que España lleva trabajando desde hace meses en garantizar el suministro de gas debido a que las relaciones entre Marruecos y Argelia estaban rotas desde el verano y sabiendo que no iban a renovar el contrato que finalizaba el 31 de octubre para el gasoducto Magreb-Europa, a través de cual Argelia transportaba gas natural a España vía Marruecos.
Ante esta situación, España decidió acumular reservas e incrementar los ‘slots’, es decir, la llegada de barcos durante todo el invierno para la descarga en plantas regasificadoras, lo que ha permitido contar actualmente con reservas para entre 40 y 43 días de consumo.
Además, Ribera ha señalado que el gasoducto de Medgaz se está preparando para bombear más gas, lo que prácticamente permitiría cubrir el consumo previsto para España para este año. «Todavía habría una parte importante, pero menor, del conjunto de gas que tendremos que consumir en 2022 que llegará a través de barco«, ha explicado la ministra.
En todo caso, ha recordado que Argelia ha mostrado su plena predisposición a ofertar más gas a España si fuera necesario. «A partir de ahí son las propias compañías las que entran en contrataciones técnicas y de precio», ha indicado.
Tranquilidad: no habrá apagón eléctrico
La ministra ha asegurado que, con arreglo a toda la información disponible, no se está ante ningún escenario que lleve a pensar en un apagón eléctrico.. «Con toda la tranquilidad y rotundidad, éste no es un escenario probable para España», ha señalado Ribera, que ha pedido «tranquilidad» a los españoles porque el sistema funciona bien, tal y como se demostró con Filomena.
Además, ha indicado que España es «casi una isla energética», con una interconexión que, aunque inferior a la deseada por el Gobierno, supone al mismo tiempo un «cordón sanitario, una barrera» para que cualquier problema en una línea europea acabe repercutiendo en España.
En cuanto al precio de la luz, Ribera mantiene el compromiso del Gobierno de que a finales de 2021 el precio medio que pagarán los hogares será equivalente al de 2018. La ministra ha negado que España tenga «la menor intención» de salirse del marco de la Unión Europea y ha precisado que lo que se le pidió a Bruselas era suspender algunas de las reglas vigentes en el mercado eléctrico, como se ha hecho a otro nivel con las reglas fiscales.
Por último y en relación a la reforma laboral y la polémica entre los dos partidos del Gobierno, Ribera considera «hasta cierto punto normal» que cada uno de los ministros que se siente implicado intervenga. En todo caso, ha insistido en que esta reforma debe hacerse con el consenso de los agentes sociales y que «hay que escuchar bien» a todas las partes implicadas. En su opinión, habrá acuerdo y se logrará «de manera pacífica».