Eloy Bohúa, director general de Planner Exhibitions, empresa organizadora de las ferias SIMA, y Juan Fernández-Aceytuno, consejero delegado de ST Sociedad de Tasación, han dado a conocer la quinta edición del informe El perfil del comprador de vivienda. Este informe analiza los comportamientos y las expectativas de las personas que están en búsqueda activa de una vivienda a partir de los datos recogidos en las encuestas de satisfacción y de perfil del visitante que se elaboran con motivo de la celebración del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA).
El informe de este año confirma la mayoría de las tendencias apuntadas en la edición de 2018, en especial las tres principales. En primer lugar, que la flexibilidad presupuestaria de los potenciales compradores comienza a tocar techo ante el repunte de los precios. En segundo lugar, que se sigue incrementando el porcentaje a financiar como estrategia para compensar las subidas. Y, en tercer lugar, que el plazo de decisión para la compra de una vivienda sigue dilatándose.
Además, y de acuerdo con los datos del informe, el porcentaje de jóvenes (encuestados entre 25 y 35 años) que desea comprar una vivienda parece haberse estabilizado en torno a un tercio del total de los demandantes. Una cifra que parece poner en duda la opinión generalizada de que los millennials están siendo expulsados del mercado residencial.
A diferencia de los dos últimos años, “mejorar la vivienda actual” ya no es la principal razón de la compra. En 2019 esta es “cambiar de alquiler a propiedad”. Así lo asegura en 43,7% de los encuestados. En tercer lugar, figura el deseo de “formar un nuevo hogar”, la aspiración del 20,7% de los entrevistados este año.
Se tarda más a encontrar vivienda por culpa de los precios
El informe apunta al repunte de los precios como la causa que está detrás del alargamiento del período de búsqueda activa de una vivienda. El porcentaje de personas que lleva haciéndolo menos de seis meses vuelve a reducirse por segunda vez consecutiva. Lo mismo ocurre con aquellas que llevan entre uno y dos años, lo que permite deducir que este es el período más habitual que se tarda en encontrar una vivienda.
Una evolución similar se registra en el plazo de decisión de compra. De hecho, en 2019, el porcentaje de personas que prevé adquirir una vivienda a un año vista disminuye algo más de 7 puntos respecto a 2018, influidas, muy probablemente, por la expectativa de un ajuste de su valor. Otro dato a destacar en esta variable es el significativo incremento de la incertidumbre en torno al plazo de decisión de compra de la vivienda, que aumenta algo menos de 4 puntos.
El actual ciclo alcista también parece explicar que el trasvase entre las diferentes franjas presupuestarias haya tocado techo. Es una afirmación especialmente relevante para los encuestados con un presupuesto superior a los 300.000 euros, que en 2019 rompen con la tendencia alcista de los últimos años. El resto de los presupuestos analizados –hasta 150.000 euros y entre 150.000 y 300.00 euros– tiene una evolución, tanto a la baja como al alza, muy discreta.
Respeto al importe a financiar, la tendencia es muy clara: cada vez son menos quienes tienen que solicitar una hipoteca menor y más los que tienen que solicitarla mayor. Por otra parte, la gran mayoría de los encuestados prevé contratar un préstamo de hasta 210.000 euros (66,4%, 2,4 puntos más que en 2018), que también en un porcentaje mayoritario será en forma de hipoteca a interés fijo (42,4%, casi 15 puntos más que los partidarios de la hipoteca a interés variable).
Dedicar entre el 30% y el 50% del sueldo al pago de la hipoteca
Finalmente, el informe de Planner Exhibitions y ST Sociedad de Tasación profundiza en el esfuerzo financiero necesario para comprar una vivienda, por una parte, y en el impacto que este puede llegar a tener en el consumo cotidiano de los futuros propietarios, por otra.
En relación al esfuerzo, el informe confirma su curva ascendente, hasta el punto de que más de la mitad de los encuestados (53,5%) afirma que tendrá que dedicar entre el 30% y el 50% de los ingresos al pago de la hipoteca y un 7,2%, destinar incluso más del 50%. Además, este incremento en el esfuerzo financiero comienza a impactar muy negativamente en el consumo cotidiano, al menos para el 48% de los encuestados, que asegura que tendrá “dificultades para afrontar imprevistos”, “estar pendiente de cada gasto” o “suprimir su ocio diario”.