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¿Cómo se abrirán las piscinas en comunidades con la COVID-19?

Desde que se decretó el Estado de Alarma, el pasado 14 de marzo, las comunidades de vecinos han tenido que adaptarse a las medidas impuestas por el Gobierno, que incluyen salir poco de casa, clausurar espacios comunes y adoptar cuidados de limpieza extrema.

Entre los cuidados esenciales que deben realizarse, figuran mantener una distancia de más de un metro con el resto de las personas, evitar las zonas comunes, extremar la limpieza diaria con geles desinfectantes, lejía o alcohol y clausurar todas las áreas y espacios comunes que no sean de primera necesidad en el edificio, incluidas azoteas y terrazas.

Para Mercedes Blanco, CEO fundadora de Vecinos Felices, unidad de negocio de Fincas Blanco y vicepresidenta primera de Fiabci España“la cooperación y el apoyo de los vecinos han sido claves para evitar la propagación del virus dentro de las comunidades.  Hemos enviado recomendaciones y medidas a adoptar desde nuestra administración, como la reducción al mínimo posible de los envíos domiciliarios, evitando la entrada en el edificio de personas ajenas”.

Y si bien los espacios comunes han dejado de utilizarse y la interacción entre los vecinos ha ido disminuyendo cada día. La solidaridad, cooperación y compañerismo entre los habitantes de las comunidades ha generado un sentido de pertenencia nunca antes visto.

Las nuevas medidas de cara a la desescalada

Con el progresivo avance de la desescalada y la cercanía del fin del Estado de Alarma, lo que más preocupa ahora es cómo se utilizarán los espacios comunes y piscinas comunitarias de las vecindades.

Según el Consejo General de Colegios de Administraciones de Fincas, en la mayoría de las comunidades no hay personal responsable a cargo del control del uso de las instalaciones recreativas y de la orden de aforo del 30%.

“Es muy difícil coordinar una piscina comunitaria con cita previa o reserva. Sobre todo porque eso requeriría mayor personal y un aumento de los costes de la comunidad”, afirma Blanco. “Desde Vecinos Felices vamos viviendo la desescalada cada día, y nos concentramos en las medidas que ya han comenzado a aplicarse a partir de la fase 2.  La situación supondrá un esfuerzo económico a los propietarios porque se incrementarán los costes de mantenimiento de la piscina y limpieza de espacios comunes”, agrega.

De esta forma, a los vecinos les han ido comunicado una serie de medidas que deberán respetar en todos los casos, apelando a la colaboración de las comunidades. Y que son de uso común para todas las administraciones:

  • Salir de casa sólo para lo imprescindible y lavarse las manos antes y después de hacerlo.
  • Mantener una distancia de al menos dos metros entre las personas que se encuentren en las áreas comunes.
  • Extremar la limpieza diaria propia y del exterior de las viviendas.
  • Utilizar el ascensor de forma individual y con la protección de manos necesaria.
  • Evitar hacer pedidos que impliquen envíos domiciliarios dando acceso a personas ajenas a la comunidad.
  • Ayudar a los vecinos mayores o personas más vulnerables  a realizar compras, y evitar que estén expuestos a posibles contagios.
  • Seguir las recomendaciones expuestas en el tablón de anuncios de la comunidad.
De cualquier manera, lo más importante es preservar a cada una de las personas que vive en una comunidad de vecinos. “La prohibición del uso de los espacios comunes, como instalaciones deportivas, así como la  restricción de realización de obras en el edificio, viviendas y locales  sin duda han ayudado mucho de cara al avance  a la Fase 2 y 3 en las distintas comunidades del país”, finaliza Mercedes Blanco.
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