“Los jóvenes madrileños que desean comprar una vivienda lo tienen difícil, pero no imposible”. Esta es la principal conclusión que puede extraerse de los datos recogidos en el informe Los jóvenes madrileños y su acceso a la vivienda en propiedad, elaborado por el Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA) y que hoy ha presentado su director general, Eloy Bohúa, en un encuentro informativo celebrado en la Asociación de la Prensa de Madrid.
En su intervención, Eloy Bohúa ha querido transmitir un mensaje positivo en torno a la cuestión central del informe: las condiciones de acceso a la vivienda en propiedad de la generación millennial de nuestra comunidad. “Más allá de cualquier incertidumbre, nuestro informe confirma una realidad incuestionable: que la demanda de vivienda sigue renovándose con la llegada de jóvenes al mercado residencial”. De hecho, tal y como se apunta en el informe, cinco de cada diez jóvenes madrileños que en la actualidad están buscando activamente una vivienda con el propósito de adquirirla comenzaron a hacerlo hace menos de seis meses.
¿Cuál es el perfil de este demandante de entre 25 y 35 años y qué le lleva ahora a querer convertirse en propietario de una vivienda? El informe de este año refleja un interesante cambio cualitativo respecto a anteriores ediciones: los factores de índole personal comienzan a cobrar una importancia creciente. Ya no es tan decisivo disponer de los ahorros suficientes como el deseo de formar una familia. La razón principal de este cambio hay que buscarla en la creciente confianza de los jóvenes madrileños en su futuro profesional, bien porque han encontrado un trabajo estable, bien porque su salario ha mejorado.
“Resulta evidente que el mercado residencial comienza a imponer su lógica”, ha explicado Bohúa. “El acceso a una vivienda en propiedad ya no es solo cuestión de expectativas, sino también de realidades. El deseo de formar una familia o de independizarse como propietario y no como inquilino (la motivación de casi la mitad de los encuestados), presuponen un grado determinado tanto de desarrollo personal como profesional y económico. No hay duda de que la revalorización de los precios residenciales está elevando el perfil del comprador joven de vivienda”.
El informe de SIMA profundiza también en los condicionantes del acceso de los jóvenes al estatus de propietario. Un acceso complicado, que se ha endurecido en los últimos años y que les sitúa en una posición más vulnerable que la del resto de la población madrileña. Dificultades que se trasladan, en primer lugar, al presupuesto de compra. Así, mientras continúa decreciendo el porcentaje de encuestados con un presupuesto menor de 180.000 euros (en los dos últimos años ha descendido siete puntos hasta situarse en el 23,2% de la muestra), aumenta el de jóvenes con un mayor poder adquisitivo (hasta 300.000 euros), sin duda como resultado de la necesidad de adaptación a las condiciones actuales del mercado residencial en la Comunidad de Madrid.
La mayoría de jóvenes tendrían que financiar más del 80%
Con todo, el esfuerzo de los millenials madrileños no parece ser suficiente. Mientras que su presupuesto medio ha aumentado un 6% entre 2017 y 2019 (desde 244.115 € hasta 258.671 €), el Índice de Precios de Vivienda del INE referido a la Comunidad de Madrid, lo ha hecho en el mismo periodo en un 22%, casi cuatro veces más.
Al igual que sus mayores, los jóvenes madrileños buscan en la hipoteca la forma de contrarrestar la brecha los incrementos de precio. El dato más llamativo es el porcentaje de encuestados que tendría que financiar más del 80% del precio de adquisición, que se sitúa ya en el 43%, la cifra más alta de la serie histórica del informe. Por el contrario, la proporción de jóvenes con necesidad de financiar menos del 80% del precio de la vivienda (lo que en términos financieros se considera porcentajes sostenibles) se reduce hasta el 57% (seis puntos menos que la media de los dos años anteriores).
El importe de la hipoteca también refleja la presión alcista de los precios residenciales. Así, el porcentaje de jóvenes madrileños que necesitaría una hipoteca de hasta 180.000 euros se desploma en solo un año desde el 58,2% hasta el 40,2%, mientras que el de aquellos que solicitarían entre 180.000 y 240.000 euros o entre 240.000 y 300.000 euros se incrementa en casi 7 y 9 puntos, respectivamente, en el mismo período. Por su parte, la caída del porcentaje de potenciales solicitantes de una hipoteca por debajo de 180.000 euros es, ante todo, una prueba de “realismo”: resulta evidente que la subida de precios exige un esfuerzo hipotecario cada vez más intenso.
Frente a este estado de cosas, no deja de llamar la atención el optimismo que traslucen los encuestados cuando se les interroga por sus posibilidades de conseguir la hipoteca que desean (el 45% se decanta por una de tipo fijo y el 19% por una de interés variable). Ocho de cada diez jóvenes manifiestan contar con “muchas” o “bastantes” posibilidades de contratar la hipoteca que necesitarán, a pesar de que tres de cada diez encuestados reconozca que “todavía no ha hablado con ningún banco”. La mejora del acceso a la financiación, por una parte, y la estabilidad de los tipos de interés, por otra, se apuntan en el informe como las razones de este optimismo millennial.
Jóvenes, ¿un colectivo vulnerable?
El informe elaborado por el Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA) dedica un capítulo final a analizar las condiciones de acceso a la vivienda de los jóvenes madrileños en relación al conjunto de visitantes de SIMA encuestados. La conclusión no ofrece dudas: los millennials son, con diferencia, el colectivo de edad más vulnerable y el que muestra una menor flexibilidad para adaptarse a los cambios del mercado residencial.
De acuerdo con los datos del informe, cinco de cada diez jóvenes precisan la solidaridad familiar para poder comprar una vivienda. Una proporción que no deja de crecer: en 2018 eran cuatro de cada diez. Además, se trata de una ayuda trascendental. Sin ella, la mayoría de los jóvenes no podría emanciparse o, de hacerlo, sería a costa de cambiar radicalmente sus planes.
En lo relativo al presupuesto medio, el de los jóvenes es un 6% inferior al del total de la muestra entrevistada. También lo es su capacidad para incrementarlo: 4,5% en 2019 frente al 8,7% del conjunto de los encuestados. Asimismo, la estadística corre en contra de los millennials en lo que al importe de la compra a financiar se refiere: el porcentaje de quienes no tienen necesidad de financiar cantidad alguna está 9 puntos por debajo de la media global, y casi 10 puntos el de quienes deberían financiar más del 50%. Con todo, el dato más preocupante es que el 42,8% de los jóvenes encuestados necesitaría financiar más del 80% del precio de compra, 15 puntos por encima que el total de la muestra.