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Convertirse en inquilino de su propia casa para ganar liquidez

closeup on bunch of home keyselmundo.es, Pablo Ramos, 31 de octubre – Vender tu casa para lograr liquidez y seguir viviendo en ella ya es posible. Y sin intermediación bancaria. Esta operación consiste en que el dueño firme en un mismo contrato de venta las condiciones del posterior arrendamiento para ser el inquilino del que era su hogar. Esta reciente fórmula aterrizada en el mercado de los particulares tiene quizá su mejor garantía en los bancos y empresas. Estas compañías hacen uso desde el inicio de la crisis del sale & lease back, su denominación en inglés, para vender sus sedes y continuar ocupándolas como inquilinos, ganando solvencia y evitando deudas.

«Vendes tu inmueble y recibes el dinero, pero permaneces viviendo en él porque te conviertes en el arrendatario del comprador», explica José María Granados, fundador de Lisbak, la primera plataforma española de venta y alquiler simultáneo. El método es muy sencillo. Se trata de contratos estándar de compraventa y arrendamiento unificados en uno solo y sus características se amoldan al perfil del vendedor, desde menores de 65 años a pensionistas y empresas.

Una alternativa nueva

Esta pionera compañía, con dos meses de vida, actúa de intermediaria entre los clientes y nace como una alternativa a productos bancarios como la hipoteca inversa. Dispone de un sistema de pujas, donde los interesados hacen sus ofertas sin que éstas sean vinculantes. «El dueño negocia el precio que quiere por su casa y el alquiler mensual que pagará. Una combinación muy atractiva que le permite quedarse con la mejor propuesta», apunta Granados. «Además», prosigue, «si la vivienda pertenece a propietarios pensionistas, cabe recordar que la duración de los contratos de alquiler puede llegar a tener carácter vitalicio».

Con esta práctica, en contra de lo que ocurre con la hipoteca inversa, no se contrae deuda alguna. La persona vende su inmueble y recibe íntegramente el importe de la venta, disfrutando de su dinero en vida y permaneciendo en su casa durante el plazo pactado. Con los bancos no se da esta situación, ya que el precio de venta será, de forma innegociable, el que estime el tasador establecido por la entidad. Además, con el sistema de venta y alquiler simultáneo, al fallecer el propietario, los posibles herederos no asumen responsabilidad frente a nadie y podrán acceder al dinero que se obtuvo por la venta -lo que el vendedor no haya gastado en vida- en metálico. «Por el contrario», detecta Granados, «en la hipoteca inversa se reciben pagos mensuales que no siempre satisfacen los intereses económicos de los propietarios y la deuda, si aceptan la herencia, es para los descendientes».

«Con este nuevo sistema, la rentabilidad para el que compra se produce desde el primer minuto», recalca Granados. El inquilino de la casa adquirida viene de serie, pues se trata del mismo vendedor. Y esto tiene ventajas añadidas. Resulta difícil pensar que alguien vaya a darle un mal uso a su casa de toda la vida.

En general, los jubilados con una baja pensión y aquellos que piensan en futuros conflictos hereditarios configuran el perfil más habitual del vendedor-arrendatario. «Para mayor comodidad», recuerda Granados, «no se requiere conocimientos financieros, pues se trata de firmar un par de contratos». Así pues, bastará con colgar el inmueble en el portal y esperar ofertas donde negociar también la mensualidad del alquiler.

El fundador de Lisbak pondera el lema «una inversión es para disfrutarla en vida» y defiende que la idea «supone cambiar el chip, pues vender tu casa sin irte de ella es una novedad que, como todos los cambios, necesita tiempo para madurar».

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