El País, Sandra López Letón, 06 de diciembre – El pasado deja huella. Cada vez son más los urbanitas que buscan refugio y algo de consuelo en alguna de las aldeas abandonas de la geografía española. Oro puro. Si la industrialización dejó sin vida miles de pueblos españoles, ahora la crisis los ha puesto en el punto de mira de aquellos que intentan volver en busca de una oportunidad.
El medio rural, que lucha contra la despoblación, los acoge con los brazos abiertos. Algunos prueban suerte emprendiendo negocios rurales. Otros buscan alejarse del asfalto, que se pare el tiempo y teletrabajar. Y otros agarran con fuerza las ofertas de trabajo que se ofrecen en aquellos lugares (carpinteros, panaderos, farmacéuticos, pintores, arquitectos…).
En España hay unos 3.000 pueblos o aldeas abandonadas, algunas se están habitando y otras no están en venta, señala Rafael Canales, responsable de Aldeasabandonadas.com, web española especializada en la venta de aldeas abandonadas y casas rurales. Solo cuelgan el cartel de “Se vende” unas 60. “No todas se comercializan, la mayoría porque falta documentación para registrarlas”. Este portal recibe una media de 300 solicitudes de información al día, lo que da muestra de la demanda y el interés por la vuelta al campo. De hecho, la venta de pueblos y aldeas ha crecido un 19% respecto a 2011.
“Hay una tendencia clara de vuelta a los pueblos debido a la crisis inmobiliaria. Vuelven a ser habitados por la calidad de vida, por la ansiedad de vivir en las ciudades. No es lo mismo trabajar desde Madrid que desde una aldea, y por menos de lo que cuesta un piso en el centro se pueden comprar un pueblo entero”, explican en Aldeasabandonadas.com.
El entorno rural gana algo de terreno a la maltrecha economía de la ciudad. Y atención porque el boom también puede ser rural: las casas de pueblo se están revalorizando. “En diez años van a quedar pocas y su precio aumentará, y en el caso de Galicia y Asturias, el triple”, dice Canales. Pero de nuevo la gente se topa con las dificultades para encontrar financiación. “Recibimos un aluvión de correos, pero algunos son para decirnos que les falta el dinero o no tienen garantías para un préstamo hipotecario”, dice Canales.
El 97% de los que compran suele adquirir la aldea completa, aunque también se realizan compras parciales. Hay pueblos donde apenas siguen en pie 7 u 8 casas, otros con 30 y en Burgos hay uno en venta con 70 viviendas.
¿Quién compra? Los datos sorprenden porque el 70% son particulares, y el 30% restante, hosteleros. Hace tres o cuatro años era a la inversa. Algunos hacen uso del teletrabajo —son profesionales liberales que pueden trabajar desde cualquier parte del mundo—, otros deciden montar un negocio de turismo rural y los que vivían en la ciudad y se han quedado en paro buscan suerte en el mundo rural. Algo más de la mitad de los compradores son españoles (el 55%), y el resto, foráneos (alemanes, ingleses, holandeses, belgas y americanos).
Sin ir más lejos, la última aventura rural ha sido la de una pareja de ingleses que ha comprado una aldea de una hectárea en el valle del Eo, en Pontenova (Lugo), ocupado por cuatro casas y un hórreo. Les ha costado 125.000 euros, por debajo del precio medio de una vivienda normalita, tirando a básica, en una ciudad española. Cada casa cuenta con su propio título y se encuentra con toda la documentación en regla, incluyendo catastro y registro.
Los hay más baratos y más caros. En Galicia se vende uno por 140.000 euros, en la zona de Ribera Sacra, Lugo. El más caro está en Cataluña: 4,5 millones de euros en la comarca catalana de Anoia, Barcelona. Ahora bien, cuanto más cerca de las grandes urbes y mejor comunicado, más caros. A 72 kilómetros de Madrid, entre Peguerinos y Santa María de la Alameda, entre Madrid y Ávila, se vende un pueblo en ruinas. Las propiedades en venta son 23 parcelas de un total de 40. Son 4.144 metros cuadrados y su precio de salida son 900.000 euros negociables.
A menos de cuatro kilómetros de la localidad segoviana de Pedraza, a 40 de Segovia y a 120 de Madrid hay un pueblo deshabitado en venta llamado La Alameda. “Las parcelas y ruinas que están a la venta conforman el 60% del pueblo y disponen de unos 1.800 metros de terreno. Tiene un proyecto de urbanización con licencia pagada para poder construir siete casas. El precio actual es de 380.000 euros negociables”, explica Ramón Amat, de la agencia Rústicas Singulares. Luego se venden casitas para restaurar por mucho menos. Por ejemplo, dos viviendas en la aldea de Castro de Carballedo, Ribeira Sacra (Lugo) se comercializan por 26.000 euros.
El precio por rehabilitar una de estas construcciones en ruina depende de un sinfín de factores, pero los costes de rehabilitación pueden oscilar entre los 750 hasta los 1.100 euros por metro cuadrado, dice Amat.
Déjate adoptar por un pueblo
El proyecto Abraza la Tierra tiene como objetivo frenar la despoblación de los pueblos españoles. Trabaja en 19 zonas de España e intermedia para facilitar la llegada y la integración de nuevos pobladores emprendedores a las zonas rurales. “Asesoramos a la gente que quiere venir a nuestros pueblos a emprender un nuevo proyecto de vida”, señala Juan Carlos Aguilar Cuevas, técnico de Abraza la Tierra. Entre sus funciones están la información y acompañamiento a los nuevos emprendedores en el momento de seleccionar el pueblo; información para el desarrollo del proyecto laboral-empresarial-productivo o la obtención de trabajo; ayuda sobre las ayudas y subvenciones para cada proyecto y seguimiento de la acogida y el proceso de integración.