Por Noelia Pérez (iAhorro)
Cuando te vas a comprar una vivienda, las opciones son múltiples: piso, dúplex, chalé, adosado, casa independiente… Y la elección normalmente radica en el precio que estés dispuesto a pagar por el inmueble y la ubicación del mismo. Si descartas la idea de que sea un piso de una finca con más vecinos, el abanico de posibilidades se amplía y, todavía más, si tienes un terreno en propiedad que sea urbanizable.
Por un lado, si cuentas con un lugar en el que construir la vivienda podrás optar por una vivienda de autopromoción. ¿Qué significa esto? Puedes hacer propia casa, a tu gusto y necesidades, sobre ese terreno. Este es el sueño de cualquier propietario y las opciones para poder hacerlo también son varias: construir una casa tradicional desde cero, de ladrillo; o decantarte por una casa prefabricada o modular.
¿Qué es una casa prefabricada?
Es un tipo de vivienda que se construye a gusto del consumidor completamente en fábrica y que después se instala sobre una parcela o terreno. Una de sus ventajas es el tiempo de construcción, que normalmente es mucho menor que el de una vivienda tradicional, al igual que su precio, aunque este depende de los materiales que el propietario elija para construir su casa y las dimensiones de la misma.
¿Qué es una casa modular?
Las casas modulares son un tipo de casas prefabricadas, ya que también se construyen en fábrica o taller. Se diferencian las casas prefabricadas al uso de las modulares que estas últimas se construyen y diseñan por módulos. Por ejemplo, dentro de la casa modular un módulo sería la cocina, otro diferente el salón, otro el baño… etc. Todas las estancias se unen, a posteriori, sobre el terreno en el que se vayan a instalar
Otra de las diferencias es que una casa modular suele ser de un tamaño superior al de las casas prefabricadas que se construyen de forma conjunta ya que se pueden ensamblar tantos módulos como el propietario desee. Eso sí, su precio también suele ser superior al de las viviendas prefabricadas que no son modulares.
Una premisa que debemos tener en cuenta para saber diferenciar una casa prefabricada de una modular es que todas las casas modulares son prefabricadas, pero no todas las casas prefabricadas son modulares.
¿Son todas las casas prefabricadas viviendas de autopromoción?
La respuesta a esta pregunta es un no rotundo. No todas las autopromociones tienen por qué ser casas prefabricadas o modulares, ni tampoco todas las casas prefabricadas o modulares son una autopromoción. De hecho, en caso de que no tengas un terreno en propiedad ni intención siquiera de comprarlo, podrías igualmente comprarte una vivienda prefabricada, aunque no podría ser autopromoción.
Por ejemplo, existen promotoras, como Aedas Homes, que venden viviendas modulares, de obra nueva, situadas en un terreno que es de la propia promotora.
¿Qué diferencias hay a la hora de pedir la hipoteca?
Como en el caso mencionado anteriormente, si la vivienda prefabricada está construida sobre el terreno de una promotora a la que le compras la casa, no hay ninguna diferencia a la hora de pedir la hipoteca para esta casa que para cualquier vivienda de ladrillo que esté construida en una finca.
Pero para pedir una hipoteca para una vivienda de autopromoción, sea o no prefabricada, el proceso es más complejo, ya que los bancos te piden que el terreno donde vayas a poner la casa sea urbanizable y que esté pagado o casi pagado, que tengas un presupuesto de obra hecho por un arquitecto y una licencia municipal para la construcción concedida por el Ayuntamiento, entre otras cosas.
En cuanto a las condiciones de la hipoteca, son similares a las de una normal: los bancos suelen conceder el 80% del precio total a pagar a modo de financiación si la vivienda es primera residencia, con un plazo máximo de amortización de unos 30 años, y también ofrecen préstamos a tipo fijo, variable o mixto. Eso sí, no todos los bancos conceden hipotecas para vivienda de autopromoción, por lo que la mejor de las opciones es consultar y comparar las distintas opciones del mercado.
Además, a diferencia de las hipotecas para una vivienda que no sea autopromoción, este tipo de préstamos se conceden en tres fases:
- Una primera fase inicial en la que el banco reparte normalmente el 50% del crédito concedido para que la obra pueda comenzar. Antes de que esto pase, eso sí, la obra deberá estar aprobada y presupuestada.
- Fase de cimentación: a medida que avanza la obra el banco irá aportando más capital. Para que esto ocurra el arquitecto deberá ir presentando a la entidad las certificaciones correspondientes que prueben el avance de la construcción.
- Y la fase de final de obra: cuando el arquitecto certifique la finalización de la obra y que la vivienda es habitable, recibirá el 10-20% de capital restante.