Los jóvenes que han comprado una vivienda o lo han intentado en el último año han optado por esta opción y no por el alquiler, principalmente, porque lo consideran una inversión a largo plazo (46%). La preferencia por la propiedad y no por el arrendamiento también queda patente con el hecho de que un 43% de los jóvenes considera que alquilar es “tirar” el dinero. Esta percepción, además, ha ganado importancia en comparación con 2021, cuando eran el 37%. Esta es una de las principales conclusiones del informe “Los jóvenes y el mercado de la vivienda en 2022”, publicado por el portal inmobiliario Fotocasa.
Este crecimiento se produce, sobre todo, porque entre los de menor edad (18-24 años) cada vez hay más que piensan que alquilar es “tirar” el dinero: hace un año eran el 29% y ahora son el 47%. La evolución del mercado del arrendamiento durante los dos años transcurridos desde el comienzo de la pandemia de covid-19 tiene mucho que ver con estos intensos cambios: inicialmente, tras el confinamiento estricto, el incremento de la oferta de alquiler por la llegada de viviendas antes dedicadas al alquiler turístico impulsó a la baja los precios y descendió la sensación de que alquilar es “tirar” el dinero; pero el encarecimiento registrado en 2022, han vuelto a poner de relieve los desequilibrios en el arrendamiento y los jóvenes demandantes de casa en propiedad lo reflejan en sus motivaciones.
“La percepción de que compensa más comprar una vivienda que alquilarla aumenta significativamente debido a que durante este año, el precio del arrendamiento ha alcanzado el coste máximo histórico. Superando los niveles incluso del año 2007 y de la burbuja pasada. Esta situación, unida al contexto de tipos de interés en negativo que hemos tenido durante el primer trimestre, han causado que en muchas ocasiones la cuota mensual de la hipoteca sea menor que el precio de la renta de la vivienda en alquiler. En este sentido, los jóvenes interpretan el hecho de adquirir una vivienda como una inversión que les proporciona seguridad frente a situaciones de crisis o incertidumbre”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Aunque estos sean los dos principales motivos para decidir comprar en lugar de alquilar, hay más. Por ejemplo, hay un 38% de jóvenes que encuentran en la vivienda un seguro de cara al futuro o un 27% que decide comprar porque su situación laboral ha mejorado. Este motivo, pese a ser uno de los más mencionados, ha ido perdiendo peso en los últimos años. Así, en febrero de 2019 había un 36% de jóvenes que había tomado la decisión de comprarse una vivienda porque su situación laboral había mejorado. Una cifra que ha ido decreciendo progresivamente en 2020 (32%), 2021 (30%) y 2022 (27%).
Alquilar por flexibilidad y, sobre todo, por no poder comprar
Si hablamos de jóvenes que se decantan por el alquiler en lugar de por la compra, hablamos, en el 52% de los casos, de personas que no compran porque su situación económica no se lo permite.
Este es, con diferencia, el principal motivo que conduce a los jóvenes al mercado del alquiler. Pero hay más razones. Por ejemplo, hay un 31% que elige el alquiler por cuestiones relacionadas con la movilidad laboral o un 24% que lo prefiere por la libertad y la flexibilidad que otorga. El estrato de menor edad valora más la libertad y flexibilidad que otorga. Es una razón para elegir alquilar en lugar de comprar para el 28% de jóvenes que comprenden los 18 y los 24 años. Sin embargo, solo son el 23% de jóvenes demandantes de arrendamiento entre 25 y 34 años los que apuntan este motivo.
La pretensión de una casa mejor
Cuando se aborda la actividad en el mercado inmobiliario desde una perspectiva más personal encontramos que el 32% de los jóvenes que ha realizado alguna acción (de oferta o de demanda; en la compraventa o en el alquiler) en el último año lo ha hecho con la vista puesta en mejorar su vivienda actual. En febrero de 2020 había un 30% de jóvenes que aseguraban querer cambiar de vivienda para mejorar la que ya tenían. Una razón que un año después, en 2021, se extendió al 35%. Ahora, con la vuelta a progresiva a la normalidad y, por consiguiente, la disminución del protagonismo de la vivienda en el día a día esta percepción parece haberse moderado un poco y son un 32% de los menores de 35 años activos en el mercado afirman que el objetivo es mejorar su vivienda actual. Otros de los motivos de peso entre los jóvenes para el cambio de vivienda son querer irse a vivir con su pareja (31%), el cambio de lugar de trabajo o centro de estudios (22%) o la previsión de que la familia crezca (16%).
Los jóvenes no encuentran vivienda debido a los precios
Además de todos estos grupos, hay uno que no se puede pasar por alto: el de los que durante el último año han querido comprar o alquilar, pero, por diferentes motivos, todavía no han conseguido hacerlo. En concreto, el 28% de los menores de 35 años ha realizado alguna acción de demanda sin que hayan conseguido cerrar la operación.
Poniendo la vista en estos jóvenes no hay novedades con respecto a su principal barrera: el precio. Seis de cada diez no han encontrado aún vivienda porque los precios no encajan con su presupuesto. El segundo motivo más frecuente entre estos demandantes inefectivos menores de 35 años es la imposibilidad de encontrar una vivienda que se adapte a sus necesidades. Es algo que afirman el 45% (48% en 2021).
Otra de las razones que se interponen entre la vivienda y estos jóvenes es la escasez de oferta en la zona en la que buscan. Un motivo que, además, ha crecido de manera estadísticamente significativa con respecto al pasado año: hay un 36% de jóvenes para los que esto es un problema frente al 32% de 2021. La financiación como obstáculo, sin embargo, se mantiene estable, aunque las subidas de los costes hipotecarios de los últimos meses nos permite prever que en próximas encuestas gane protagonismo.
¿Cómo es el perfil de los jóvenes que demandan vivienda en España?
Son muchos los factores que intervienen a la hora de decidir si comprar o alquilar una casa: la situación laboral, los ahorros, el estilo de vida… Todas estas variables se pueden ver al comparar el perfil socioeconómico de los jóvenes demandantes en el mercado de la vivienda en propiedad y en el del arrendamiento. Entre los que han comprado una vivienda o lo han intentado, por ejemplo, la media de edad es algo más elevada: rondan los 29 años frente a los 26 de los que han realizado alguna acción de demanda de alquiler. Además, en el perfil de comprador hay más jóvenes que están casados o que viven en pareja. Son el 48 % mientras que en el grupo de inquilinos son el 33%.
Si atendemos a su nivel de ingresos, los inquilinos —considerando como tales a los que han alquilado o intentado alquilar— se aglutinan más en los estratos bajos: un 49% de ellos tiene unos ingresos brutos mensuales familiares que oscilan entre los 1.001 € y los 2.500 €. Sin embargo, entre quienes demandan vivienda en propiedad solo hay un 34% que se mueva en este rango y el resto tienden a concentrarse en un nivel de ingresos superior.
Por lo que se refiere a su nivel socioeconómico, nuevamente, los compradores o potenciales compradores están algo mejor posicionados: un 56% pertenece a los niveles alto y medio alto (51% en el caso de los inquilinos) y un 28% en el nivel medio (26% para los arrendatarios). Si buscamos una similitud entre ambos perfiles hay una clara: la distribución por sexos es prácticamente idéntica. Tanto en uno como en otro, seis de cada diez demandantes son mujeres.