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La crisis ‘empuja’ a los caseros a ser inquilinos al mismo tiempo

pis de lloguercincodias.com, Raquel Díaz Guijarro, 03 de diciembre – Francisco M. F. es catedrádico en la Universidad Autónoma de Madrid y propietario de un estudio en el centro de la capital. Hace dos años tuvo a su primer hijo y eso hizo que casi inmediatamente se planteara la necesidad de adquirir una vivienda mayor. Sin embargo, después de más de un año en venta, no ha recibido ninguna oferta por su casa, por lo que ha decidido ponerla en alquiler. En menos de una semana, hasta tres posibles inquilinos se han interesado por arrendar su piso. Por ello, gana enteros la opción de que su familia y él opten por mudarse a otra vivienda mayor, pero también como inquilinos, en lugar de propietarios. Así, se convertirá en casero e inquilino al mismo tiempo.

El caso de Francisco, que antes de la crisis era excepcional, ha ido extendiéndose hasta convertirse en una situación cada vez más común. De hecho, Antonio Carroza, consejero delegado de la empresa de intermediación Alquiler Seguro, asegura que “en estos momentos hasta un 40 % de nuestros clientes son propietarios e inquilinos al mismo tiempo”.

Esta es una de las razones por las que la demanda de arrendamientos no ha dejado de crecer durante todos los años de la crisis, subrayan los expertos. “Mientras que en 2006 y 2007 solo alquilaban aquellos hogares que no podían pagar una hipoteca o eran extranjeros recién llegados, hoy el perfil ha cambiado y arrendar ya es la primera opción para los jóvenes de 25 a 30 años, por ejemplo”, añade el consejero delegado de una de las principales empresas de intermediación en el mercado que ayer abrió su primera oficina en el País Vasco, concretamente en Vitoria, y la número 24 en todo el país.

Más morosidad

En este sentido, los expertos recuerdan que si de algo va a servir esta crisis es para acabar con mitos y leyendas características del mercado inmobiliario como aquello de que “las casas nunca pierden valor o alquilar es tirar el dinero”. “Los profesionales y cada vez más ciudadanos comienzan a entender que el arrendamiento no impide la movilidad laboral, como sí lo puede llegar a hacer una hipoteca”, añade Carroza

Los defensores del alquiler, además, sostienen que para los propietarios cada vez se consolida como un buen negocio, puesto que las rentabilidades que se pueden obtener en estos momentos alcanzan de promedio el 4 % y el 5 % en los mejores casos, cifras que contrastan con el 2 % y el 3 % de hace apenas año y medio. Por otro lado, y según el estudio que presentó ayer en Vitoria Alquiler Seguro, el número total de viviendas vacías asciende a 1,4 millones, en las 12 provincias donde tienen presencia comercial. Este ranking lo lidera Barcelona con 283.155, seguida de Madrid con 263.279 y Valencia con 214.002 inmuebles.

No obstante, fuentes de la empresa reconocieron que no todas esas casas desocupadas son susceptibles de alquilarse, “ya que muchas se corresponden con segundas residencias y otras no reúnen los requisitos básicos para poder ser arrendadas”. Por lo que respecta a la morosidad en arrendamientos urbanos, el estudio admitió que la tendencia general es alcista, como consecuencia de la crisis y, de nuevo, Barcelona también se mantiene a la cabeza con un avance del volumen de impagados del 22,76 %; seguida de Málaga, con un 21,45 % más y Valencia con el 18,54 % de incremento.

De acuerdo con el estudio, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Pamplona, Valencia, Alicante, Málaga, Valladolid y Zaragoza son provincias con un mercado de alquiler que los expertos califican como “equilibrado”, ya que no existe una gran desproporción entre la oferta y la demanda, según el Índice de Mercado de Alquiler de Viviendas (IMAV) de Alquiler Seguro. Se trata de un indicador que relaciona la oferta puntual de viviendas en alquiler con las búsquedas activas que realizan los potenciales inquilinos en una misma zona geográfica.

Así, Sevilla es la única provincia con un IMAV bajo (apenas el 0,57), lo que caracteriza a los mercados desalentados, donde existe poca demanda y mucha oferta, lo que tira de los precios a la baja. En el otro extremo, se situarían Madrid y Barcelona, con un IMAV elevado (superior a 1,50), común en aquellos mercados alcistas donde existe más demanda que oferta, lo que puede provocar tensiones al alza en las rentas a cobrar.

 

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