inmodiario.com, 18 de julio – El verano y el calor han llegado y para sobrevivir a las altas temperaturas tenemos que adaptar nuestra casa. Conocer cuáles son los mejores suelos, ventanas o persianas te ayudará a preparar tu vivienda para estas fechas. El certificado de eficiencia energética es la herramienta más idónea para conocer cuánto consume tu vivienda y qué puedes mejorar en ella. Desde el Colegio de Aparejadores de Madrid, te damos este útil listado de consejos que puedes poner práctica este verano en tu hogar.
1. Aprovecha tu terraza en verano
Todos queremos tener terraza en casa pero en invierno hace mucho frío para usarla y en verano mucho calor. Una de las opciones es llenarla de plantas. Si las riegas a menudo, el agua, al evaporarse, hace bajar la temperatura ambiente. Utiliza especies adaptadas a la climatología de tu zona y eso te permitirá no consumir agua en exceso.
Las plantas con flores transpiran más por sus hojas que las que no las tienen. Y plantar enredaderas también da muy buen resultado porque crea una capa de vegetación en la fachada que funciona como un aislante natural y si se regula su implantación y crecimiento mediante celosías o elementos similares se impedirán posibles efectos contraproducentes en las fachadas y revestimientos.
Otra opción que lleva unos años de moda son los nebulizadores de agua para terrazas, crean un ambiente fresco y agradable en verano en tus zonas abiertas, haciendo que siempre estén llenas aunque las temperaturas sean altas. Son una solución perfecta para crear un ambiente fresco sin mojarse.
2. Haz que tus ventanas sean más eficientes
Un ejemplo son los dobles acristalamientos, que no sólo minimizan los ruidos del exterior sino que además retienen el frío dentro de las estancias y evitan que el calor se introduzca. Las ventanas son los elementos de la vivienda que más pérdidas energéticas tienen, de hecho, un m2 de hueco puede perder cinco veces más energía que la misma superficie de cerramiento.
Además de ventanas dobles, es interesante la utilización de vidrios con baja transmisión térmica y bajo factor solar (relación entre la energía que entra en una sala a través del cristal y la energía solar que incide en la superficie exterior de dicho vidrio perpendicularmente).
Acércate a la ventana, ¿puedes sentir el viento pasar por los cierres y las juntas? Quizás sea el momento de cambiarlas. Tú mismo puedes hacerlo retirando las tiras con agua caliente, limpiando bien la zona y colocando unas nuevas.
Lo ideal es buscar un equilibrio entre todos los cerramientos: hermeticidad en ventanas, aislamiento de paredes y renovación de aire de las estancias, para alcanzar una calidad óptima del mismo.
3. ¿Instalar un sistema de refrigeración, o no?
El consumo en refrigeración de un hogar medio puede suponer hasta un 40 % del consumo energético de la vivienda. Esto conlleva un gasto en la factura eléctrica, ya que la mayoría de los equipos de refrigeración son eléctricos.
También hay que tener cuenta las características de tu vivienda a la hora de instalar un sistema de refrigeración de cualquier tipo, así como el coste para poder obtener un retorno de la inversión en un tiempo prudencial. Un equipo más eficiente quizás sea un poco más caro pero si el ahorro energético compensa la inversión en un poco tiempo, será una opción a tener muy en cuenta.
4. Cambia los vidrios de tus ventanas
Existen vidrios tintados que absorben una buena parte de la radiación solar que incide sobre ellos. Este tipo de cristales coloreados o translúcidos son ideales para instalarlos en viviendas situadas en zonas de climas cálidos además de en edificios susceptibles de sobrecalentarse. Cuando son demasiado oscuros no permiten bien el paso de la luz y de esta forma habría que aumentar la iluminación artificial que aporta más calor a la vivienda.
El Código Técnico de la Edificación limita para cada zona climática, el factor solar modificado límite de los huecos, regulando así la cantidad de energía que aporta el sol al interior del edificio a través de las ventanas.
5. Consigue que tus puertas aíslen el interior
Las puertas ejercen de aislantes entre diferentes habitaciones de la vivienda y hacia el exterior. Mejorarás notablemente su rendimiento si ajustas su cierre a través de burletes: unas tiras flexibles de material aislante que son bastante económicas y dan buenos resultados. Es importante que la puerta principal de la vivienda tenga propiedades aislantes, especialmente si da directamente al exterior, así como aquellas puertas de patios y terrazas.
Las infiltraciones son flujos descontrolados del aire exterior que penetran en el edificio por rendijas u otras aberturas, así como las causadas por el normal uso de apertura y cierre de huecos y la puerta de entrada. En verano, el aire caliente exterior eleva la temperatura interior.
6. Protégete del sol
Una protección solar es cualquier dispositivo fijo o móvil que impide total o parcialmente el paso de la radiación solar al interior de una habitación. Es decir, persianas, estores, postigos, pantallas, parasoles, toldos y voladizos, entre otros.
Su misión es reducir el consumo de energía provocado por la incidencia en superficies vidriadas limitando la demanda de refrigeración en condiciones climáticas de verano. El soleamiento es a su vez una forma de aportar calor y reducir la demanda de calefacción en invierno, de esta forma un protector solar correctamente diseñado puede ayudar en este aspecto.
7. Mantén la temperatura de los suelos, fachadas y cubierta
Los suelos, fachadas y cubierta son una fuente de pérdida energética, como los suelos que se encuentran en contacto con el terreno, con el exterior o con locales sin calefacción, como garajes o almacenes. Si tu vivienda se encuentra en uno de estos casos, vigila el aislamiento de los mismos. El mercado ofrece sistemas de todo tipo, como por ejemplo las variedades llamadas suelo seco que incorporan aislamiento térmico en sus placas y reducen considerablemente las pérdidas energéticas.
De igual forma en fachadas y cubiertas, un aislamiento adecuado colocado por el exterior o el interior, en función de las posibilidades técnicas y de la zona climática en que se encuentre el edificio -ya que puede condicionar dicha opción en base a las necesidades de calor y refrigeración-, son formas de evitar que el calor se introduzca en la vivienda.
8. Conoce tu edificio y tu vivienda
Los consumos de una vivienda pueden llegar a depender de su orientación y desde luego de la zona climática en la que se encuentre. En general, las viviendas con orientación sur tienen luz solar prácticamente todo el día durante todas las estaciones, especialmente en verano. Sin embargo, aquellas que dan al norte son más frías y la luz solar sólo les da, levemente, a primera hora y a última en verano. Las casas orientadas al este reciben sol todo el año desde el amanecer a mediodía. De esta forma, aquellas que están orientadas al oeste reciben la luz en las horas que restan, del mediodía al atardecer. Son las que, en principio, mayor coste energético tienen en verano puesto que el gasto en aire acondicionado tiende a ser mayor.
El Código Técnico de la edificación establece las zonas climáticas españolas para que las tengas en cuenta a la hora de realizar reformas para mejorar la eficiencia energética de tu vivienda. Se identifica cada zona climática (16 en total) mediante una letra, correspondiente a la severidad climática de invierno, y un número, correspondiente a la severidad climática de verano.
9. Paneles solares para producir energía en casa
Mediante la instalación de paneles solares que contribuyan a la producción de agua caliente sanitaria con energía renovable, se puede ahorrar en consumo energético al no tener que usar otras fuentes energéticas no renovables. En principio cualquier instalación de agua sanitaria es susceptible de este cambio.
Hay que instalar una serie de colectores solares y de sistemas de transporte de energía, sólo habría que pensar en el espacio dónde quieres ponerlo y el tiempo que incide el sol diariamente en el mismo, sin olvidar la legalización de esta nueva instalación.
10. Instala bombillas led para reducir tus consumos
Se trata de disminuir el consumo de iluminación mediante la reducción de la potencia de los sistemas de iluminación, si bien previamente habría que hacer un análisis técnico de inversión y ahorro. Consiste en sustituir las bombillas de baja eficiencia energética por bombillas led. De esta forma no sólo contribuyen al ahorro energético sino que posibilitan regulación en intensidad y generan menos calor, ideal si tenemos varios puntos de luz en la habitación.
Todas estas reformas requieren el consejo de un profesional competente como un aparejador. Para realizarlas hay que tener en cuenta los permisos necesarios, así como la normativa existente con respecto a escombros, ruidos y vecinos. Para saber cuál es la eficiencia energética de tu vivienda -que se establece de la A a la G-, consulta al Colegio de Aparejadores de Madrid en: www.aparejadoresmadrid.es