La silueta que hasta hace bien pocos años formaba parte del skyline de Barcelona ha cambiado por completo. Nos referimos a la Sagrada Familia, el impresionante templo que Antoni Gaudí dejó sin terminar, tras su repentina muerte en 1926. El impulso de los visitantes a la ciudad ha permitido que en pocos años el ritmo de la construcción haya aumentado considerablemente.
Cada año el templo recibe 4,5 millones de visitas que reportan 50 millones de euros a las arcas de la Fundación. Y lo cierto es que el equipo que está impulsando la construcción tiene ya en el horizonte una meta: será 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte del arquitecto.
Hasta hace bien poco, la silueta que recordábamos del templo eran las cuatro torres que ya dejó construidas Gaudí antes de fallecer. Si pasas cerca de la Sagrada Familia te darás cuenta que las cinco torres centrales han tomado impulso y ganan protagonismo frente a las anteriores. Las torres de Gaudí miden 107 metros, mientras que las demás alcanzan ya los 104,35 metros. Estamos hablando de una diferencia de tan solo tres metros, que pronto será alcanzada por los constructores actuales.
Cuando los trabajos finalicen, allá por 2026, la torre contará con nada más y nada menos que 18 torres y habrá cambiado por completo la ya de por sí magnífica silueta de la ciudad de Barcelona.
Vía: El País