20minutos.es, 13 de julio – El verano es la época más habitual para hacer reformas en casa. Claro que una reforma se puede convertir en una pesadilla. Para que eso no ocurra hay que organizarse. Todo comienza con el presupuesto. De los 3.500 euros que de media nos puede costar arreglar el baño podemos llegar hasta los 5.000 por reformar la cocina. Es mucho dinero para cualquier familia.
En este sentido, debemos tener presente que hay ayudas públicas para que la reforma nos salga por menos de lo que esperamos. Habitissimo ha hecho un repaso de las principales ayudas que podemos pedir.
Programa de Fomento de Rehabilitación Edificiatoria
De las ayudas públicas, las del Ministerio de Fomento son las más resolutivas. La primera de ellas lleva por nombre Programa de Fomento de la Rehabilitación Edificatoria y podrán solicitarla los propietarios de viviendas construidas antes de 1981 y en las que (al menos) el 70 % sea de uso residencial.
Este programa ofrece la rehabilitación de nuestro edificio o del interior de nuestra vivienda. Hay que alegar que somos propietarios únicos y que la reforma se ejecuta para mejorar su estado de conservación, garantizar la accesibilidad o su eficiencia energética.
Según el tipo de reforma que queramos hacer las ayudas varían. Se podrán solicitar hasta 4.000 euros por vivienda para su conservación; 2.000 euros por vivienda para mejorar la eficiencia energética; o hasta 4.000 euros para hacer nuestra casa más accesible.
Programa de Fomento para la regeneración y la renovación urbana
Esta iniciativa contempla diversas ayudas para financiar obras generales de rehabilitación tanto para edificios como para viviendas particulares. Con ayudas que parten de los 11.000 euros (por puerta), el programa da cabida a la reurbanización de espacios públicos y a la edificación de parcelas y edificios demolidos; en este caso las ayudas pueden llegar a alcanzar los 30.000 euros.
Programas de las Comunidades Autónomas
Los gobiernos regionales han lanzado ayudas y bonificaciones especiales que tienen como fin favorecer la reforma de las viviendas. Las más potentes son las destinadas a acondicionar nuestro hogar para personas con movilidad reducida. Hablamos así de mejoras en baño, dormitorio o escaleras.
A estas ayudas hay que sumar las ayudas destinadas a la conservación de propiedades en edificios históricos, mejoras de barrios y fomento de ciudades sostenibles y competitivas.
