Ya sabes que el contrato de arras es un documento de carácter privado que suele formalizarse cuando alguien (una persona o una empresa) quiere reservar una vivienda antes de firmar el contrato de compraventa definitivo. Se trata de una formalidad que sirve para que el comprador pueda asegurarse de que la vivienda que quiere será suya y para que el vendedor también pueda tener la certeza de que la operación está prácticamente cerrada.

Este documento se firma porque el proceso de compraventa puede llegar a alargarse unos meses. Es decir, habitualmente, el comprador se fija en la vivienda, realiza una o varias visitas y le indica al propietario que, en efecto, está interesado en adquirir el inmueble. A partir de ahí, será necesario que comprador y vendedor den algunos pasos más antes de formalizar la compraventa ante notario.

Por un lado, el comprador tendrá que asegurarse de que puede conseguir el dinero para pagar al vendedor. Y lo más probable es que necesite una hipoteca. Por tanto, ahí entrará en juego la negociación con el banco, la aprobación de la hipoteca y la formalización de la misma. También será imprescindible que el vendedor recopile la documentación necesaria y, finalmente, que ambos se reúnan ante notario para cerrar la compraventa.

Así no es extraño que en muchas operaciones se firme un acuerdo de estas características. Se trata de asegurar la operación. Pero, ¿siempre hay que pagar las arras? ¿Se puede comprar una vivienda sin firmar antes un contrato de arras o es indispensable hacerlo? Veamos.

Comprar una casa sin contrato de arras, ¿se puede?

En primer lugar, debes tener en cuenta que un contrato de arras no es un documento obligatorio. Por tanto, uno puede llegar a comprar un piso sin contrato de arras. No hará falta que hayas firmado nada, ni aportado ninguna cantidad previamente al vendedor, en realidad.

Eso sí, debes saber que el contrato de arras es un documento muy útil, en la medida que se trata de un acuerdo privado entre las partes, que puede evitarnos muchos quebraderos de cabeza si se producen contratiempos. Como por ejemplo, que el vendedor dé marcha atrás y decida vender a otra persona o que el comprador termine por desistir, porque ha encontrado otra vivienda que le interesa más o porque no puede conseguir una hipoteca con el banco.

Ventajas y desventajas de firmar un contrato de arras

Ya te hemos indicado que se puede comprar una casa sin contrato de arras. Sin embargo, también te hemos dicho que se trata de un documento muy útil. Por eso queremos detallarte cuáles son las ventajas y las desventajas de firmarlo.

Las ventajas de firmar un contrato de arras

El contrato de arras presenta ventajas para ambas partes, de modo que es importante considerar la opción de firmarlas:

• Nos asegura la reserva de la vivienda que nos gusta, si queremos comprar
• Nos asegura la compraventa de la vivienda, si queremos desprendernos de ella

Las desventajas de firmar un contrato de arras

También hay que considerar cuáles son los inconvenientes que puede tener el contrato de arras:

• Nos obliga a llevar a cabo la compraventa de la vivienda que hemos elegido, si queremos comprar
• Nos ata al futuro comprador y al precio que hayamos estipulado en el contrato, si queremos vender
• No nos permite ofrecer la vivienda a otro comprador que pueda ofrecernos más dinero, en el caso de la venta
• Tampoco admite cambios de parecer, si encontramos otra vivienda interesante para comprar

A todo esto, hay que indicar que en el momento de firmar las arras, el futuro comprador abonará un importe al vendedor. Se trata de una cantidad simbólica, habitualmente de entre el 5 % y el 10 % del precio de la vivienda. Esta cantidad podría perderse si finalmente el comprador rechaza la compra. Si el propietario decide no vender, tendría que abonar las arras pagadas por duplicado, a no ser que el contrato especifique lo contrario.

De hecho, si el comprador no consigue la hipoteca y finalmente no puede comprar, también podría perder las arras, a no ser que en el contrato se haya especificado que estas se devolverán en caso de que el banco le deniegue la financiación.