España es uno de los principales países receptores de turistas extranjeros de la Unión Europea, por lo que también tiene uno de los índices de compra de vivienda por parte de no residentes más altos.
Estos datos varían de forma muy importante en función de la región del país en la que nos encontremos. Si bien hay comunidades en el que la compra de vivienda por parte de no residentes es prácticamente testimonial (en Extremadura o Galicia no alcanzó ni un 1% en el año 2019) en otras supone un claro motor para el sector inmobiliario. Por ejemplo, en Canarias estas operaciones supusieron en 2019 un 25,8% del total, en Valencia un 26,1% y en las Islas Baleares un 29,4%.
Para acceder a la financiación de este tipo de vivienda existen dos alternativas: pedir la hipoteca en su país de origen o hacerlo en España a través de una hipoteca para no residentes.
Características de las hipotecas para no residentes
Las hipotecas para no residentes son un tipo de préstamo hipotecario que conceden las entidades financieras en España para que extranjeros o españoles, cuya residencia fiscal está fuera de nuestro país, puedan acceder a una segunda vivienda en España.
En este tipo de préstamo hipotecario existe una gran diferencia frente a una hipoteca destinada a un residente en España. Los ingresos de quien pide la hipoteca proceden de otro país.
Este punto es muy importante si tenemos en cuenta que, si bien la vivienda es la primera garantía del préstamo, no es la única, lo es también todo el patrimonio de quien la solicite. En el caso de un no residente, estas reclamaciones son mucho más complejas y la posibilidad de embargo de otros bienes casi imposible.
Por ello, la hipoteca para no residente suele tener unas características diferentes:
- Su cantidad por financiar es bastante inferior a una hipoteca de un residente. Si el porcentaje normal es un 80%, la cantidad financiada para los no residentes suele estar en el 60%
- Su coste suele ser más elevado, con intereses superiores en las hipotecas fijas y diferenciales más elevados en las variables
A pesar de ello es un producto muy interesante para las entidades financieras, ya que suele conllevar que se contraten otros productos, desde cuentas corrientes donde domiciliar todos los ingresos y pagos (no solo de las cuotas de la hipoteca, sino también de todos los gastos asociados a ella), hasta tarjetas bancarias. E incluso productos de ahorro o inversión.
Lo que comienza muchas veces como segunda residencia acaba en bastantes ocasiones convirtiéndose en residencia principal, esencialmente tras la jubilación del comprador o compradores. Y, precisamente, este tipo de clientes, con un elevado poder adquisitivo generalmente, son muy importantes para los bancos.
A la hora de contratar una hipoteca para no residentes lo podemos hacer prácticamente en cualquier entidad financiera. De hecho, la principal vía de elección de este tipo de hipotecas frente a otro préstamo en su país de origen viene derivado de la conexión entre vivienda y entidad financiera. A veces es tan directa que la entidad financiera es la propietaria o la que ha financiado la construcción de la vivienda.
Por todo ello, aunque este año la afluencia de visitantes extranjeros sea menor, las hipotecas para no residentes seguirán siendo un producto destacado, especialmente en las zonas más turísticas.
