El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha apuntado que los tipos de interés podrían seguir subiendo hasta el 2,25% o el 2,5% con los datos actuales, aunque reconoce que es una previsión que podrá variar «con el transcurso del tiempo».
Hernández de Cos ha realizado estas manifestaciones en el BEC de Barakaldo (Bizkaia) durante su intervención en el XXI Congreso de Directivos CEDE, que ha contado con la presencia del Rey Felipe VI.
En su intervención, ha indicado que la inflación se ha convertido en «un auténtico condicionante» de la evolución económica a nivel global y ha señalado que el área del euro, con una tasa de inflación del 9,1% en agosto, ha alcanzado un «máximo histórico» en la Unión Monetaria. Asimismo, ha subrayado que la tasa de inflación subyacente en el área del euro ha alcanzado el 4,3%, que también es un «máximo histórico» y «claramente un número muy elevado bajo cualquier prisma».
Pablo Hernández de Cos ha insistido en que una parte importante de este incremento de la inflación subyacente, alrededor de un tercio, se debe a los efectos indirectos de la energía de los alimentos, pero también hay un incremento «genuino, independiente» de estos dos parámetros, y eso es «un foco de preocupación» del Banco Central Europeo.
En relación a las perspectivas que hay por delante, ha recordado que el Banco Central Europeo publicó sus últimas previsiones macroeconómicas a principios de septiembre y para la inflación del área del euro pronóstico un nivel medio de inflación para este año ligeramente por encima del 8%, en un 8,1%, que se situaría en el 5,5% el año 2023 y que se reduciría al entorno del 2,3% en 2024.
El gobernador del Banco de España ha añadido también que hay tres «focos de riesgo» en relación con la citada previsión y el primero tiene que ver con la posible aparición de efectos de segunda ronda, entre otros los incrementos salariales, que acabe en una «espiral inflacionista» y la inflación sea un fenómeno «más persistente».
Hernández de Cos ha afirmado que las previsiones de inflación del Banco Central Europeo no incorporan efectos de segunda ronda «relevantes» para el área del euro y ha asegurado que «no se están produciendo de una manera significativa», ya que, por ejemplo, la evolución de los salarios está alrededor del 2,5% o 2,6%, «claramente por debajo» del 9,1% de inflación, lo que supone «una caída de renta real muy importante para los trabajadores». En relación a los márgenes, también ha subrayado que están siendo «muy moderados».
Por lo tanto, ha asegurado que son «elementos tranquilizadores», pero, cuanto «más persistente es el fenómeno inflacionista» y este está siendo «muy persistente», aumenta «la probabilidad de que se produzcan esos efectos de segunda ronda».
Por otra parte, ha apuntado que también existe «el riesgo de un cierto desanclaje» de las expectativas de inflación. Ha indicado que, en este caso, al igual que en el de los efectos de segunda ronda, las «señales son positivas» y no se perciben «elementos de desanclaje de las expectativas».
«Cuando uno mira los mercados financieros, efectivamente nos están dando expectativas de inflación en el entorno ligeramente por encima del 2%. Cuando uno analiza, no solamente la previsiones del BCE, sino de otras muchas instituciones, sector privado, las previsiones de medio plazo también están ancladas en ese entorno del 2%», ha añadido.
Otro elemento de riesgo tiene que ver con la propia evolución económica que está «muy condicionada» por factores geopolíticos, que son «completamente exógenos en su mayor medida a la propia reacción de los bancos centrales e incluso de los ciudadanos».
En este sentido, se ha referido a que el Banco Central Europeo publicara un escenario adverso, con una mayor persistencia y gravedad de las tensiones geopolíticas, lo que llevaba a una evolución macroeconómica «claramente más negativa» para el año que viene, ya que, si en el escenario central se prevé para el crecimiento del área del euro un 0,9%, en ese escenario alternativo se espera un incremento negativo del 0,9%.
El gobernador del Banco de España ha indicado que ese escenario más adverso afectaría a la inflación de medio plazo, que también sería más elevada, de un 2,7% en 2024 frente al 2,3% del escenario central. «Estos son los focos de riesgo, pero no están materializados», ha indicado.
Estrategia del Banco Central Europeo (BCE)
En relación a la estrategia del Banco Central Europeo (BCE), ha recordado que tiene un «mandato de estabilidad de precios» y que se define como tratar de lograr una inflación del 2% con carácter simétrico.
Según ha explicado, el BCE no persigue que la inflación de hoy sea del 2%, sino la del medio plazo «y 2024 se puede tomar como una buena referencia». En este sentido, ha señalado que en Europa se está esencialmente ante «perturbaciones de carácter de oferta» que generan son «efectos contrarios» al crecimiento económico, que es a la baja y con una inflación al alza.
«Uno puede naturalmente pensar que el incremento de la inflación genera una caída de las rentas reales, tanto empresariales como de los trabajadores que, de alguna manera, podría acabar reduciendo las presiones inflacionistas de medio plazo. Por tanto la reacción del Banco Central tiene que ser distinta ante una perturbación de oferta que frente a una perturbación de demanda», ha precisado.
Ha indicado que esta ha sido la estrategia del BCE y lo que ha justificado en que, desde prácticamente finales del año pasado, decidiera ir reduciendo progresivamente gradualmente «el enorme grado de expansión monetaria».
Pablo Hernández de Cos ha indicado que se va a seguir con el proceso de normalización de la política monetaria y van a seguir aumentando los tipos de interés. «La pregunta es, uno, a qué velocidad y, segundo, hasta dónde», son las dos grandes cuestiones que el mercado y los ciudadanos se están preguntando», ha añadido.
En relación a cuál va a ser tipo de interés máximo al que se va a llegar, ha afirmado que la realidad es que «nadie sabe donde se sitúa ese tipo de interés terminal» y no se debe solo a la incertidumbre, sino también a acontecimientos futuros.
No obstante, ha indicado que ello no significa que el Banco Central no pueda dar «alguna indicación hacia futuro de donde se puede situar con la información que tiene hoy ese tipo terminal».
Hernández de Cos ha señalado que los expertos del Banco de España han realizado unas previsiones en base a una serie de modelos macroeconómicos y estiman, con los datos actuales, que el valor mediano del tipo terminal en los distintos modelos se sitúa entre el 2,25% y el 2,5%, pero ha asegurado que no se puede considerar «en absoluto» como un compromiso del BCE porque es «una previsión basada en modelos condicionada a la información actual». Ha añadido que la horquilla depende de los datos y «cambiará seguro con el transcurso del tiempo», pero es «una herramienta valiosa».
En este sentido, ha señalado que la velocidad depende fundamentalmente en el contexto actual de la «elevadísima incertidumbre» que existe y, por eso, se van a ir analizando los datos, y se verá «reunión tras reunión, sin un preanuncio previo, sobre cuál va a ser la magnitud del siguiente movimiento de los tipos de interés».
Tras indicar que la literatura económica no ofrece una solución muy clara sobre cómo debe actuar un banco central cuando el nivel de incertidumbre es tan elevado, ha señalado que hay una visión que apunta a que hay que ser «muy prudentes» y moviéndose «de una manera muy lenta», pero hay otra que apunta que, en un escenario de inflación muy alta, el BCE no puede permitir un desanclaje de expectativas y tiene que anticiparse y «ser más agresivo».