El legendario nadador Michael Phelps acaba de vender una casa impresionante en Paradise Valley, muy cerca de Phoenix, la capital de Arizona. La había comprado a finales de 2015, cuando se mudó a ese estado siguiendo a su entrenador antes de conseguir su vigésima medalla olímpica de oro en Río. Le costó 2,2 millones de euros y tan solo tres años después la puso a la venta por 3,6 millones de euros. Finalmente la ha tenido que rebajar y la venta se ha cerrado hace unos días por 3,1 millones de euros, tras cinco meses buscando comprador.
La casa tiene más de 550 metros cuadrados que dan cabida a cinco dormitorios y siete baños. Está construida con piedra europea y suelos de madera de roble francés, e incluye techos con molduras y encimeras de mármol. El diseño estuvo a cargo de Henry Mohrschandt, un prestigioso constructor de yates.
Entre otras particularidades, la propiedad incluye una bodega para 350 botellas de vino, barbacoa exterior, una gran sala de juego y multimedia y un gimnasio con taquillas como las de los vestuarios de los deportistas profesionales. Y, por supuesto, hay una gran piscina climatizada y hasta un jacuzzi.
Aunque cueste de creer, esta casa se les había quedado pequeña a los Phelps. Tras el nacimiento de su segundo hijo a principios de año, Michael y su mujer Nicole se mudaron a una mansión mucho más grande, justo antes de poner esta en venta. La nueva morada del nadador, en la misma zona, tiene más de 900 metros cuadrados y le ha costado unos 5,5 millones de euros.