De un tiempo a esta parte hemos comprendido lo importante que es vivir en entornos saludables. La demostrada transmisión de la COVID-19 a través de aerosoles nos ha concienciado enormemente acerca de la necesidad de mantener los espacios ventilados y los ambientes limpios. Y quizá esta necesidad haya llegado para quedarse.
El 4 de mayo celebramos en todo el mundo el Día Mundial del Asma, una jornada que debe servir para hacer visible una patología que afecta a 235 millones de personas en el mundo, según la OMS. El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por provocar en los afectados ataques de falta de aire recurrentes, además de sibilancias, por la inflamación y estrechamiento de las vías que conducen el aire a los pulmones
Contar con un aire saludable en el hogar es fundamental para las personas que tienen asma. Pero también para el resto que, en principio, no sufren ninguna enfermedad respiratoria. No en vano, pasamos la mayor parte de nuestra vida en espacios cerrados. Pero, ¿prestamos atención a la calidad del aire? Hoy queremos ofrecerte cinco consejos clave para disfrutar de un aire saludable en casa.
1. Ventila todo lo que puedas (varias veces al día) para conseguir un aire saludable
Es algo que solíamos hacer todos los días, pero quizá no tan a conciencia como ahora. Es muy recomendable ventilar siempre a primera hora de la mañana, para que entre aire limpio tras la noche. Si no lo hacemos, el aire puede viciarse y mezclarse con otros componentes, como humo, vapores, productos químicos o humedad, que se producen al cocinar, limpiar o convivir con mascotas.
Para ventilar, puedes abrir dos ventanas para generar cierta corriente de aire. Diez minutos serán suficientes, pero puedes hacerlo tantas veces como consideres necesario durante el día. Especialmente si cocinas o limpias.
2. Evita los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV)
Los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) ensucian el aire y son los mayores responsables de empeorar la calidad del aire en el hogar. Hay un buen número de fuentes que provocan la emisión de este tipo de partículas, de modo que hay que evitar: chimeneas abiertas (gas, madera), cocinas de gas, humo de tabaco, revestimientos, productos de limpieza, material de oficina, productos de higiene personal, ambientadores, ropa, juguetes, barnices o moquetas. En la medida de lo posible, sería recomendable ir sustituyendo estas fuentes por productos naturales, que garanticen la no emisión de estos componentes.
3. Controla la humedad ambiental
Tampoco solemos prestar demasiada atención a la humedad ambiental. No cuando no provoca problemas visibles, como moho o manchas en las paredes. En el interior de una casa se recomienda una humedad de entre el 30 y el 50 %. Hay aparatos muy sencillos que pueden darte datos fiables sobre el nivel de humedad en tu hogar. Puedes instalar, si es preciso, aparatos de humidificación o deshumidificación.
4. Mantén a raya los alérgenos
Hay otros componentes que pueden empeorar la calidad del aire. Son los alérgenos. Las alfombras y moquetas son grandes acumuladoras. Los ácaros del polvo están en toda la casa, especialmente en los dormitorios. El pelo de mascotas, como perros o gatos, también puede resultar perjudicial. En este caso, es fundamental airear las estancias y mantener a raya la limpieza, utilizando aspiradores, a ser posible con filtro HEPA.
5. Déjate ayudar por la tecnología para un aire saludable
Para mantener una buena calidad del aire en el hogar también puedes dejarte ayudar por la tecnología. Los sensores de ARANET, por ejemplo, son una solución de medición estupenda. Se trata de un sensor inalámbrico autónomo que funciona con baterías resulta muy fácil de instalar. Mide y monitorea el CO2, la temperatura, la humedad relativa y la presión atmosférica en el hogar. Funciona a través de una app, de modo que puedes llegar a gestionar la calidad del aire en el hogar desde el móvil.
