Contar con un espacio de estudio en la habitación – o en el lugar de la casa que se considere oportuno – es fundamental. ¿Por qué? Pues porque al ubicarnos en un sitio específico para estudiar, le estamos diciendo a nuestro cerebro que ha llegado la hora de concentrarse. Si nos ponemos a estudiar en cualquier rincón de la casa, como la mesa del comedor, el sofá o cualquier otro espacio que no esté preparado para ello, seguramente nos sea mucho más difícil concentrarnos, completar las tareas pendientes y retener toda aquella información que necesitamos para superar controles y exámenes.
Tanto si es para ti como para tus hijos, hoy vamos ayudarte a organizar un espacio de estudio en la habitación. Si no tienes espacio en la misma, tal vez puedas habilitar otro rincón de la casa que cumpla con las condiciones necesarias. A continuación, te damos las claves para organizar el mejor espacio de estudio en tu casa. ¡Vamos allá!
1. Adapta el espacio según la edad y necesidades
No es lo mismo habilitar un espacio de estudio para niños de nueve años que hacerlo para adolescentes o estudiantes universitarios. Las necesidades no son las mismas, de modo que será conveniente que vayas realizando ajustes. Es muy posible que los estudiantes más mayores necesiten bastante espacio de almacenamiento para libros y manuales o que deban disponer de espacio para un ordenador y una buena conexión a internet. Si los niños son pequeños, puedes combinar ese rincón de trabajo con la zona de juegos, de modo que este también sea un espacio para jugar y experimentar.
2. Procura una buena iluminación
La iluminación es clave. Intenta que el espacio de estudio se ubique en una habitación con luz natural. Aunque esto no siempre es posible. Si no tienes luz natural, puedes instalar un buen sistema de iluminación que simule una luz cálida y agradable. Trata de evitar la exposición continua a la luz azul y procura dar un descanso a la vista.
3. Asegura una mesa y una silla cómodas
Del mismo modo que adaptarás la zona de estudio a la edad y las necesidades de cada estudiante, es conveniente que hagas lo propio con la mesa y la silla. Elige mobiliario de calidad, que tenga las dimensiones y alturas adecuadas. Invierte en la silla: asegúrate de que sea ergonómica y cómoda para evitar dolores de espalda y otros problemas del sistema esquelético muscular.
4. Busca soluciones de almacenamiento
Cualquier estudiante que se precie necesitará espacio para almacenar papel, libretas, libros, ordenadores, tabletas… Por tanto, con una mesa y una silla no bastará. El espacio de estudio debe incluir cajones y estanterías o, en cualquier caso, soluciones de almacenamiento que permitan guardar y tener siempre a mano aquellos materiales que son necesarios para el estudio.
5. Mantén la limpieza y el orden
Que no se acumulen los papeles, los libros, las tazas y cualquier otra cosa que no deba estar en el escritorio. Es fundamental que mantengas el orden y la limpieza. ¿Cómo? Pues muy fácil. Cuando termine la sesión de estudio o hayamos finiquitado las tareas, lo más razonable es dedicar cinco minutos a recoger. De este modo, lo estaremos dejando todo listo para la siguiente sesión y no nos dará pereza ponernos a la tarea. Ten a mano una papelera para retirar rápidamente aquello que te molesta.