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Consejos y recursos prácticos para educar a los hijos en casa

Esta misma semana hemos sabido que, de acuerdo con la decisión tomada por el Ministerio de Educación, con Isabel Celaá al frente, y las Consejerías de las comunidades, todos los alumnos recibirán el aprobado al final de este curso 2019/20. Un curso extraño, que se vio truncado por la crisis del coronavirus en marzo, y que ahora difícilmente será recuperable antes de junio.

Habrá algunas excepciones, porque los casos deberán estudiarse detenidamente. Y los alumnos de 2º de Bachillerato deberán examinarse igualmente si quieren acceder a la Universidad. Hasta la fecha y un mes después de que se decretara el confinamiento, muchos centros educativos han optado por seguir ofreciendo formación online. 

Sin embargo, el hecho de que no todos los alumnos puedan acceder a las nuevas tecnologías en igualdad de condiciones contribuye a que las evaluaciones no puedan ser tan exigentes como lo serían en condiciones normales.

Durante todos estos días (no hay que perder de vista que ya llevamos más de un mes confinados) las redes se han llenado de infinidad de propuestas educativas. Cada familia hace lo que puede y en las condiciones que puede, así que teniendo en cuenta lo difícil que resulta todo – tanto para los adultos como para los peques – no hay que obligarse a más de lo que podamos llegar a hacer.

Hoy queremos proponerte una serie de consejos y recursos prácticos para sobrellevar este periodo de confinamiento en casa educando a los niños. Para que juntos aprendamos y disfrutemos al mismo tiempo y que nos mueva esa misma magia, que es la curiosidad.

El poder de las rutinas

Nos lo han repetido hasta la saciedad: hay que marcarse una rutina. Levantarse, desayunar, asearse y ponerse manos a la obra con las tareas. Nosotros estamos muy de acuerdo con las rutinas, pero conviene adaptarlas a la situación de cada familia y a los trabajos de los padres. No hay que perder de vista que muchos están en casa, pero también hay otros que tienen que teletrabajar, o salir todos los días a cumplir su jornada en un hospital, un supermercado o en cualquier otra actividad esencial.

Hay que establecer unas rutinas, pactadas y acordadas, en las que esté bien claro qué momento del día dedicaremos a hacer las actividades diarias. Conviene que esa hora no se convierta todos los días en una lucha diaria, generadora de enfados y mal rollo.

Las rutinas, aunque nos parezcan aburridas, dan seguridad a los pequeños, que interiorizan esos procesos con mucha más naturalidad de lo que pensamos los mayores.

Un espacio agradable y acogedor

Si teletrabajas en casa sabrás que no cualquier mesa vale para concentrarte y hacer bien lo que debes hacer. Con las actividades de los pequeños, pasa lo mismo. El proceso educativo requiere un orden y unas pautas bien marcadas, además de un espacio bonito y acogedor, que resulte agradable y que cuente con una buena iluminación. Asegúrate de que los niños tienen todo lo que necesitan para hacer sus tareas. Que el material está en su sitio y que ellos mismos saben encontrarlo y ordenarlo al terminar.

Podéis fomentar la concentración en ese espacio y por ese tiempo con otros elementos, como por ejemplo, una planta que aporte calidez a la mesa o una aroma agradable a través de un difusor. Revisad los lápices, encargaros juntos de que la mesa esté limpia para que ese momento de trabajo sea todo lo agradable que debe ser.

Música y arte, que no falten en ningún hogar

La música no debe faltar en cualquier hogar que se precie. Es importante que aprovechéis este momento para descubrir nuevos grupos, aprender los instrumentos y, en general, desarrollar el buen gusto musical. No hace aprender las corcheas y las semifusas, pero quizá este sea un buen momento para dejarse inspirar por la música y conjugarla con otras artes. ¿Una audición de los mejores clásicos? ¿Un ejercicio de dibujo? ¿Una sesión que nos ayude a compartir las emociones?

Mención a parte merece la cuestión del arte. Durante estos días hemos recibido mil y una recetas para hacer manualidades de todo tipo. Pero ojo, el arte es otra cosa. La productora cultural María Acaso, actualmente jefa del Área de Educación del Museo Reina Sofía sabe mucho de esto y durante estos días nos está enseñando muy bien a distinguir entre arte y manualidades. Si lo que quieres son propuestas educativas de verdad para que tus hijos aprendan y disfruten del arte, tienes que echarle un vistazo a este artículo: aquí encontrarás infinidad de proyectos que merecen la pena. Y mucho.

Nuestros grandes aliados son los libros

Los recursos digitales están muy bien. Son fantásticos para todos aquellos que quieran acceder a ellos y no debemos perderlos de vista a la hora de proporcionar a nuestros hijos una educación completa y transversal. Sin embargo, no debemos de perder de vista algo muy importante: todo o casi todo está en los libros.

La lectura es una aliada fundamental para que los pequeños comprendan, descubran, investiguen, imaginen y sueñen. Para que se sientan atraídos por los libros solo debemos hacer algo: leer nosotros también. Una familia lectora tendrá muy pocos problemas para seducir a sus hijos con los libros.

Basta con que nos vean leer para que ellos repitan el gesto. Otra actividad muy interesante para estas jornadas largas es la lectura compartida. Leer juntos es una actividad mágica. No importa que los niños sean ya mayores y autónomos para leer. Compartir páginas, comentar y desarrollar nuevos mundos en compañía os proporcionará algo que no pueden daros las fichas de matemáticas o escriptura. No os perdáis este viaje, con el que juntos podréis salir un ratito de casa, aunque estéis perfectamente confinados.

Las revistas: enganchados a la lectura variada y portátil

Pocas cosas hay tan portátiles como un libro. Bueno sí, los móviles. Pero vamos a dejarlos por un ratito a un lado. Ahora queremos hablarte de las revistas. Las revistas infantiles y juveniles son un recurso que, si no habías descubierto todavía, te encantará. Puedes llevártelas a cualquier sitio: también de viaje (cuando se pueda). Con ellas podemos hacer que cualquier rincón de la casa sea perfecto para leer.

Y esto no es todo. Además de relatos, muchas incluyen páginas de divulgación, curiosidades históricas y científicas, experimentos, juegos y pasatiempos con los que los niños disfrutarán. Además, aunque puedes suscribirte y recibirlas cómodamente a tu casa (puede que con algún que otro retraso motivado por el confinamiento), muchas de estas publicaciones han decidido ofrecer sus números de manera gratuita mientras dure esta situación de excepción.

Sea como sea, a continuación te proponemos algunos títulos que pueden gustaros: Namaka, toda la colección de Bayard (con títulos para todas las edades), Cavall Fort, ¡La leche!, Principia Kids, Kiwi, Cucú o Jot Down Kids. Como ves, hay una propuesta muy rica y variada, que os proporcionará nuevos aprendizajes y que hará mucho más amenas las jornadas.

Calma y diálogo

Puede que algunos días cueste arrancar. Seguro. A todos nos pasa. Debemos proporcionarlos a los niños y a los jóvenes el derecho de estar tristes, desganados y desmotivados. ¿Acaso esta situación es normal para alguien? ¿Cómo podemos enfrentarnos con normalidad a las rutinas si las rutinas de nuestra vida se han roto por completo? Para estas jornadas os recomendamos calma y diálogo.

La mayor parte de conflictos del mundo, si se han resuelto, ha sido con diálogo. Habla con los peques, compartid vuestras inquietudes. ¿Tenéis ganas de salir a la calle? ¿Por qué no aparcáis por un momento las obligaciones auto impuestas, salís al balcón y dejáis que el viento y el sol os dé en la cara? A partir de ahí, podréis empezar de nuevo. Y tanto tú como ellos veréis que no hay mayor satisfacción que haber hecho el esfuerzo de hacer las cosas bien desde el principio. Y que, efectivamente, terminen saliendo bien.

Generad vosotros las actividades: ¡hola conocimiento!

Los niños son curiosos por naturaleza. Dejad que este sea el motor que los mueva. Una lectura, una noticia, una receta de cocina pueden ofrecernos muchos aprendizajes. Vosotros mismos podéis preparar actividades en torno a una lectura, conversaciones y experimentos complementarios que giren alrededor de determinados conceptos. ¿Qué tal si los peques de la casa se responsabilizan del cuidado de una planta y aprovechamos para explicar sus propiedades? ¿Y si probamos a hacer pan? ¿Qué tal si cultivamos esas semillas en el balcón?

Como véis, y más allá de los cuadernos, las fichas y demás contenidos que pueden contribuir al aprendizaje de los pequeños, como padres y madres podemos hacer mucho más por ellos a través de otros medios y soportes. Basta con ponerle un poco de imaginación y ganas, pero… sobre todo, en no dejarse engullir por las obligaciones y los agobios. Estamos en un momento de excepción: calma, diálogo y ¡disfrutad de este tiempo de aprendizajes en familia!

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