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Contrata los suministros de tu nueva casa

Ya has encontrado tu nueva casa o tu piso de alquiler y ahora tienes que dar de alta los suministros básicos: electricidad, gas, agua y telecomunicaciones. Antes de contratar nada, tienes que saber qué tipo de consumo realizas con cada suministro para contratar la tarifa que mejor se adapta a ti.

Te dejamos las preguntas básicas que debes hacerte siempre antes de firmar un contrato con una comercializadora de luz, agua, gas o telefonía.

¿Qué suministros necesitas en tu nuevo hogar?

Aunque parezca obvio, primero, piensa qué necesitas. Por ejemplo, ¿quieres tener línea de teléfono fijo o prefieres datos, o ambos? La luz y el gas también se pueden contratar con una misma compañía. Las nuevas tarifas de libre mercado que se publicitan como “Tarifas planas” te permiten unir productos a la factura (luz y gas, por ejemplo) con la promesa de que el conjunto te salga más barato. Si la compañía te propone un plan combinado, primero haz cuentas y comprueba si realmente ahorrarás o pagarás más. Algunas empresas añaden servicios adicionales a los contratos de gas y luz. Por ejemplo, en el gas, la revisión anual de la instalación o su mantenimiento. Aunque pueden significar descuentos el primer año, a largo plazo, encarecen la tarifa.

¿Qué tipo de cliente eres?

Si ya tienes claro qué necesitas (tarifa de luz, gas o combinada, teléfono fijo, datos o ambos), ahora debes enfocarte en el tipo de cliente que eres. ¿A qué horas del día estás en casa? ¿Qué uso vas a hacer del teléfono y los datos? ¿Gastas más luz los fines de semana o por la noche?

Existen diferentes tarifas en función de si eres un particular o una empresa o pyme. Dentro de cada grupo existen también diferentes tarifas en función de tu perfil, con versiones de ahorro para tener en cuenta. Por ejemplo, dentro de las tarifas de luz existe la modalidad con discriminación horaria para los que consumen más de 20 h a 8 h. Para contratar el gas, necesitas saber tu consumo anual. Así pues, ¿qué tipo de consumidor eres? ¿Tienes condiciones especiales en casa?

¿Qué te ofrece el mercado?

Antes de contratar nada, lee, infórmate, pregunta, usa comparadores en internet. El mercado está vivo, constantemente las compañías introducen cambios, nuevas formas de tarificar, se crean nuevas normativas e impuestos. Las empresas comercializadoras lanzan nuevas ofertas adaptadas a los cambios del mercado y a los usos y hábitos de consumo más frecuentes.

Disponer de toda esta información acerca de ti mismo, de lo que te ofrecen las compañías y de la situación actual del mercado, es fundamental para elegir la mejor tarifa para ti, la que sea más acorde a tu perfil de consumo, con el objetivo de no pagar más.

LUZ

Cómo tener luz en una vivienda

Para dar de alta la luz lo primero que debes tener claro es la potencia que necesitas y luego el tipo de tarifa más conveniente. La potencia representa el número de aparatos que puedes conectar a la vez. Es un coste fijo, así que es interesante ajustarla al máximo para no pagar más. Actualmente, la potencia contratada por una familia media es de 4,6 kW.

Puedes escoger entre tres grandes grupos de tarifas:

    La oferta regulada, que tarifica un precio distinto cada hora y cada día.
    La clásica, en este caso, pagas un precio fijo por el kWh.
    La plana, pagas todos los meses la misma cuota y al final del año se compensará el volumen consumido con el volumen que hayas contratado. Si has gastado más de lo que preveías, la última cuota será mucho más alta. En caso de consumir menos, la compañía no te devolverá la diferencia.

Escoger una u otra depende de tu perfil de consumo. Así, por ejemplo, la tarifa por horas se presupone la más económica por estar regulada. Por lo tanto, si coges la costumbre de mirar cada día cuáles son las horas más económicas, te interesa. Ahora bien, debes saber que esta modalidad se ve afectada por las oscilaciones del mercado, por lo que se puede disparar, tal y como ha sucedido en los primeros meses del año. Para evitarlo, la tarifa clásica es la solución, ya que el precio de la energía se congela durante un año.

Ambas opciones son buenas si tus finanzas están bajo control. No obstante, si tu salario no es estable, tal vez la tarifa plana sea la más adecuada, ya que siempre pagarás lo mismo. Pero, cuidado, esta modalidad solo es apta para consumidores muy controladores, ya que, en caso de superar el volumen contratado, la energía cuesta más del doble que con una tarifa clásica.

Con el tipo de tarifa elegido y la potencia en mente, ya puedes dar de alta la luz. Eso sí, debes tener a mano:

    El Código Universal del Punto de Suministro o código CUPS, que identifica el punto de suministro. Si es la primera vez que la vivienda cuenta con suministro de luz, la distribuidora de la zona te lo facilitará.

    El Certificado de Instalación Eléctrica o boletín eléctrico, que es un documento oficial expedido por un técnico que certifica que la instalación cumple con la normativa. Tiene una validez de 20 años. Lo necesitarás si tienes que dar de alta la luz por primera vez en tu casa de obra nueva, si quieres cambiar la instalación eléctrica de monofásica a trifásica, si quieres subir la potencia contratada de tu casa actual. Si compras una vivienda de segunda mano, comprueba que el documento esté vigente.

GAS

Añadir gas natural

Si necesitas gas en casa y no quieres recurrir a las bombonas de butano, puedes solicitar el alta del gas natural. O bien la compañía distribuidora local te proporcionará un instalador autorizado o bien puedes contactar tú mismo con uno de confianza. Una vez finalizada, deberán entregarte un certificado de instalación.

Si se trata de una casa, el coste de la instalación dependerá de las características de la misma y del tipo de instalación, entre otros factores. Te recomendamos que te informes bien antes de proceder.

Si se trata de un piso, hoy todos los edificios cuentan con la instalación básica de gas natural, por lo que solo deberemos pedir a la compañía que instale la acometida hasta nuestra vivienda en el momento que contratemos la tarifa. La acometida es la conexión entre la red distribuidora principal y la instalación receptora de cada una de las viviendas o inmuebles.

En función de la comunidad autónoma, pagarás un precio u otro por los derechos de alta, con diferencias significativas. Así, por ejemplo, mientras en Andalucía asumiremos 72 euros para una instalación de 3.1; en Galicia la factura sube hasta los 107 euros.

Las compañías grandes de luz son las que también se reparten el mercado de gas natural en España: Iberdrola, Gas Natural, Endesa, EDP y Viesgo. El mercado tiene otras opciones a nivel local y pequeñas comercializadoras de luz como HolaLuz o Fenie.

Las tarifas de gas varían en función del consumo anual, es decir, se dividen en función de los kWh consumidos por año:

    Tarifa 3.1: más de 5.000 kWh/año. Se conoce como TUR1, tiene un fijo bastante bajo, aunque un coste variable de kWh/año más alto que la modalidad superior.

    Tarifa 3.2: menos de 5.000 kWh/año. Para los que tienen un consumo muy alto, ya sea porque es una vivienda grande o bien porque tienen calefacción central. En el mercado regulado se llama TUR2, tiene un precio kWh/año más bajo, aunque el término fijo es el doble que la TUR1.

¿Cómo puedo saber cuánto gas voy a consumir en un año?

Varios factores puedes influir en el consumo anual de gas que tendrás en tu nuevo hogar. Aquí tienes los más relevantes:

    El tamaño de la vivienda, ya que no es lo mismo vivir en un piso de 60 m2 que en una casa de tres plantas.
    La situación: vivir en el centro de una ciudad, en la montaña, en la costa o en el interior también influye en el consumo del gas.
    Número de personas que viven en la vivienda.

Ya ves que tu consumo anual de gas no solo depende de cuánto enciendas la calefacción o cuántas duchas de agua caliente te des.

Compra colectiva de energía

Para contratar la luz y el gas también existen las compras colectivas de energía, auspiciadas por organizaciones de consumidores con el objetivo de conseguir precios mucho más bajos que los del mercado. Funcionan como una subasta inversa, es decir, gana la empresa comercializadora que oferta la energía al menor precio a todas las personas inscritas. Este método es habitual en la mayoría de países de Europa.

AGUA

Dar de alta el agua

En la misma línea que los anteriores servicios, en el caso del agua la variable que hay que tener en cuenta es el caudal que quieres recibir. Aquí debes tener presente las características de tu viviend, cuántas personas viven y tu estilo de vida. Infórmate acerca de cuál es el caudal que necesitas en base a estos parámetros antes de contratar.

También hay diferencias de precio en función de la comunidad autónoma, tanto en el coste como en la documentación a aportar. En este aspecto, es habitual es que te pidan el contrato de alquiler o escritura de la vivienda y la cédula de habitabilidad.

Junto al contrato de suministro de agua, deberás adquirir y mantener un equipo de medida homologado por una empresa especializada. Una vez realizada la contratación, si tu vivienda tiene acometida de agua, sólo es necesario colocar el contador.

 

TELEFONÍA E INTERNET

Sumar las telecomunicaciones

En las telecomunicaciones no influye la comunidad autónoma ni hay tasas especiales. Puedes contratar unas tarifas u otras en función de la cobertura que llegue a tu zona, sin más documentación que tus datos personales y el número de cuenta. Ahora bien, hay un par de conceptos que tal vez te toque asumir y que no se reflejan en las ofertas.

    El coste de alta: si necesitas un número de teléfono nuevo, es posible que tengas que asumir este suplemento. El precio del alta suele ser de unos 60 euros, aunque puedes esquivarlo con algunas promociones online.

    La instalación: pese a que la mayoría dicen incluirla de forma gratuita, no siempre es así. El coste de la instalación puede superar los 150 euros cuando se trata de fibra óptica. En el supuesto de estar incluida, conllevará una permanencia de entre 3 y 12 meses, en función de la operadora.

Antes de contratar, es interesante pensar en la tecnología y en su ubicación en nuestro hogar. Por ejemplo, en el caso del ADSL es vital ubicar bien el router para no perder velocidad. Para conseguirlo, solo debes situarlo cerca de donde vayas a tener el aparato a conectar (ordenador, televisión…). Aunque vayas a utilizar la red WiFi, es importante una buena situación, ya que las paredes, muebles e, incluso, las cortinas pueden reducir la velocidad de conexión.

Si te decantas por la fibra óptica, la velocidad no será problema. Ahora bien, en este caso la instalación la tendrá que hacer un técnico de la compañía e implica hacer agujeros para pasar el nuevo cable de la fachada. Por lo tanto, como este cable es más sensible, piensa bien dónde quieres el router para intentar que el instalador lo ponga en la mejor ubicación posible.

Como siempre, antes de lanzarte a por la primera oferta de internet, es importante preguntar qué costes te van a aplicar.

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