Transcurridas dos semanas desde el inicio de la guerra de Ucrania, el mercado inmobiliario en España se mantiene estable y opera con confianza en estos momentos. Las transacciones que ya están en marcha siguen su curso normal, tanto a nivel de inmuebles de segunda mano, como al de las promociones de obra nueva, y los índices de expectativas a plazo inmediato aún ofrecen solidez, en líneas generales. Como único apunte en contra dentro de este contexto, desde el Consejo General de los COAPI de España señalan que sí se empieza a apreciar una tímida desaceleración en el sector inversor, fruto, de momento, de un cauteloso compás de espera, a la expectativa de acontecimientos, pero sin implicar todavía un retraimiento real.
El impacto de la guerra sobre el mercado español está siendo moderado porque, en el sector de la compraventa por extranjeros, el mercado ruso ha venido oscilando durante los últimos años entre el séptimo y el undécimo lugar en el ranking nacional del número de operaciones de foráneos, con una paulatina inclinación a la baja. Eso sí, con el importante matiz de que actualmente es el quinto en cuanto al importe medio de precio pagado, situándose por encima de los 2.100 €/m2. Por lo que respecta al rango de negocio generado por ciudadanos de Ucrania, aunque en cifras más discretas que en el caso anterior, también viene ocupando espacios dentro de los quince primeros y presentaba hasta hace poco un buen pronóstico en su evolución.
“Desde que comenzó el conflicto, hace ya algunas semanas, prácticamente no se ha cerrado ninguna operación inmobiliaria por rusos en España. La mayoría de estos inversores se están replegando por miedo a la imposición de nuevas sanciones financieras y se muestran contrarios a este enfrentamiento bélico orquestado por el Gobierno de Putin. De hecho, ahora existen más trabas que nunca para este tipo de operaciones. Las inmobiliarias han reforzado sus sistemas antiblanqueo y con tener la más mínima sospecha de que el origen de los fondos no es claro puede haber problemas con Hacienda”, afirma Gerard Duelo Ferrer, presidente del Consejo General de los COAPI de España.
Por su parte, Lola Alcover, secretaria del organismo, ha querido incidir en que “es indiscutible que la situación actual es bastante incierta y que el escenario se podría tornar muy complicado y con gran rapidez, en función a cómo evolucione el conflicto bélico que acaba de irrumpir en escena”. “Si la guerra sale de Ucrania y se convierte en un conflicto bélico internacional, el escenario sí que será otro muy diferente, de mucha mayor gravedad, y sin duda el mercado inmobiliario español pueda llegar a sufrir una crisis severa”, ha afirmado Alcover.
El estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania ha forzado un cambio sustancial en el escenario proyectado. En estos momentos se están observando dos situaciones antagónicas:
Por un lado, una caída brusca de una parte muy importante de las transacciones ya en marcha por parte de rusos y ucranianos, consecuencia tanto del miedo y la incertidumbre originados, como del bloqueo y de las sanciones económicas aplicadas, que dificultan en extremo e incluso imposibilitan el tráfico monetario, documental y personal desde estas dos naciones hasta nuestro país.
Pero por otro, y simultáneamente, una aceleración impuesta en el cierre de un cierto porcentaje de aquellas compraventas que ya estaban en proceso y que, bien por encontrarse en una fase más avanzada, bien por disponer de acceso libre a la liquidez económica, o bien por no estar gravadas con trabas de movilidad, todo ello junto a una posición de seguridad de los intervinientes, pueden llegar a buen término.
