La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido de que la escalada del precio de las energías que los consumidores usan en su vida cotidiana va a tener un fuerte impacto en las economías de las familias, con un un sobrecoste de 505 euros anuales. Además, avisa de que la subida del precio de la energía amenaza con una subida general de precios.
Según la OCU, la escalada del precio del petróleo desde el pasado mes de noviembre se ha trasladado de forma inmediata al precio de los carburantes. Al contrario de lo que ocurrió con las bajadas del año pasado, los consumidores han visto cómo las subidas se trasladaban en su totalidad. A primeros de este mes de julio, los carburantes se sitúan en máximos históricos (1,24 euros por litro de media en el caso del diésel y 1,38 euros el litro en el caso de la gasolina). Esta subida implica un sobrecoste anual de 311 euros en el caso de la gasolina y de 250 euros en el caso del diésel.
La factura eléctrica, un 22 % más cara que en 2020
En cuanto a la electricidad, OCU destaca que, transcurrida ya la mitad del año, la factura del hogar medio es un 22 % más elevada que la del año pasado. Si los precios de la electricidad mantienen la evolución de los últimos meses, OCU estima que el sobrecoste por la subida del precio de la electricidad alcanzará los 139 euros, y ello a pesar de la rebaja temporal del IVA aprobada por el Gobierno hasta el mes de diciembre. Si no se llega a aplicar la rebaja del IVA, el sobreprecio de la factura eléctrica alcanzaría los 187 euros.
Aunque en verano desciende su uso, el precio del gas natural acumula una nueva subida que entró en vigor el 1 de julio. Esta subida se añade a la producida el 1 de enero y supone ya un incremento del 10 % en lo que va de año. Estas subidas, de mantenerse supondrán un sobrecoste de 55 euros, según estimaciones de la OCU. A la elevación del precio del gas natural también se añade una subida del butano, una alternativa para muchos hogares.
Una doble factura para los consumidores: 505 euros más al año
OCU advierte de que todos estos incrementos de precios suponen una doble factura para los consumidores, ya que además de afrontar un sobrecoste de 505 euros al año, es más que probable que estas subidas se trasladen al resto de precios de los diferentes bienes y servicios.
OCU recuerda que al igual que ha sucedido en otras crisis, las subidas del precio de la energía tienen efectos inflacionistas en el precio de los alimentos frescos (pescados, verduras y especialmente carnes) o el de los precios indexados como los alquileres. De hecho, el IPC interanual del mes de mayo, el ultimo publicado con datos completos, ha alcanzado su máximo en el 2,7%.
Por último, OCU muestra su preocupación por el impacto que estas subidas tienen en las economías familiares. Especialmente en las que cuentan con menos recursos, ya que dedican un mayor porcentaje de su renta al pago de los servicios básicos.
Por todo ello, pide al Gobierno medidas para favorecer y ampliar el acceso de los consumidores al bono social eléctrico y que ejecuten las transferencias del bono térmico, que acumulan en algunas comunidades autónomas retrasos ya de dos anualidades, para que alivien la situación de los hogares más vulnerables.