Cinco Días, Raquel Díaz Guijarro, 09 de octubre – El mercado inmobiliario funciona. O lo que es lo mismo, si bajan los precios, la demanda se anima. El índice que elabora Tinsa, una de las tasadoras líderes del mercado, estima que en septiembre las casas continuaron abaratándose a un ritmo del 9,2 % anual, prácticamente calcado al de agosto (9,3 %). Esto es lo que hace que desde que alcanzaran sus valores máximos, la vivienda acumule en España un ajuste del 39,1 % en términos globales.
Según la clasificación que hace esta tasadora de todo el territorio nacional, que divide en cinco áreas, la costa mediterránea es la que registra una mayor depreciación de sus casas desde que éstas tocaron sus precios máximos, allá por el año 2007. Como promedio hoy se venden casi por la mitad de lo que costaban entonces, ya que acumulan un ajuste del 45,7 %. Se trata de la zona más castigada en materia de precios por el estallido de la burbuja, aunque esta circunstancia está empezando a trasladarse a las ventas de inmuebles de forma positiva.
Las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Fomento, relativas a la venta de casas en el segundo trimestre de este año, desvelan que de abril a junio se vendieron más viviendas que en idéntico periodo del año anterior en cinco comunidades autónomas.
En Canarias, el volumen de operaciones fue un 16,1% superior, le siguió Cataluña, donde las compraventas crecieron un 12,1%, Murcia, con un +9,4%, la Comunidad Valenciana, con el 3,04% más y cerró la clasificación Andalucía con una incipiente recuperación, ya que allí las compras apenas mejoraron un 0,09%.
Segundas residencias
De esos cinco territorios, cuatro de ellos están bañados por el Mediterráneo, lo que corrobora esa máxima de que vende más quien más ajusta el precio. Solo Baleares, con caídas todavía del 9,7% anual, rompe esa regla no escrita. Además del fuerte desplome del precio, otra característica común a todos estos territorios de donde parece que llega la recuperación de las ventas es que se trata de las zonas donde más peso tiene la vivienda vacacional.
Tradicionalmente, en anteriores crisis el final de los ajustes siempre llega con la mejora de las segundas residencias, ya que se trata del mercado que más suele abaratarse y al que regresan los compradores solventes en cuanto las condiciones económicas globales dan síntomas de estabilización. Esto es también lo que explica que un análisis de lo que está pasando en el resto de autonomías resulte todavía tan aparentemente contradictorio. Mientras en Canarias las ventas del segundo trimestre de este año mejoraron ese contundente 16 % respecto al mismo periodo del año anterior, las transacciones aún registran fuertes descensos en Navarra o el País Vasco, de más del 33 % anual.
Otro dato significativo es comprobar que en zonas interiores como son Castilla La Mancha o Extremadura, que en la clasificación de Tinsa pertenecerían al grupo de resto de municipios, la segunda zona con menos ajuste de precios acumulado (del 31,9 %), las ventas todavía disminuyen con fuerza (un 27 % y un 38 %, respectivamente).
Así, los expertos aseguran que allí donde ya se ha absorbido buena parte del excedente sin vender ni alquilar heredado de los excesos del boom, es también comprensible que los precios caigan cada vez menos, puesto que oferta y demanda van lentamente equilibrándose. Lo que no se espera por parte de ningún servicio de estudios es que una vez que los precios dejen de caer vayan a registrar un rebote significativo. Todas las apuestas sugieren que lo que habrá es un largo periodo de estabilización, tanto en el volumen de transacciones, como en el de precios.
Que sea más o menos prolongado dependerá de la mejora del mercado laboral y de cómo evolucione el acceso al crédito. La falta de financiación continúa siendo hoy una de las razones por las que las operaciones no llegan a cerrarse y el plazo medio de venta de una casa, dependiendo de la zona, todavía se mueve en torno a los 12 meses.