elconfidencial.com, 13 de agosto – Mantener una vivienda vacía, ya sea durante años o durante buena parte del año como sucede con las miles de casas en la playa, puede salir realmente caro. La vivienda no solo se deteriora si nadie la usa, sino que aunque permanezca cerrada, lleva consigo multitud de gastos, fijos y variables vinculados con la propiedad del inmueble. Una factura que oscila, de media, entre 1.800 y 2.000 euros anuales según diferentes estudios.
Pero, ¿por qué es tan caro tener un piso cerrado? El mero hecho de que la vivienda se encuentre vacía no libera ni exime del pago de impuestos, gastos obligatorios como la cuota comunidad o de los consumos mínimos de los suministros como agua luz o gas. El gasto será mayor o menor en función del tamaño del piso y del municipio donde se ubique la propiedad.
Comunidad de vecinos, derramas…
Es un gasto fijo y uno de los más elevados en el mantenimiento de una vivienda vacía. El importe de esta cuota dependerá de los servicios asociados como piscina, pista de pádel o conserje, entre otros, y de la dimensión de las zonas comunes. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tras analizar los gastos de una veintena de viviendas de 77 metros cuadrados situadas a lo largo de la costa española, calcula que estos gastos oscilan entre 200 y 1.140 euros anuales, dependiendo del tamaño y los servicios de la urbanización, situándose la media en 634 euros.
El importe total de esta cuota puede verse incrementado al alza por las derramas, averías en el ascensor, reformas, la existencia de calefacción comunitaria, jardinero o portero. Gastos, todos ellos, que aumentarán tu cuota y que habrá que pagar aunque no estemos disfrutando de esos servicios.
Impuestos
Otro gasto fijo es el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI), que grava la titularidad o posesión de cualquier propiedad. Un gasto medio por propietario que puede ascender, según estimaciones de BBVA, a 500 euros en una vivienda sin garaje ni trasero. Si la vivienda cuenta con ellos, la cifra puede aumentar unos 120 euros más. La OCU cifra el gasto medio en 276 euros, si bien, dependiendo de la ubicación del inmueble, podemos ver cifras muy superiores. No es el único impuesto. La tasa por recogida de basuras que cobran muchos ayuntamientos supone un gasto adicional de otros 100 euros al año.
A estos impuestos hay que añadir el IRPF. «A la hora de hacer la declaración de la renta, los propietarios deberán tributar por esa segunda vivienda. De esta forma, tendrán que incluir como ingresos el 2 % del valor catastral o el 1,1 % si este se revisó en 2015 o en los diez años anteriores», apuntan desde esta organización de consumidores y usuarios. Un ejemplo. Por un piso en Benidorm de 75.000 euros de valor catastral, el propietario deberá declarar el 2 % de esa cantidad 1.500 euros como ingreso.
Consumos mínimos
Aunque la vivienda esté vacía la mayor parte del año, las compañías de gas, luz y electricidad, cobran un mínimo por tener dados de alta estos servicios. En Alquiler Seguro valoran este coste de 540 euros anuales. El gas supone 76 euros y el agua 216, aunque depende mucho de las zonas, mientras que la electricidad alcanza los 292 euros anuales, el gasto más importante. Desde la OCU aconsejan reducir al máximo la potencia contratada para reducir la factura.
¿Conviene dar de baja estos servicios? Depende. Si se prevé que la vivienda estará deshabitada durante un corto espacio de tiempo, los expertos aseguran que no conviene dar de baja los suministros, puesto que volver a contratarlos supondrá un nuevo coste. Por el contrario, si la casa va a estar desocupada más de un año, se recomienda dar de baja todos los suministros. Si bien, cuando se vuelvan a dar de alta habrá que hacer frente, de nuevo, al pago del reenganche y a una serie de trámites.
Imprevistos y seguros
A todos estos gastos, más o menos fijos, hay que sumar los derivados de imprevistos. Desde averías de electrodomésticos a averías propias de la vivienda, pasando por derramas de la comunidad. Hay propietarios que prefieren cubrirse ante estos acontecimientos inesperados y deciden contratar un seguro de hogar. Dependiendo de lo que queramos asegurar de la casa y de la compañía que contratemos, este gasto variará.
Tanto desde Alquiler Seguro como de la OCU recomiendan, para una casa vacía, contratar un seguro con coberturas mínimas lo que supondrá una media de 200 euros al año. El prime paso es estudiar contratarlo con la misma compañía que la vivienda habitual ya que es probable que nos ofrezca un descuento.
Hipoteca
También resulta muy frecuente que quien adquiere una segunda o tercera vivienda, se hipoteque, con lo que, a todos estos gastos obligatorios, habría que sumar el importe mensual de la cuota hipotecaria. Un gasto que provoca que el coste de tener una vivienda vacía se dispare. Por ello, puede resultar conveniente poner la vivienda en alquiler. Sin bien, desde la OCU advierten acerca de la dificultad cada vez mayor de alquilar una segunda residencia ya que muchas autonomías han regulado las llamadas “viviendas con fines turísticos” que obligan al propietario a cumplir una serie de obligaciones.
Así, por ejemplo, en muchas comunidades se obliga a realizar una “declaración responsable” ante la Consejería de Turismo que sirve para tener controlado cualquier alquiler de la vivienda. Asimismo se deberá garantizar que dispone de licencia de ocupación y que la casa cumple unas mínimas condiciones, como habitaciones con ventilación exterior, ropa de cama o muebles suficientes.
La gestión de estos añadidos puede llevar a requerir la ayuda de una agencia, lo que añadiría otro gasto más, señalan desde la organización de usuarios. que aconseja a los consumidores que estén pensando en adquirir una segunda vivienda que tengan en cuenta, además, los gastos de adquisición, que para el caso de una vivienda nueva el IVA es del 10 % y el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) de una de segunda mano oscila entre el 6 % y el 10 % , según la comunidad autónoma. Gastos a los que además, hay que añadir los de notaría, registro y posiblemente comisiones de agencia.