Las derramas en una comunidad de vecinos son un tema recurrente, a veces espinoso, que puede generar dudas y preocupaciones entre los propietarios. Como bien sabes, estas contribuciones económicas adicionales o complementarias se destinan a financiar gastos extraordinarios o inversiones necesarias en el mantenimiento o mejora del edificio o las zonas comunes, como puede ser la rehabilitación de fachadas.

Las derramas son una solución ágil y efectiva para asumir costes económicos en comunidad, sin que estos repercutan en el estado financiero general de la comunidad. A continuación, vamos a comprobar cuáles son los diferentes tipos de derramas que existen, cuáles son obligatorias, cuáles puedes no pagar y cuándo se deciden.

¿Qué tipo de derramas existen en comunidades de vecinos?

Lo primero que debes saber es que existen hasta tres tipos de derramas distintas en las comunidades de vecinos. Su etiqueta o consideración depende de los objetivos que persigue cada una de ellas. Veamos.

Derramas ordinarias

Son aquellas que se establecen para cubrir los gastos habituales de mantenimiento y funcionamiento de la comunidad, como el pago de suministros (agua, luz, gas), limpieza, seguro, jardinería, entre otros.

Derramas extraordinarias

Estas derramas se destinan a sufragar gastos imprevistos o inversiones importantes en el edificio o las zonas comunes, como la reparación de tejados, rehabilitación de fachadas, instalar un ascensor en el edificio, sistemas de seguridad, pintura de la fachada, entre otros.

Derramas especiales

Son aquellas que se establecen para financiar proyectos específicos que beneficien a ciertos propietarios, como la instalación de ascensores en edificios antiguos o la adecuación de zonas comunes para personas con movilidad reducida.

¿Cuáles son las derramas obligatorias?

Las derramas ordinarias y extraordinarias que han sido aprobadas por la junta de propietarios en una reunión válidamente convocada y con el quórum necesario son obligatorias para todos los propietarios. Esto significa que todos los vecinos están obligados a contribuir con su parte proporcional para cubrir los gastos comunes.

¿Qué derramas puedo negarme a pagar?

En general, no es posible negarse a pagar una derrama que haya sido aprobada legítimamente por la comunidad. No pagar una derrama puede acarrear consecuencias legales, como la imposición de multas, intereses de demora, e incluso el embargo de la vivienda en casos extremos.

Sin embargo, si consideras que la derrama es injusta o que los trabajos realizados no se ajustan a lo acordado, puedes impugnarla legalmente y presentar tu reclamación ante la junta de propietarios o en los juzgados correspondientes. Es importante seguir los procedimientos legales adecuados y recurrir a la mediación si es necesario resolver conflictos relacionados con las derramas. No obstante, debes tener en cuenta que las derramas suelen contribuir enormemente al mantenimiento del edificio y a aumentar la calidad de vida de las personas que viven en el edificio, como por ejemplo, mejorar la eficiencia energética.

¿Cuándo se deciden las derramas?

Las derramas se deciden en las reuniones de la junta de propietarios, que suelen celebrarse de forma periódica (generalmente una vez al año) o extraordinaria cuando surgen situaciones que requieren una decisión urgente. Para que una derrama sea válida, debe ser aprobada por la mayoría de los propietarios presentes o representados en la reunión, según lo establecido en los estatutos de la comunidad y la legislación vigente.

Es importante participar activamente en las reuniones de la comunidad, expresar tus opiniones y votar sobre las propuestas de derramas y otros asuntos importantes que afecten a la convivencia y el mantenimiento del edificio. De esta manera, podrás contribuir a la toma de decisiones de manera justa y transparente.