En las circunstancias actuales hemos descubierto que el espacio en el que vivimos puede ser muchas cosas: el lugar en el que convivimos con los nuestros, en el que descansamos, trabajamos, vivimos, nos relajamos… Y como tal, debe ser un espacio agradable y acogedor.
La vivienda que hoy queremos descubrir contigo es un espacio con alma y mucha personalidad, en el corazón de Barcelona. Es el lugar perfecto para todas aquellas personas que no quieran renunciar a vivir en la gran ciudad, pero que al mismo tiempo buscan toda la tranquilidad y bienestar que se merecen.
La vivienda está situada en los bajos de un edificio construido en 1860, en el Barrio de Gracia de Barcelona, a tan solo cinco minutos andando de Paseo de Gracia y la Diagonal. Consta de dos entidades registrales que a nivel funcional están distribuidas en un solo espacio y que configuran una colección de espacios encantadores. ¿Listo para descubrir un nuevo modelo de vivienda?
El proyecto es la transformación de un diamante en bruto de una joya inmobiliaria. De hecho, el estudio Barba&Barba se encargó de hacer un trabajo de artesanía arquitectónica sin parangón. Pudieron dotar la vivienda de diferentes espacios diáfanos y de una planta versátil que los nuevos propietarios podrán adaptar fácilmente a sus necesidades.
Por ejemplo, hay un patio ajardinado y un espacio con dos plantas de 242 m2. Cuenta, además, con ciertos elementos estructurales como puertas pivotantes que posibilitan la integración, la privatización o los cambios de distribución de los espacios. De hecho, tanto la infraestructura como las instalaciones fueron concebidas para permitir la segregación de la vivienda en dos unidades independientes, cada una con su patio privado.
Los dormitorios se sitúan en la planta primera, mientras que en la planta baja hay dos entradas independientes que facilitan su uso como vivienda y espacio de trabajo al mismo tiempo. Por otra parte, hay que mencionar la zona de garaje para vehículos eléctricos.
La vivienda fue totalmente rehabilitada y el proceso se basó en limpiar el espacio original hasta encontrar el vacío y la estructura de una vivienda construida en 1860, que con el tiempo sufrió una serie de mutilaciones y añadidos que desvirtuaron el espacio.
El trabajo de rehabilitación consistió en la recuperación de vigas, bóvedas catalanas y paredes en las que se descubrieron infinidad de esgrafiados originales. Es por eso que confluyen diferentes épocas en un mismo lugar.
Sea como sea, este espacio ofrece a sus nuevos inquilinos altas posibilidades de personalización, porque la flexibilidad y la versatilidad son las dos características que la definen. Así, la vivienda puede llegar a albergar uno, dos, tres o cuatro dormitorios o bien convertirse en una vivienda con estudio y aparcamiento privado para coches eléctricos. Las opciones son infinitas. ¿Cuál es la tuya?