Está situada en primera línea de mar, en la zona de Cala Saona – Punta Gavina, en la preciosa isla de Formentera. Un lugar, podríamos decir, casi paradisíaco, con unas vistas que cualquier amante del mar y la naturaleza apreciará. Se trata de una vivienda preciosa, prácticamente aislada, en la que encontrar un remanso de paz, belleza y tranquilidad.
A la casa se llega por un camino de tierra, de modo que está alejada de cualquier vecindario. A pesar de eso, no nos encontramos ante una vivienda preparada. Nada más lejos de la realidad. La casa ha sido reformada recientemente, de modo que tiene todas las comodidades que uno podría desear.
La propiedad consta de tres edificaciones. Por un lado tenemos la casa principal, que tiene 144 m2 y está equipada con cocina, comedor, salón, dos dormitorios, baño, garaje, trastero y dos terrazas cubiertas. La segunda edificación es en realidad un anexo de 56 m2, que se ha convertido en un apartamento. Consta de un dormitorio amplio, un baño, un salón con cocina y terraza. La tercera edificación es un torreón de piedra natural de 25 m2, que actualmente se usa como trastero.