La OCU ha instado a los arrendadores a alcanzar acuerdos con los inquilinos afectados por el coronavirus y a documentarlos por escrito, mediante el intercambio de correos electrónicos o de otras aplicaciones de mensajería.
En un comunicado, ha señalado que el arrendador también puede padecer las consecuencias de la situación. Ya que «aunque no cobre la renta, no podrá recuperar la posesión de la vivienda aún en caso de poder necesitarla«. Sin embargo, ha resaltado que se tratan de articular algunas medidas para que se pueda recuperar parte del importe de las rentas.
También ha recordado que las medidas adoptadas se justifican para aquellos hogares en situación de vulnerabilidad ocasionada por la crisis del coronavirus, «sin que haya justificación para el impago o el retraso en el pago para hogares que no estén en esa situación».
La OCU ha apuntado que la situación de dificultades de pago en las rentas irá más allá del periodo de alarma y de los inmediatos meses posteriores.
El problema de acceso a la vivienda persistirá
«A corto y medio plazo es esperable un descenso en los precios del alquiler y de la vivienda, pero seguirá habiendo un problema de acceso a la vivienda», ha resaltado, tras apuntar que, entre las labores de reconstrucción posteriores a esta crisis, «se hace más urgente que nunca» la creación de un parque público suficiente de viviendas en alquiler.
Por otro lado, ha recordado que los contratos que debiesen terminar entre 2 de abril de 2002 y el periodo hasta pasados dos meses de la terminación del estado de alarma, podrán pedir una prórroga extraordinaria por un periodo mínimo de seis meses.
«Las partes pueden llegar a un acuerdo. Esta prórroga afecta a todos los alquileres de vivienda habitual, no solo a los afectados por las situaciones de vulnerabilidad», ha añadido.