La red inmobiliaria nacional donpiso alerta de que la pandemia, la inflación y la subida del IPC consecuencia de la guerra de Ucrania también están afectando de manera notable al sector de la construcción y, por ende, al de las reformas. Y es que hace sólo un año el precio medio para una reforma estándar era de 500 euros/m2, y el de una premium de unos 600 euros/m2, muy lejos de las cifras actuales, que llegan a los 650 euros/m2 para una reforma estándar, mientras que en reformas de alta gama llegan a los 800 euros/m2, un 30% más que a mediados de 2021.
En este contexto, la compañía subraya que todos los materiales relacionados con la madera, el cobre, el aluminio y el cristal son los que más han subido de precio precisamente porque se importan de China o, en el caso de reformas de alta gama, de Italia. “Hay algunos materiales que aún no han tocado techo en su precio”, avisan desde donpiso.
Según los datos del informe de la inmobiliaria, el tiempo medio de un proyecto de reforma en una vivienda media en España está fijado en torno a los 2-3 meses. No obstante, esta cifra irá en función de la superficie del inmueble. Si en un piso de 70 m2 una reforma integral puede finalizarse en 2 meses, para un piso de 200 m2 serán necesarios unos 6 meses.
Los inversores rentabilizan su inversión e invierten entre el 15 y el 18% sobre el total
La inmobiliaria informa de que invertir en la reforma de una vivienda para su posterior venta es rentable por el interés de los compradores en adquirir una vivienda “para entrar a vivir”, estando dispuestos a pagar el sobrecoste y evitando así iniciar una reforma con presupuesto y plazos indeterminados. En este sentido, desde la inmobiliaria indican que la operación siempre va a ser rentable salvo si el inmueble se ha comprado por encima de su valor de mercado.
“Evidentemente, la decisión del propietario también irá en función de la prisa que tenga por vender y el presupuesto del que disponga para llevar a cabo la obra. Cada caso es un mundo. Un particular que necesita vender cuanto antes para contar con liquidez no hará reformas. Pero si un vendedor dispone de tiempo y de capacidad financiera, reformar para después vender acelera el proceso de venta y revaloriza el activo”, afirma Miguel Ángel Vázquez, socio fundador y subdirector general de donpiso. La inversión recomendada en la reforma oscila entre el 15% y el 18% sobre el valor total del inmueble, aunque puede ser más en función de las necesidades de cada caso. Como es lógico, el coste de la reforma sobre el total tenderá a la baja cuanto más alto sea el valor del activo.
Por otra parte, el experto avisa de que, si la compra de la vivienda se hace para un posterior arrendamiento, la rentabilidad de la reforma es mucho menor. “Si el piso a alquilar no está en condiciones sí que será conveniente reformarlo para que tenga una habitabilidad mínima aceptable. Pero si el piso ya es habitable, una reforma integral no tiene sentido para el propietario, pues la vivienda estará tres meses vacía durante la obra y una reforma no garantiza la posibilidad de cobrar una mayor renta, pues el mercado del alquiler es más cortoplacista que el de la venta y la demanda busca cosas diferentes”, indica el subdirector general de donpiso.
Revalorización de hasta el 50 %, rentabilidad de hasta un 14 % y venta en la mitad de tiempo
Por ejemplo, si una vivienda a reformar cuesta 200.000 euros y se invierten unos 50.000 euros en la reforma, el inmueble es fácilmente vendible por 300.000 euros. A eso habrá que restar los gastos de la operación, evidentemente. Así pues, en un piso de unos 75-80 m2 ubicado en un barrio residencial se puede obtener una rentabilidad de la reforma del 12-14%. Además, los plazos de venta se verán reducidos a la mitad: un piso sin estar reformado se vende en un periodo de entre 2-4 meses por 1-2 meses de un piso reformado y en perfectas condiciones.
Si la compra se realiza como inversión, Miguel Ángel Vázquez lo tiene claro: “Hay que hacer una reforma integral, no se puede dejar el piso a medias. No tiene sentido cambiar suelos y puertas, por ejemplo, y no renovar unas instalaciones que tienen 30 años o más. Sólo puede servir una pequeña reforma a modo de ‘lavado de cara’ en el caso de que el piso tenga 10-15 años y algún desperfecto menor”.