No hay viernes sin pizza, ni pizza sin viernes. Aunque para los verdaderos amantes de la pizza, este manjar apetece en cualquier momento y lugar. El Día Mundial de la Pizza se celebra el 9 de febrero de cada año y es una ocasión única para honrar este invento gastronómico celestial. A veces no queda más remedio que disfrutarla congelada, aunque también nos la pueden traer a casa o incluso comerla en un buen restaurante italiano.

Sin embargo, algunos prefieren hacer la masa en casa y combinar los ingredientes a placer. Esto te resultará más fácil si tienes una buena cocina y un horno de los inteligentes de verdad. Así que si te has propuesto intentarlo, vamos a echarte un cable. En el Día Mundial de la Pizza, te contaremos qué cinco cosas no pueden faltar en tu cocina si quieres convertirte en un verdadero máster de las pizzas. No te pierdas estos consejos.

1. Un cuenco de fermentación

Hace décadas que sabemos que el secreto de una buena pizza está en la masa. Si vas a emplear una receta propia, necesitarás un cuenco para que la masa fermente. Una buena herramienta para conseguirlo y acelerar este proceso son los boles de cocina o cuencos de fermentación. Algunos incluyen una base de gel que se calienta para transmitir calor a la masa, que es justo lo que necesita para conseguir unos resultados óptimos.

2. Una piedra refractaria para la pizza

Los hornos que habitualmente encontramos instalados en nuestras cocinas no alcanzan temperaturas altísimas y la pizza necesita un golpe de calor fuerte y breve. Los hornos profesionales pueden llegar a 400 grados, mientras que los caseros tan solo pueden ajustarse a 250. Una solución económica para conseguir una pizza estupenda es la piedra refractaria, una pieza de cerámica que puede introducirse en la parte baja del horno y que ofrece un toque parecido al de un horno de leña. Acumula el calor y lo transmite de manera constante y homogénea a la masa. En cuanto la pruebes no podrás dejar de usarla.

3. Una bandeja redonda para horno

Puedes usar una piedra refractaria y al mismo tiempo tienes la opción de emplear una bandeja redonda para horno. Se trata de una especie de molde sobre el que puedes extender la masa, para que así te quede una forma perfecta y te resulte mucho más fácil introducirla y sacarla del horno. Incluso puedes encontrar torres de cuatro moldes, para optimizar el calor del horno y sacar varias pizzas de una tacada.

4. Una pala de horno para que la pizza no se rompa

Si prefieres no usar un molde como los que te indicamos, será necesario que compres una pala para el horno. La encontrarás en distintos materiales, principalmente metálicos (si quieres que sea más duradera), aunque también puedes adquirir una versión en madera. Con la pala podrás sacar fácilmente la pizza del horno de una sola vez y sin que se rompa, que es el principal peligro con el que puedes encontrarte al trabajar con tan altas temperaturas.

5. Tomate y mozzarella: ingredientes de calidad

¡Menuda obviedad, dirás! ¿Cómo voy a hacer una pizza sin estos ingredientes? Lógicamente, no hemos añadido este apartado en vano. Muchas veces hemos elaborado pizzas con tomate frito de bote y el primer queso que hemos encontrado por la nevera. Alto ahí, estas prácticas tienen que erradicarse.

Si quieres tu pizza sea buena de verdad tienes que usar tomate natural (hay muchas marcas italianas que ya comercializan en España botes con salsa de tomate de altísima calidad) y mozzarella de Búfala, bastante más cara que la de vaca o que otros preparados de queso un tanto dudosos. Sin embargo, si los ingredientes son buenos, el resultado será excepcional y tu paladar (y el de los tuyos) lo agradecerá.

Con todo, esperamos que la pizza te salga de diez. ¡Feliz día de la pizza!