La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha apuntado que prevé que la inflación se mantenga en el entorno del 7 por ciento en lo que resta del año –concretamente, en los meses de noviembre y diciembre– y ha señalado que el Gobierno espera que a partir de 2023 se retome «la senda descendente», aunque ha reclamado prudencia porque dependerá de la «evolución de la guerra» en Ucrania.
La ministra económica ha asegurado que espera que el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirme el dato avanzado del IPC de octubre, que moderó su crecimiento hasta el 7,3%, su cifra más baja desde enero, justo antes de declararse la guerra en Ucrania, cuando el IPC se situó en el 6,1%.
Calviño ha defendido que «gracias a las medidas» impulsadas por el Gobierno y a la bajada de precios de energía en los mercados internacionales la inflación bajó «en un tercio desde el pico de julio», y se ha mostrado confiada en que en el año 2022 se mantenga sobre el 7%, una cifra «muy elevada», pero «la segunda más baja de la zona euro».
Para el año que viene, la vicepresidenta confía en que se retome una «senda descendente» del IPC, aunque depende de la guerra. «El contexto es muy incierto», ha apuntado en una entrevista en la Cadena Cope, recogida por Europa Press.
Cuestionado por el crecimiento económico en España, ha señalado que el Gobierno estimó que sería de un 4,4% para este año y todo apunta «que nos hemos quedado corto». «Es un crecimiento muy fuerte», ha destacado Calviño, que ha avisado no obstante que se espera una «ralentización» de la economía europea, que está «más floja».
«Nadie prevé que la economía española no crezca. Las previsiones han variado más que nunca y prefiero centrarme en los datos», ha reivindicado la vicepresidenta.