El Día Mundial de la Arquitectura es una jornada muy importante para todos. La Unión Internacional de Arquitectos (UIA) decidió que octubre fuera un mes especial para el sector, que sirviera para reflexionar acerca del estado de las construcciones que los humanos han levantado, así como en el que sigue siendo un derecho fundamental para las personas: contar con un alojamiento digno.
El siglo XX fue un regalo para la arquitectura y viceversa. Los grandes arquitectos cuyos nombres han trascendido hasta hoy son recordados, no solo por ser profesionales en lo suyo, sino por levantar algunos de los grandes iconos habitacionales de la historia. Seguro que estás pensando en los más grandes: ¿Le Corbusier? ¿Niemeyer? ¿Gropius? ¿Mies van der Rohe? ¡Nosotros también! Así que hoy nos hemos propuesto redescubrir contigo las cinco casas modernas con las arquitecturas más icónicas del siglo pasado. Todas han servido para inspirar las construcciones de nuestro siglo… ¡y más allá!
Ville Savoye, de Charles-Édouard Jeanneret-Gris (Le Corbusier)
Nacido en Suiza en octubre de 1887 y fallecido en los Alpes franceses en agosto de 1965, Le Corbusier es considerado uno de los más grandes exponentes de la arquitectura moderna. De hecho, es y será uno de los arquitectos más influyentes de la historia. Fue polémico como pocos, pero esto fue justamente aquello que hizo que todo el mundo lo coronara como genio. Ville Savoye es una de sus obras más importantes. Está situada en Poissy, a las afueras de París, y fue terminada en 1929. Con su proyecto, Le Corbusier quiso construir una casa de campo francesa y moderna, que quiso integrar en el contexto mecánico e industrial de principios de siglo.
Casa de Vidrio, de Lina Bo Bardi
La Casa de Vidrio es uno de los proyectos más paradigmáticos del siglo. Se ubica en Morumbi, al sur de Sao Paulo, abierta a la naturaleza y originalmente fue ideada como hogar de la arquitecta italiana Lina Bo Bardi (Roma, 1914 – Sao Paulo, 1992) y su marido. Hoy la vivienda es Monumento Arquitectónico Nacional, no solo por el diseño y el nivel de detalle que en su momento fueron aportados al proyecto, sino por las innovadoras técnicas industriales que se aplicaron durante el proceso de construcción.
Casa de la Cascada, de Frank Lloyd Wright
Conocida popularmente como Casa de la Cascada, la residencia Kaufmann es un proyecto del arquitecto estadounidense Frank Lloyld Wright (1867-1959), construida entre 1936 y 1939. La vivienda está construida sobre una cascada del río Bear Run, en el condado de Fayette (Pensilvania). Y aunque originalmente fuera una casa particular, hoy es considerada monumento nacional. De hecho, funciona como museo y pertenece al Western Pennsylvania Conservancy. Fue concebida como casa de campo para Edgar y Liliane Kaufmann, dueño de unos grandes almacenes. Su hijo donó la casa y sus 600 hectáreas de terreno a la organización que hoy la gestiona. Está abierta al público como máximo exponente de la denominada arquitectura orgánica, que consiste en integrar una construcción a los factores ambientales del lugar.
Casa Gropius, de Walter Gropius
Walter Gropius (1883 – 1969) fue uno de los arquitectos más importantes del siglo y, entre otras cosas, el fundador de la Escuela de la Bauhaus. En Estados Unidos, justo en la zona de Nueva Inglaterra, construyó su casa en una colina, en la montaña, en una especie de inmersión en la naturaleza. Así, aunque los espacios y su espíritu simple y geométrico de las influencias europeas predominaron, la casa tiene el espíritu y la ausencia de ornamentos típica de la arquitectura del lugar. Durante años fue el sitio fijo de residencia, tanto de él como de su esposa, que decidió donarla a la Sociedad para la Conservación de Antiguedades Históricas de Nueva Inglaterra. Dos años después de su muerte, la Casa Gropius fue abierta como museo.
Casa Farnsworth, de Ludwig Mies van der Rohe
Es uno de los ejemplos de arquitectura familiar del siglo XX y seguramente te suena. Es la Casa Farnsworth, un proyecto de Ludwig Mies van der Rohe, situada en Plano (Illinois) y diseñada y construida entre 1946 y 1951. Para su construcción se emplearon materiales como el acero y el vidrio. El conjunto ofrece una solidez arquitectónica sin par, que a la vez está repleta de infinidad de detalles que la hacen perfecta. La vivienda hoy se puede visitar, porque fue adquirida por una organización por la cultura. La doctora Edith Farnsworth llevó a Mies a los tribunales porque se negaba a pagar parte de los costes de la vivienda. Vivió en ella 21 años y luego fue vendida. Las malas lenguas hablan de una relación amorosa entre el arquitecto y la doctora. Sea como fuere, ganó la arquitectura.