Para vivir hoy en un castillo no hace falta ser príncipe ni princesa. En realidad, lo que uno necesita es presupuesto para hacer unas cuantas reformas. El castillo que hoy queremos enseñarte está en Boadella d’Empordà, un municipio muy pequeño de la provincia de Girona.
Pero, ¿es esto un castillo de verdad? La respuesta es sí. El edificio fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) el 8 de noviembre de 1988. Fue por la puerta, situada a la derecha de la fachada principal, de sillares de piedra regulares, por la que se accede a un gran patio gótico de naranjos, una escala lateral de 22 peldaños, que lleva a una espaciosa galería, en el primer piso, sustentada sobre dos capiteles lisos y austeros, sin decoración.
Y aunque gran parte de la arquitectura está conservada, los nuevos inquilinos de este edificio histórico tendrán que invertir un buen pico en reformas. ¿Si valdrán la pena? La respuesta es sí. Seguro.
Un castillo histórico para rehabilitar
El castillo se encuentra en el casco urbano de Boadella de l’Empordà, aunque como buen castillo, está en una posición un poco más elevada con respecto al resto de viviendas del municipio. Además, el edificio está rodeado por cuatro hectáreas de terreno cultivable y dos cubiertos agrícolas de 300 m2 cada uno.
En el primer piso del castillo encontramos tres puertas doveladas, que dan paso a las principales dependencias de la casa: una gran cocina, coronada por un arco apuntado y presidida por una gran chimenea y distintas habitaciones, cuya distribución obedece a las necesidades actuales. De ahí que, con algunas reformas importantes, este castillo pueda llegar a convertirse en una imponente vivienda familiar.
A través de la restauración y rehabilitación de la construcción podrían recuperarse las trazas y los volúmenes originales para descubrir los arcos cegados. El resultado puede llegar a ser verdaderamente imponente. Pero sigamos transitando por el castillo, porque a la izquierda de la fachada principal también encontramos un gran portón, que da a una sala muy amplia, sustentada por tres arcadas de piedra. Son originales del edificio primigenio, con restos de bóveda. Estas dan acceso al patio central de la construcción.
Además de otras aberturas originales más pequeñas, el castillo conserva intactas dos ventanas bifloras góticas en las fachadas principales, elemento que los nuevos dueños de este castillo deberán aprovechar para realzar la belleza del conjunto.
El poder de los elementos originales
Restaurar y rehabilitar este castillo como vivienda es, a la vista está, un proyecto de envergadura. Una de las bazas que tendrán los futuros propietarios de este castillo será, sin duda alguna, los elementos originales. Un proyecto arquitectónico sólido les dará toda la importancia y potencial, de modo que sigan presentes y destaquen en el resultado de la restauración final.
La construcción goza, además, de infinidad de espacios verdes: rincones repletos de vegetación mediterránea que añaden encanto al complejo y unas magníficas vistas a la montaña. Además de convertir este castillo en vivienda, los compradores tienen otras opciones interesantes, ideales para inversores. Como por ejemplo, convertir este castillo en un magnífico espacio para eventos, en un restaurante o hasta en un alojamiento rural con encanto.