La pedagogía de María Montessori sigue tan vigente hoy como en su siglo. Son muchas las escuelas y hogares que están adaptando el aprendizaje de sus alumnos e hijos a los pilares de una filosofía que apuesta en firme por el desarrollo del niño a través de espacios adaptados, organizados y amplios.

Y aunque los catálogos de las revistas de moda no digan lo mismo, construir una habitación Montessori no tiene por qué ser caro. Más allá de las tendencias, aquí simplificar es la clave. A continuación vamos a contarte qué puedes hacer para adaptar el dormitorio de tus pequeños en pocos pasos. ¡Verás qué fácil!

1. Mobiliario adaptado al niño

Los muebles de una habitación Montessori tienen que estar adaptados a las necesidades de los niños. Es importante que tengan un tamaño adecuado, para que de este modo tengan libertad para coger y guardar objetos, sintiendo en todo momento que pueden hacerse responsables de los juguetes y materiales, de la ropa, etcétera.

2. Espacio limpio y ordenado

Una habitación Montessori no debería estar recargada en absoluto. Hay que reducir considerablemente la cantidad de juguetes y demás accesorios que suelen llenar los dormitorios de los niños. Aquí menos es más. El niño debe sentir que el espacio está ordenado y limpio y que todos sus juguetes, libretas, colores y demás cosas se encuentran en el lugar que ha sido dispuestos para ellos. De este modo, estaremos ayudando a su cerebro, que va en busca del orden y el bienestar psíquico.

3. La cama como elemento central

La cama es el elemento más importante de la habitación, porque es el lugar específico dedicado al descanso. Se sitúa en el suelo y permite a los niños entrar y salir de manera libre, sin la ayuda del adulto. Esto nos evita tener que instalar barreras u otros mecanismos de seguridad. Puedes encontrar soluciones muy económicas, de modo que no será necesario que te gastes un dineral en una cama de diseño. De hecho, incluso puedes instalar el colchón en el mismo suelo. Sin problemas.

4. Metros para moverse libremente

Decíamos que es muy importante que el espacio de la habitación esté absolutamente despejado. No es conveniente recargar el dormitorio con infinidad de juguetes, figuritas y demás. El niño debe poder moverse libremente por la habitación, porque esto contribuye al movimiento en libertad del que tanto habló María Montessori y, por tanto, al desarrollo de sus habilidades motrices. Podemos instalar una alfombra en el suelo, siempre en colores neutros (como el resto de la habitación) para que el entorno sea más cálido y agradable. Y no necesitará nada más.

5. Un espejo para autoconocerse

El espejo es un must have en los ambientes Montessori. El espejo se puede colocar al lado de la cama o en una colchoneta, también en la habitación (aunque puedes ubicarlo en cualquier otro espacio de la casa por el que el niño pueda moverse con seguridad). El espejo es una herramienta muy interesante para el autoconcepto que va adaptando sus funciones a medida que el pequeño crece.