El País, J. S. G. / Agencias, 20 de diciembre – La presidenta del banco malo, la entidad creada por el Gobierno para que acoja los activos tóxicos inmobiliarios del sector financiero, confía en cumplir el plan financiero de la entidad, que prevé ganar un 15 % en los 15 años de vida de la sociedad.
Belén Romana, presidenta del Sareb, como se ha bautizado oficialmente al banco malo, ha explicado esta tarde, en su primer encuentro con la prensa, que su primer objetivo es «maximizar el valor de la inversión de los accionistas. Y para ello», ha dicho, «emplearemos todas las vías de desinversión disponibles en cada momento». Traducido a Román paladino: que venderá los pisos y promociones al mejor postor y sin ninguna prisa para obtener el máximo beneficio. «No podemos predecir cuándo vamos a desinvertir pero tenemos tiempo suficiente como para adaptarnos a los largos ciclos del sector inmobiliario», remachó.
Romana confía en atraer a más accionistas privados y espera no perjudicar al sector inmobiliario con sus operaciones. El Sareb obtiene los inmuebles con un descuento medio del 53% sobre su valor contable, lo que podría hundir los precios de la vivienda. «Nuestra intención no es destruir el mercado. Vamos a vender los activos en el momento que consideremos óptimo y no vamos a perjudicar al mercado», ha asegurado esta tarde al tiempo que ha descartado que vaya a competir con las inmobiliarias privadas y entrar en una guerra de precio que afectaría negativamente a todo el sector.
La Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, título que da el nombre a Sareb, centrará su negocio en vender paquetes de activos en el momento más oportuno para maximizar el valor. Acudirá al mercado minorista solo de forma «residual», ha admitido la presidenta de la entidad. «La Sareb va a utilizar todas las vías de
desinversión que estén disponibles en el mercado en cada momento. Tendremos desinverión en los mercados mayoristas, la venta minorista será residual en nuestro caso. Utilizaremos a todos los actores del mercado para que nos ayuden en estos 15 años de vida», ha señalado.
La presidenta ha manifestado, durante su presentación ante los medios, que el banco malo, «ni es banco ni es malo». Los planes de viabilidad de la compañía prevén pérdidas en los primeros años de vida de la entidad pero en pocos años espera obtener una rentabilidad del 15 % de la inversión. El pasado lunes 19 entidades culminaron la constitución de la sociedad con la ampliación de capital. Todos los bancos españoles, excepto el BBVA, han puesto dinero para participar en la sociedad que absorberá los pisos, promociones y créditos vinculados al ladrillo de los bancos nacionalizados y con problemas. También participan en el Sareb dos entidades extranjeras: Deutsche Bank y Barclays y tres aseguradoras. «Tenemos una estructura de capital sólida, con unos precios de los activos razonables», alardeó Romano que descartó que la sociedad tenga que plantear una nueva ampliación de capital para afrontar las pérdidas iniciales. «No contemplamos ese escenario», ha insistido esta tarde Romana.
La sociedad tendrá limitaciones en el pago de dividendos a sus accionistas, que estará condicionado a «la amortización de la deuda senior y al pago de la retribución de la deuda subordinada de la entidad», según fuentes próximas a Sareb. Es decir, cuando se paguen los bonos emitidos por los inversores (garantizados por el Tesoro Público y descontables en el BCE) para adquirir los activos inmobiliarios.
El Sareb gestionará inicialmente activos inmobiliarios por valor de 40.000 millones –contabilizados en las entidades por 80.000, lo que arroja un descuento del 53%–. A principios de 2013 estos activos ascenderán hasta los 55.000 millones de euros cuando se adquieran los pisos, promociones y crédito promotor de los bancos del calificados como grupo 2 por el Banco de España, aquellas que requieren ayuda pública pero está previsto que la devuelvan como Liberbank, Ceiss, BMN y Caja 3.
Romana ha desvelado que hay compromisos por parte de las entidades para financiar la venta de activos, aunque la sociedad ayudará también a los compradores a encontrar otras vías de financiación. En cualquier caso, ha incidido en que la sociedad no es un banco, por lo tanto, no aprobará operaciones de financiación y, como mucho, se limitará a alargar los plazos de determinados préstamos. Sareb tampoco participará en el fondo de vivienda social porque sus inmuebles (destinados a grandes inversores) tendrán un valor neto contable mínimo de 100.000 euros, lo que hace «bastante improbable» que entren en la categoría social, ha dicho.
Romana también ha destacado que uno de los pilares en los que se sustenta Sareb es la «transparencia», por lo que ve con buenos ojos que la sociedad tenga que «dar cuentas» al FROB, al resto de accionistas y también a los organismos nacionales e internacionales. Romana ha mostrado su confianza de que el proyecto salga adelante sin un número significativo de empleados, por lo que ha descartado la opción de que Sareb absorba parte de la plantilla de las entidades nacionalizadas.