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Los bancos prevén un fuerte impacto en la demanda de crédito por la COVID-19

Los bancos españoles prevén que en el segundo trimestre del año las solicitudes de crédito procedentes de empresas registren el mayor incremento desde que comenzó a elaborarse la Encuesta de Préstamos Bancarios del Banco de España en 2003. Así lo recoge el citado documento en su edición de abril. Y que se produzca un intenso descenso de las peticiones de fondos procedentes de las familias.

Durante el primer trimestre, la encuesta del Banco de España refleja una cierta contracción de la oferta crediticia en España. Se endurecieron los criterios de aprobación y las condiciones a un ritmo similar al del trimestre anterior en la financiación a las empresas y en los créditos a hogares para consumo y otros fines. Pero la oferta se mantuvo sin cambios apreciables en los préstamos otorgados a familias para adquisición de vivienda. En la UEM se endurecieron los criterios y condiciones en todas las modalidades y a mayor ritmo que tres meses antes.

La demanda de crédito siguió reduciéndose en España de forma generalizada. Si bien en el caso de las empresas el ritmo fue menor que tres meses antes, debido a las mayores necesidades para financiar existencias y capital circulante. En el conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM), repuntaron las solicitudes de fondos de las empresas y se desaceleraron las de los hogares.

Segundo trimestre: variaciones récord en la demanda del crédito

Estos datos muestran que la pandemia la COVID-19 ha comenzado a notarse en la actividad crediticia, aunque de forma limitada. Esto es debido a que el virus incidió solo en la parte final del trimestre. Por lo que las entidades financieras de España y el conjunto de la UEM esperan que entre abril y junio los efectos del coronavirus se reflejen de una manera mucho más evidente e intensa. Especialmente en el caso de la demanda de financiación.

En concreto, los bancos españoles y europeos anticipan un fuerte aumento de las solicitudes de préstamos procedentes de las empresas, impulsado por sus elevadas necesidades de liquidez por la caída de ingresos como consecuencia de las medidas de contención del coronavirus. De cumplirse, sería el mayor incremento de la demanda registrado en este segmento por la encuesta desde su inicio, en 2003.

Por el contrario, prevén un intenso descenso de las peticiones de fondos procedentes de los hogares. Tanto para la adquisición de vivienda como para consumo y otros fines, en un contexto de deterioro de las perspectivas económicas y de aumento de la incertidumbre. La variación también sería la máxima registrada en un trimestre desde el inicio de la encuesta o estaría próxima a la mayor caída observada, que tuvo lugar en los meses siguientes al inicio de la crisis financiera global, en septiembre de 2008.

Asimismo, tanto los bancos españoles como los de la UEM esperan relajar los criterios de concesión de los créditos a las empresas durante esos mismos meses. Que sería de mayor intensidad en España, como consecuencia de los programas de avales públicos introducidos en varios países. En financiación a los hogares, los bancos españoles no prevén cambios sustanciales en la oferta, mientras que los de la eurozona anticipan un nuevo endurecimiento.

Deterioro en las condiciones de acceso a los mercados mayoristas

La encuesta del Banco de España recoge, además, una pregunta sobre los mercados de financiación, a la que tanto las entidades españolas como las del conjunto de la UEM declararon que, durante el primer trimestre de 2020 percibieron un deterioro en las condiciones de acceso a casi todos los mercados mayoristas, que fue más acusado en los de valores de renta fija y, en el caso de la eurozona, también en los mercados monetarios.

Por su parte, las condiciones de acceso a los mercados minoristas se mantuvieron sin cambios en España y experimentaron un leve empeoramiento en la UEM, según las entidades encuestadas.

Por otro lado, respecto al programa ampliado de compra de activos del BCE, los bancos de ambas áreas señalaron que este contribuyó a un aumento de la liquidez y a una mejora de sus condiciones de financiación.

En España favoreció un aumento de la rentabilidad y de las ratios de capital de las entidades, y no tuvo impacto sobre la oferta crediticia ni sobre los volúmenes de crédito concedido. En la UEM, tuvo una repercusión ligeramente negativa sobre los niveles de rentabilidad y favoreció una ligera relajación de las condiciones y un aumento de los volúmenes de los préstamos concedidos en todos los segmentos.

Respecto al impacto del tipo de interés negativo de la facilidad de depósito del BCE, las entidades españolas declararon que, durante los últimos seis meses, la medida no afectó ni a su rentabilidad ni a sus ingresos netos por intereses, aunque las de la eurozona contestaron que contribuyó al descenso de ambos.

Para ambas áreas, la medida favoreció una disminución de los tipos de interés aplicados a los depósitos. Un aumento de los gastos distintos a los intereses. Y una disminución del volumen de fondos de las empresas captado por esta vía.

En cuanto a las condiciones aplicadas a los créditos concedidos, la medida propició un descenso de los tipos de interés de las nuevas operaciones, acompañado de un ligero descenso de los márgenes y un aumento de los volúmenes concedidos. Finalmente, la introducción del sistema de retribución por tramos de las reservas mantenidas en el banco central tuvo un impacto positivo sobre la situación financiera de las entidades, tanto en España como en el conjunto de la UEM.

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