No es lo mismo pedir una hipoteca para la que va a ser nuestra vivienda habitual, que hacerlo para la adquisición de una segunda residencia. Si tienes entre ceja y ceja comprar un apartamento en la playa o en la montaña y no tienes ahorros para costear la operación, quizá debas hipotecarte. Pero, ¿te concederá el banco una segunda hipoteca? ¿Qué factores tendrá en cuenta? Si me la conceden, ¿tendrá unas condiciones similares a la de una vivienda habitual? ¿Y si ya tengo una hipoteca para mi primera vivienda? Vamos a resolver todas estas dudas, a continuación.
¿Cómo es una hipoteca para comprar segunda residencia?
Bueno, en primer lugar veamos cómo son las hipotecas destinadas a la compra de una segunda residencia. Es cierto que sus características son bastante similares a las hipotecas para segunda vivienda, pero los requisitos para acceder a ellas suelen ser bastante más rígidos. Para empezar, los intereses son más altos. Tampoco se conceden cantidades tan elevadas como en hipotecas para primeras residencias o habituales. Esto hace que los plazos de amortización también sean más cortos.
No obstante, los bancos diferencian entre dos tipos de adquisiciones. Por un lado están las segundas viviendas vacacionales (las que usarías en verano, durante los períodos vacacionales y festivos) y, por el otro, las que adquieres como inversión. En este último caso, lo que pretende el comprador es sacarle una rentabilidad: ya sea alquilándola o vendiéndola previa reforma.
El riesgo es más elevado
Si en algún momento tienes dificultades económicas y no puedes acudir al pago de la hipoteca, tendrá prioridad el pago de la vivienda habitual frente a la segunda residencia. Por esta razón, las hipotecas de este tipo suelen tener plazos de amortización de 20 años o 25 (como mucho). Esto dependerá del banco.
Además, la financiación que te ofrezca el banco no será superior al 60 o 70 % de la tasación, en lugar del 80 % que suele proporcionarse para hipotecas de vivienda habitual. Los intereses también serán más elevados y se estudiará con lupa la solvencia del deudor. Se considerarán los ahorros y, por supuesto, sus fuentes de ingresos.
Para conseguir esa segunda hipoteca será preciso contar con unos ingresos elevados, pero también estabilidad en el empleo y la posibilidad de presentar avales. Cuanto mayores sean las garantías, más posibilidades tendrás de obtener la aprobación del banco.
¿Qué debo tener en cuenta antes de lanzarme?
Firmar una segunda hipoteca conlleva siempre unos riesgos, porque tendrás que pagar dos recibos en lugar de uno. Si tu empleo es seguro y tienes unos ingresos fijos elevados, en principio no deberías tener problemas. Pero es importante que tengas en cuenta que adquirir esa segunda vivienda (especialmente si es vacacional) no puede ser un capricho. Piensa con la cabeza si te conviene el gasto y, lógicamente, si puedes permitírtelo.
Si no consigues la concesión de una segunda hipoteca, tienes otra opción. Que es solicitar al banco una ampliación de capital de la hipoteca inicial. Asumirás un solo recibo, que será más elevado, pero podrás adquirir esa segunda residencia. Otra fórmula viable es la de rehipotecar la primera vivienda, cancelando la anterior. Lo que se hace en este caso es sustituir la antigua hipoteca por una de capital más elevado, pero suficiente para la adquisición de esa segunda vivienda.
Recuerda, además, que el importe que termines pagando por las hipotecas no debe superar un tercio de tus ingresos. De otro modo, estarás poniendo en riesgo tu economía en el corto y el largo plazo.