Se cumple una semana del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Más allá de las nefastas consecuencias humanitarias y las muestras unánimes de solidaridad con los afectados, en España todas las miradas miran a los posibles efectos que el conflicto bélico pueda tener en la economía y, en concreto, en el mercado inmobiliario de lujo. Y es que si por algo se han caracterizado los rusos ha sido por sus inversiones millonarias en nuestro país en el sector de real estate de alta gama.
En este contexto, la boutique inmobiliaria de lujo Living ofrece su análisis provisional de cómo está afectando la guerra a este segmento. Su directora, Estrella Serrano, destaca que “en estos momentos, con el espacio aéreo Rusia-Europa cerrado, es evidente que algunas operaciones se verán afectadas por estas restricciones, pero el impacto será muy moderado”. “De momento lo que sí ha ocurrido es que algunos clientes se han acercado para solicitarnos información sobre viviendas en alquiler para acoger a familiares o amigos. En cuanto a compra se refiere, no hay mayor o menor demanda que hace una semana”, afirma la experta.
Serrano pone en contexto el posible impacto de la guerra en el sector y ofrece cifras al respecto: “Si bien en Living hemos cerrado algunas compras de ciudadanos rusos, estas tienen un peso poco relevante en la compra de residencias habituales, y aún menos en segunda residencia. Los datos globales indican que, de las 565.000 viviendas vendidas en 2021, tan sólo 1.300 fueron adquiridas por ciudadanos rusos, apenas un 0,23% del mercado total. De las 61.000 viviendas compradas por extranjeros en el mismo período, los rusos sólo representan el 2,1%. Menor es todavía el peso de los ucranianos, que compraron 700 propiedades en todo el 2021”.
En cuanto a las zonas preferidas por los rusos, debe distinguirse entre primeras y segundas residencias. Para primeras viviendas el comprador ruso elige zonas premium de las grandes ciudades. Son casas y áticos de altas prestaciones. La segunda residencia adquirida por ciudadanos rusos se sitúa en las zonas de costa, como la Costa Brava o la Costa del Sol, y en Baleares. Las propiedades más cotizadas son las fincas exclusivas con vistas al mar, el atributo más valorado.
Previsiones positivas a medio plazo
La directora de Living subraya que es demasiado pronto para realizar un diagnóstico real, pues el sector inmobiliario es muy sensible a los factores del entorno económico, político, sanitario o social, y la toma de decisiones se puede paralizar o reactivar en consecuencia. “Yo siempre soy positiva. España es un lugar idílico para establecerse. Dado que el porcentaje de estos compradores es muy bajo con respecto al total del mercado, no creemos que haya impacto negativo, pues estamos en un lugar atractivo para esas personas que no están seguras en Rusia o en Ucrania y opten por establecerse aquí, donde tal vez tengan sus amigos y familiares”.
“La mayoría de las adquisiciones por parte de rusos fueron a manos de ciudadanos de poder adquisitivo medio-alto en la costa y como segunda residencia. Por tanto, el alto standing no está marcado por ciudadanos rusos. De hecho, en Living tenemos un 90% de cliente nacional, lo que nos ha permitido durante la pandemia realizar una actividad casi normal, así que por el momento no tenemos la impresión de que la actual guerra Rusia-Ucrania desplome nuestra actividad”, analiza la directora de la boutique inmobiliaria.
De hecho, en España ya hay 82.000 ciudadanos rusos residentes y otros 107.000 ucranianos, según los datos del Instituto Nacional de Estadística a cierre del 2020. “Los rusos que ya son residentes aquí y están establecidos sin vínculos de negocios con Rusia no creo que alteren su comportamiento, ya que a efectos fiscales son residentes en España y tienen sus cuentas en bancos de aquí”, indica la experta, y añade que “estos ciudadanos llegaron huyendo de la inseguridad de su país, que ahora se ha incrementado, por lo que vamos a notar un efecto llamada hacia España de aquellos que ya tengan aquí amigos o familia”.
“Eso sí, los que vengan podrán comprar mejor en el caso que tengan fondos fuera de su país y en monedas estables, como el franco suizo, el euro o el dólar, ya que el rublo ha perdido un 30% de su valor. Además, hay que tener en cuenta que el hecho de que los bancos rusos salgan del sistema swift es una enorme traba para el cierre de operaciones”, avisa Serrano.