Cerrar la terraza es una opción que se plantean muchas familias que tienen un piso en propiedad y quieren ganar un poco más de espacio. Si la terraza en cuestión es de generosas dimensiones, se pueden añadir bastantes metros cuadrados a la vivienda, para reconvertirlos en un nuevo salón, una habitación adicional o incluso un despacho para teletrabajar con vistas.
Las opciones son múltiples y variadas, pero conviene dar con la solución que más se ajuste a los gustos y necesidades de los propietarios de la vivienda. Además, hay que tener en cuenta los permisos y la legislación vigente. Pues una obra empezada sin permisos puede traernos bastantes quebraderos de cabeza y convertir el que era un proyecto ilusionante en un verdadero problema.
Por tanto, en este artículo vamos ayudarte a poner en marcha tu proyecto para cerrar la terraza. ¡Vamos a por ello!
¿Qué significa cerrar la terraza?
Cerrar la terraza consiste en crear una estructura para convertir un espacio que antes era abierto en un espacio cerrado. De este modo, se consigue una estancia más bajo cubierto, que además queda protegida del calor y del frío. De este modo, los propietarios de la vivienda pueden usar la terraza (o antigua terraza) en verano e invierno, sin importar el tiempo que haga. No hay que perder de vista que muchas terrazas quedan inutilizadas durante mucho tiempo, especialmente debido a la meteorología (demasiado frío o exceso de calor).
Qué opciones son mejores: madera, aluminio, cristal…
Los cerramientos de terraza pueden ser de distintos materiales, pero los más empleados suelen ser la madera, el aluminio y el cristal. Al realizar instalaciones acristaladas, los inquilinos pueden disfrutar igualmente de las vistas que antes les proporcionaba la terraza abierta y, por tanto, lograr una atmósfera muy agradable, especialmente en invierno. Estas estructuras acristaladas suelen tener perfiles de acero inoxidable, que son la opción más resistente, sólida y perdurable al paso de los años.
Además, estos últimos son mucho más fáciles de instalar y garantizan un correcto aislamiento. Al contrario de lo que se piensa, cerrar la terraza con cristal y hacerlo con los profesionales adecuados garantiza una aislamiento óptimo en cualquier estación del año. Además, el mantenimiento es bastante más sencillo, porque el cristal no sufre deterioros como el que puede experimentar la madera con el tiempo y las abrasiones externas.
¿Qué tipo de cerramientos existen?
Elijas la opción que elijas, verás que tu instalador de confianza puede proponerte distintos tipos de cerramientos, incluso si eliges la opción del cristal con perfiles de aluminio. Así pues, encontrarás cerramientos plegables, con hojas de cristal que se van plegando hacia uno de los lados y que ofrecen la posibilidad de abrir y cerrar la terraza cuando sea necesario; cerramientos correderos, como las clásicas ventanas de aluminio, que pueden abrirse y cerrarse hacia un lado o hacia el otro; cerramientos completos, hechos de obra y muy parecidos a la estructura de un invernadero, que en estos casos pueden ser fijos o móviles; y, por último, cortinas de cristal, que consisten en distintos paneles que pueden deslizarse por raíles y abrirse por completo. En este caso, no incluyen perfiles de aluminio.
Estos mismos cerramientos pueden hacerse con perfiles de madera combinados con cristal. Sin duda, es una opción mucho más cálida, que puede gustar a aquellos que tienen casas o pisos más rústicos o quieran darle este toque a su vivienda. En estos casos, aunque la madera está preparada y tratada para resistir en exteriores, es natural que con el paso del tiempo su aspecto quede deteriorado por los efectos del sol y del agua. Así pues, será conveniente realizar acciones de mantenimiento para recuperar el brillo y el aspecto de la madera. No es un gran inconveniente, pero hay que tenerlo en cuenta.
¿Cómo cerrar una terraza de forma económica?
Hay muchas maneras de cerrar una terraza y lo cierto es que no todas requieren obra. Es verdad que las opciones anteriormente citadas son las más sólidas, pero también las más costosas, porque exigen un proyecto y unos días de obras (aunque no demasiados). Hay otras maneras de cerrar la terraza sin obra, pero son menos duraderos en el tiempo y no ofrecen todo el confort de las primeras alternativas que te planteamos. En este caso debes saber que existen toldos y cortavientos, pérgolas y cierres de madera sencillos. También tienes paneles sandwich o de pladur, vallas e incluso setos, que pueden darle a tu terraza un toque un poco más verde. La protección contra el frío y el calor es mínima, pero puede servir si no estás dispuesto a gastar mucho dinero en el proyecto de cerrar la terraza de tu casa.
¿Cómo cerrar una terraza sin permiso?
En principio, una terraza no puede cerrarse sin permiso, pero hay que tener en cuenta todas las casuísticas. Veamos. Si tienes previsto cerrar la terraza de tu casa, lo primero que tienes que hacer es informar a la Comunidad de Vecinos. Estos deberán indicarte que si realizas cualquier modificación sobre la fachada, será imprescindible que pidas permiso. El punto entrará en el orden del día de la próxima junta de vecinos y ahí deberá aprobarse por las tres quintas partes de las cuotas de participación. Solo podrás pasar por alto del permiso de los vecinos si antes ya ha existido un vecino que ha realizado el mismo tipo de obra.
Hay otra cuestión importante: necesitas el permiso del ayuntamiento. Lo más lógico es que aportes el proyecto de cerramiento de la terraza, que deberá proporcionarte la empresa que se ocupe del mismo. Por supuesto, deberás pedir permiso y abonar la tasa que corresponda.