Cinco Días, Juande Portillo, 03 de julio – Llegó el momento de la verdad. Tras meses de preparación, esta semana se abre el plazo para presentar ofertas vinculantes sobre el primer gran paquete de activos tóxicos del banco malo. Con el conocido como Project Bull (“proyecto toro»), el equipo que preside Belén Romana quiere sentar las bases de la venta a mayoristas, la gran estrategia comercial de Sareb, y lograr un efecto reclamo a escala global. Aunque el formato ha terminado disuadiendo a algunos, un puñado de grandes fondos internacionales ultiman estos días sus ofertas sobre los activos que se adjudicarán antes de que concluya el mes.
Diseñando el FAB, un vehículo de inversión a la carta
Aunque el precio del paquete de activos que se dispone a vender Sareb es el pulso principal que mantiene la sociedad con los inversores interesados, un segundo campo de negociación es el formato final bajo el que lo adquirirán. Se contempla para ello la creación de los llamados Fondos de Activos Bancarios (FAB), un nuevo vehículo de inversión fiscalmente ventajoso para cuyo diseño definitivo Sareb ha contratado al despacho de abogados internacional Baker & McKenzie. Sus expertos se enfrenta a la forja del primer FAB con motivo del “proyecto toro”, un formato que se confía en que prevalezca para el resto de operaciones comerciales del banco malo.
Las bases del modelo ya fueron aprobadas por el Gobierno. Los FAB, al igual que otros instrumentos similares como las Sicav, tributarán al 1 % durante los 15 años de vida de Sareb y pasarán luego a pagar el impuesto de sociedades, lo que desincentiva su permanencia. Hasta entonces, el vehículo resulta especialmente atractivo para los inversores no residentes en España quienes estarán exentos de impuestos sobre los beneficios que obtengan, frente a la retención del 21 % que encaran los compradores afincados en España. Una facilidad que se contempla incluso para las inversiones que provengan de paraísos fiscales, salvedad que ya se incorporó hace años para impulsar la venta de deuda soberana española. Bajo estas premisas, los compradores podrán negociar los detalles finales del producto.
El paquete se compone de 38 inmuebles terminados y uno sin concluir, situados principalmente en zonas de costa de Andalucía y Valencia, así como en Madrid y Barcelona. Se trata de una suerte de selección gourmet de los activos traspasados a Sareb de Bankia y Catalunya Banc.
El valor estimado es de unos 200 millones de euros, si bien se prevé que el precio de venta sea algo inferior. Fuentes cercanas al proceso relatan que inicialmente se pensó en estructurar un paquete más amplio que alternara activos de gran atractivo con otros con menos posibilidades. El interés por hacer de esta una operación de referencia a futuro, sin embargo, terminó decantando por una selección premium.
Lo que no convenció tanto a los inversores es el hecho de que Sareb impusiera un modelo de concurso público en el que gana el mejor postor, lo que empuja a elevar los precios en un momento en que el valor de los inmuebles sigue cayendo. Esta vía ha decepcionado especialmente a fondos que ya trataron de comprarlos directamente a Bankia. Con todo, desde el entorno de la operación apuntan que fueron “muchos y de todo tipo los que sellaron el contrato inicial de confidencialidad lo que les permitió hacer turismo” en las tripas de Sareb sin la obligación de pujar.
Con KPMG intermediando, hubo contactos con el capital riesgo, fondos soberanos, e incluso familias saudíes, si bien para el momento de las ofertas indicativas ya algunos, como Blackstone o Drago, se habían echado atrás.
Los principales interesados que quedan, entre los que se cita a fondos como Lone Star, que ya oteó la cartera en Bankia y parte como favorito, Cerberus, Apollo, Colony, Ceterbridge o Fortress, culminan ahora la due dilligence de los activos y la visita de los inmuebles, con lo que se espera que las primeras ofertas lleguen los próximos días. A partir de ahí, Sareb valorará las pujas y decidirá a quién adjudicar el paquete, en principio, antes de finales de mes.