Nuestras casas son entornos cerrados, en los que se vive con intensidad: cocinamos, comemos, dormimos, nos bañamos, jugamos… Toda esta actividad genera una serie de olores. Nuestra misma presencia hace que el ambiente pueda cargarse en determinados momentos. ¿Te molesta que el olor de la comida permanezca durante horas en la casa? ¿Quieres echar de una vez por todas fuera los malos humos? Aquí te traemos una serie de trucos fáciles para hacer que tu casa huela siempre bien.
1. Mantén el entorno limpio
Es básico. El mero hecho de mantener la casa limpia ya contribuye a eliminar buena parte de los malos olores que en ella se generan. No hace falta que uses productos fuertes, qué va. De hecho, tienes infinidad de opciones para fabricar tus propios líquidos limpiadores, incluso con productos naturales. Organiza una rutina de limpieza, sencilla pero efectiva, que te permita mantener la raya la suciedad en las estancias que sufren un mayor desgaste y uso: el baño y la cocina. Los olores más molestos desaparecerán de raíz.
2. Usa plantas y flores frescas, secas o preservadas
Nada como las plantas aromáticas para inundar cualquier rincón de la casa de buenos olores. La lavanda, el romero o el eucalipto nos regalan fragancias limpias, que a todos nos resultan familiares y que además nos proporcionan bienestar y calma. Las flores preservadas suelen conservar sus propiedades y estructura durante muchos años y, además, siguen aportando un intenso aroma. Es el caso de la lavanda. Consulta con tu florista de referencia qué plantas puedes usar y cómo debes cuidarlas para que sigan proporcionando sus fragancias durante un tiempo.
3. Ventila todos los días (incluso varias veces)
En la era de la COVID-19 esta ya es una costumbre que hemos instaurado en nuestros hogares. Abrir las ventanas y ventilar todos los días, aunque sea diez minutos, es imprescindible para renovar el aire de la casa. Lo más recomendable es hacerlo a primera hora de la mañana, justo después de levantarnos. Además de ser una costumbre muy saludable para el bienestar de las personas que viven en la casa, hará que los malos aromas salgan por la ventana ipso facto. Repite la operación tantas veces como sea necesario: especialmente si hace buen tiempo. Los efectos son inmediatos.
4. Elige difusores o velas naturales
Los difusores de fragancias son una de las mejores soluciones que existen si lo que queremos es conseguir que la casa huela a algo determinado. Estos aparatos funcionan con agua y unas gotas de aceites esenciales. Asegúrate de que son productos buenos, para usarlos en mínimas cantidades y conseguir que duren por mucho tiempo. Otra opción son las velas. Lo mejor es adquirir velas naturales (de soja, por ejemplo), de modo que al prender la mecha, los aromas que se desprendan sean lo más naturales posible. Huye de las velas de parafina (la mayoría contienen este derivado del petróleo) y pueden ser nocivas para la salud. Cuando estas velas arden, emiten vapores de benceno y tolueno, lo que sin duda resulta muy negativo para cualquier persona que tenga problemas de alergias, asma o padezca algún tipo de sensibilidad química. Si tienes un medidor de partículas cerca, prueba a encenderlo después de prender una vela de parafina: verás lo que sucede.
5. Prueba los aceites esenciales
Te hemos hablado de los aceites esenciales para incorporar a difusores, pero hay muchas otras maneras de aprovecharse de las beneficiosas propiedades de estos productos. Ya te hemos contado que puedes elaborar tus propios líquidos limpiadores, con unas gotitas de aceites esenciales de eucalipto, limón, menta, lavanda e incluso canela, si prefieres un toque más dulzón y sofisticado. También puedes preparar un spray difusor con agua, aceite esencial, bicarbonato y zumo de limón: este preparado es perfecto para pulverizar el sofá, las cortinas o las alfombras, dejando toda tu casa con un aroma agradable y limpio que encandilará a tus visitas.
¿Te animas a probarlo?
