Todos estamos de acuerdo: es un momento complicado para pedir una hipoteca. Aunque todos coincidimos también en que no es imposible conseguirla. Por supuesto que no. Sin embargo, hay que estar muy atento al comportamiento del mercado, al contexto económico y, evidentemente, a las decisiones que se van tomando desde los organismos económicos más importantes, uno de ellos, el Banco Central Europeo (BCE), que es el que marca el ritmo de las subidas de los tipos de interés. Algo que no se frenará, por el momento, y según indican los propios expertos.
¿El objetivo? Ya sabes que las medidas que se están tomando tienen un propósito: reducir la inflación. Este contexto ha provocado que en tan solo un año, el euríbor haya salido del terreno negativo (algo que tampoco era lo más normal) y se haya incrementado hasta 3,8 puntos porcentuales, hasta febrero de 2023.
Los hipotecados a tipo variable, los más afectados
Esta situación está afectando poderosamente a los hipotecados y, de manera concreta, a los que tienen una hipoteca variable. La escalada sin freno del euríbor ha provocado un incremento más que significativo en las cuotas de aquellos hipotecados a los que tocara la revisión de las cuotas, algo que suele hacerse cada seis meses o un año en las hipotecas variables.
Así, iAhorro explica que aquellas personas que en enero de 2022 hubieran firmado un préstamo variable de 150.000 euros a 20 años con un interés de euríbor +0,99 %, habrían comenzado pagando 657,74 euros de cuota, pero con la revisión, habrían visto incrementar sus cuotas hasta los 920,11 euros. Desde el comparador afirman, además, que si el euríbor se mantuviera durante cinco años en torno al 3 %, las cuotas no bajarían de los 900 euros mensuales.
¿Qué tipo de hipoteca compensa más ahora mismo?
Pedir una hipoteca para comprar una casa es un acto complejo, para el que hay que estar debidamente informado. Esto ha sido así siempre, pero ahora que los mercados están un poco revueltos, conviene mirarlo todo un poco más con lupa. Hasta enero de 2022 las hipotecas variables eran muy atractivas. ¿La razón? El euríbor estaba en negativo. Sin embargo, convivían con estas las hipotecas fijas, que entonces se ofrecían por tipos muy bajos, en torno al 1 o al 1,5 %.
Ahora el préstamo de 150.000 euros que te mencionábamos más arriba saldría bastante caro al comprador, porque en la situación actual y con la revisión al alza del euríbor, pagaría casi 65.000 euros de intereses. En cambio, habiendo contratado una hipoteca a tipo fijo no llegaría a pagar 16.000 euros de intereses. Estaríamos hablando de un ahorro más que significativo, de casi 50.000 euros.
Sin embargo, ahora mismo ya no sale rentable contratar una hipoteca a tipo fijo. La mayor parte de préstamos hipotecarios que ofrecen los bancos están entre el 3 % y el 4 %, lo que nos da como resultado cifras muy similares a las que terminaría pagando un hipotecado a tipo variable con la revisión aplicada, pero con un ahorro de unos 15.000 euros. Y todo cuenta en estos casos, especialmente si nos podemos evitar pagar varios miles de euros más. En cualquier caso, los expertos recomiendan que si vamos a contratar a tipo fijo, el tipo de interés no supere el 3,8 %. No hay que ir más allá.
No hay fórmula mágica para la hipoteca: hay que estar pendientes
A la hora de contratar una hipoteca no hay fórmula mágica que valga, hay que estar muy atentos a lo que vaya sucediendo, especialmente si nos decantamos por una hipoteca variable. Ahora mismo es difícil encontrar hipotecas a tipo fijo que salgan más rentables, pero es posible detectar algunas opciones interesantes, que aunque nos impliquen pagar un poco más, nos dan toda la seguridad necesaria: de principio a final.
En el caso de las hipotecas variables, es fundamental estudiar con detenimiento las características y tener en cuenta que puede haber períodos en los que las cosas vayan bien y otros en los que no tanto. De ahí que sea interesante ahorrar cuando se pueda. No hay que perder de vista que durante mucho tiempo, con el euríbor en negativo, las cuotas han sido anormalmente bajas. Y de esto se han beneficiado todos los hipotecados a tipo variable.
Hay que considerar, además, las hipotecas a tipo mixto, que ofrecen un primer tramo fijo y un segundo tramo variable. Teniendo en cuenta que el contexto económico puede cambiar de manera considerable en el largo plazo, esta puede ser una buena opción para aquellos que todavía tengan una hipoteca larga por delante. De hecho, actualmente se pueden encontrar interesantes hipotecas a tipo mixto en las principales entidades.
Subrogación o novación, un salvavidas disponible para la hipoteca
La subrogación o la novación antes tenían unos costes que hacían más difícil usar estas figuras como salvavidas. Ahora es bastante más fácil, de modo que los hipotecados a tipo variable tienen la oportunidad de llevarse la hipoteca a otro banco o cancelar la anterior para pedir otra a un banco que les ofrezca unas condiciones mejores.
Es fundamental, eso sí, que con el cambio se consiga una bajada de los tipos de interés considerable. Esta debe cifrarse en al menos 20 puntos básicos. Si la encuentras, los expertos aconsejan cambiar y punto. Por tanto, si ahora te equivocas en la elección de la hipoteca o más adelante cambian las cosas y la opción elegida no te sale rentable, puedes optar sin problemas al cambio. La legislación vigente no ha determinado un número máximo de subrogaciones o novaciones, así que atento a la economía, infórmate y busca la mejor opción para tu bolsillo.