En las calles de Barcelona, uno de los elementos urbanos más icónicos y distintivos que se pueden encontrar son los pavimentos adoquinados. Estos pavimentos, conocidos localmente como panots, son mucho más que simples adoquines. Representan una parte integral de la identidad de la ciudad y cuentan una historia rica y fascinante. En este artículo, exploraremos qué es el panot de Barcelona, su historia y significado en el contexto urbano.
¿Qué es el panot de Barcelona?
Panot es un término catalán que se refiere a los adoquines o baldosas de pavimentación. Eso sí, las que se han empleado históricamente en las calles de Barcelona son un elemento característico de la arquitectura y el urbanismo de la ciudad y se encuentran en prácticamente todas las aceras, tanto en pleno corazón del Eixample como en cualquier otra calle de Sants. Pero los panots barceloneses son más que una simple solución de pavimentación: son un verdadero símbolo de la ciudad y se han convertido en una parte integral de su identidad urbana.
La historia del panot de Barcelona
No es una cuestión nimia: el panot de Barcelona tiene su historia. Y hoy vamos a contártela. Sabemos que a principios del siglo XX, Barcelona era una ciudad muy criticada por no tener virtudes urbanísticas. De hecho, buena pate de las calles no estaban pavimentadas, de ahí que llamaran despectivamente a la ciudad ‘Can Fanga’, por el el barro (fang) que se acumulaba en las aceras. El caso es que las autoridades decidieron escuchar al pueblo y poner solución a esa problemática, que mantenía la ciudad hecha un charco. Entonces se aplicó una solución para homogeneizar el pavimento de las aceras.
Se pensó en un material barato y que se produjera en la misma ciudad: el cemento hidráulico, que tanto nos recuerda a las baldosas hidráulicas típicas. El caso es que, el Ayuntamiento de Barcelona se puso manos a la obra (y nunca mejor dicho) con un concurso público en el que se buscaba un diseño especial. Corría 1906. El caso es que se presentaron distintas opciones, incluyendo círculos concéntricos, pastillas, flores e incluso una calavera. ¿Te imaginas? En cualquier caso, la ganadora del concurso fue Casa Escofet, una empresa familiar que se dedicaba a la fabricación de pavimentos y que presentó un diseño de panot con una flor (por cierto, de almendro). Este diseño se atribuye al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch. Se necesitarían alrededor de 10.000 losetas para embaldosar las aceras de toda la ciudad.
Como curiosidad: en la calle Balmes hay un punto en el que se combinan esos diseños que en su día se presentaron. Por tanto, puedes llegar a apreciar bajo tus pies las distintas propuestas que se presentaron, aunque finalmente triunfara el panot de Barcelona que hoy conocemos, con la característica flor en el centro.
Significado y simbolismo del panot de Barcelona
El panot de Barcelona es mucho más que un simple elemento de pavimentación. Tiene un profundo significado simbólico y cultural en la ciudad. Con el se han convertido en un símbolo distintivo de Barcelona y son un recordatorio constante de la rica herencia cultural y artística de la ciudad. Representan la identidad única de Barcelona y su compromiso con la belleza y el diseño en todos los aspectos de la vida urbana. Como no podía ser de otra manera, los panots (en aquél momento y siempre) se inspiran en el modernismo catalán, un movimiento artístico y arquitectónico que tuvo su impacto total en la ciudad de Barcelona a principios del siglo XX.
El nuevo panot en la Barcelona de hoy
El panot es y seguirá siendo testigo de la memoria de la ciudad de Barcelona. De hecho, se conservarán y se seguirán fabricando, pero ahora de una manera mucho más sostenible y adecuada a los tiempos que corren. Estas son las características de los panots que se están colocando ahora mismo en los tramos que se han convertido en ejes verdes o Súperilles de Barcelona. Estamos hablando de la calle Almogàvers, por ejemplo, entre las calles Badajoz y Roc Boronat, en el distrito de Sant Martí. En las Súperilles que se han habilitado anteriormente no se han podido incorporar, porque no hubo tiempo de fabricar las baldosas del nuevo panot.
Sin embargo, al reto lanzado por el Ayuntamiento de Barcelona para conseguir un panot más sostenible, se apuntaron tres grupos de empresas, con una dotación de 240.000 euros. Las características del nuevo panot de Barcelona son:
- Fabricación con material reciclado
- Más porosidad para minimizar temperaturas
- Menor ruido por impacto
- Mayor resistencia y durabilidad
Y, por supuesto, en la fabricación de los nuevos panots de Barcelona tenía que reducirse necesariamente la huella de carbono.
En cualquier caso, ahora las tres empresas participantes instalarán los panots de Barcelona en la calle Almogàvers, donde se pondrán a prueba durante 12 meses. A partir de ahí, el Ayuntamiento de Barcelona decidirá, en base a la resistencia y la durabilidad de la propuesta, qué modelos se usan para futuras licitaciones de obras en la ciudad.