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La CNMC pide unificar criterios en las normas sobre viviendas turísticas y eliminar restricciones

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado un estudio sobre la regulación de las viviendas de uso turístico en España en el que recomienda una revisión en profundidad de la normativa aprobada en los últimos años dirigida a «unificar criterios», así como eliminar restricciones.

La CNMC considera que la proliferación de normas durante los últimos años ha configurado «un marco heterogéneo y altamente restrictivo» con esta actividad. Así la principal conclusión es que muchas de las normas autonómicas y locales en España no superan el test de necesidad y proporcionalidad.

En opinión de la CNMC, «la expansión de las viviendas turísticas ha intensificado la competencia, propiciando menores precios y mayor calidad de los alojamientos turísticos» en el sector turístico.

Asimismo, considera que algunos de los efectos negativos atribuidos al crecimiento de las viviendas turísticas, como los derivados de la congestión (ruido, efectos sobre el medio ambiente), son, en realidad, consustanciales al conjunto de la actividad turística y precisan de un enfoque regulatorio global sobre el sector

Además, apunta que factores como la presión sobre los precios de la vivienda, «no cuentan con evidencia empírica robusta que respalde su magnitud».

Por otra parte considera, las molestias que se pueden producir en los edificios donde conviven residentes y viajeros deben ser abordadas de la manera más proporcionada, probablemente utilizando otro tipo de normativa, como se ha producido en otras ciudades europeas.

 

Eliminar restricciones y cargas para titulares

En consecuencia, Competencia recomienda revisar la regulación actual de las viviendas turísticas para asegurar que sea «necesaria y proporcionada» y eliminar «restricciones especialmente graves» en la regulación existente.

Entre ellas, enumera la prohibición de licencias para viviendas turísticas, la aplicación de moratorias y zonificación de ciudades, el establecimiento de cupos por zonas, la prohibición de alquilar habitaciones, la limitación de la duración de la estancia, el establecimiento de tamaños mínimos o la regulación de los precios de los alquileres.

También sugiere evitar requisitos y obligaciones que suponen una carga para los titulares de viviendas, tales como las exigencias de equipamiento y servicios mínimos (climatización, wifi, asistencia telefónica o placas distintivas), los régimenes de autorización previa o la exigencia de comunicación de precios a la Administración, «salvo que resulten indispensables y proporcionados para proteger una razón imperiosa de interés general».

 

Aportación de riqueza en los barrios

«Las viviendas turísticas contribuyen, además, a una utilización más racional de los espacios urbanos, ya que, a diferencia de otras formas de alojamiento turístico, pueden ser habitadas con carácter habitual por los residentes y arrendadas a los viajeros en los momentos de mayor demanda», señala.

Además, el informe considera que «las viviendas turísticas aportan riqueza a los ciudadanos, contribuyen a recuperar barrios tradicionalmente degradados y tienen un efecto positivo de arrastre sobre el comercio local y sobre el turismo en su conjunto».

Por todo ello la CNMC considera que la regulación de las viviendas turísticas tiene que estar motivada por «la existencia de un fallo de mercado o una razón imperiosa de interés general», y, además, debe ser proporcionada.

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