Predecir el tiempo de manera precisa es una tarea que hoy recae en equipos de meteorólogos y en tecnología avanzada. A pesar de todo, las predicciones que pueden ofrecernos abarcan, como máximo (y con suerte) unos diez días. Esa es la realidad.

Sin embargo, a lo largo de la historia, las personas han desarrollado algunos remedios caseros basados en observaciones y patrones naturales para intentar prever el clima. Especialmente en lugares eminentemente dedicados a la agricultura, en el campo y en los pueblos más rurales, donde la meteorología juega un papel determinante para el crecimiento de los cultivos.

Aunque estos métodos no son científicamente precisos, algunos creen que ofrecen pistas interesantes sobre lo que podría suceder. A continuación, te descubrimos algunos trucos de nuestros y abuelos y abuelas para predecir el tiempo.

1. Observación de los animales

En las ciudades es un poco más complejo, aunque también hay zonas en las que se manifiestan bandadas de pájaros o parques en los que el comportamiento de los animales más pequeños puede dar algunas pistas. En los pueblos rodeados de naturaleza, los abuelos y las abuelas suelen fijarse en:

Canto de los pájaros: según la tradición popular, el canto de los pájaros puede indicar cambios en el clima. Por ejemplo, se cree que si los pájaros cantan más fuerte y activamente de lo normal, puede ser un indicativo de buen tiempo.

Comportamiento de los animales: observar el comportamiento de los animales, como las hormigas o los pájaros, puede ofrecer pistas sobre las condiciones meteorológicas. Algunas personas creen que si las hormigas están más activas o si los pájaros vuelan más bajo, se acerca la lluvia.

2. Observación del cielo y las nubes

Buena parte de las predicciones de los abuelos y abuelas, especialmente de aquellos que se han dedicado a trabaja al aire libre como agricultores, están basadas en la observación.

Colores del cielo: un cielo rojo al amanecer o al atardecer podría indicar buen tiempo. Esto, en realidad, se basa en la idea de que el polvo y las partículas en el aire pueden dispersar la luz y producir colores más cálidos en ciertas condiciones atmosféricas estables.

Anillo alrededor de la luna: se dice que un anillo alrededor de la luna es un indicativo de lluvia inminente o viento, dependiendo de su diámetro. Esto puede deberse a la presencia de partículas en la atmósfera que preceden a un cambio en las condiciones climáticas.

3. Observación de plantas y árboles

Nuestros abuelos y abuelas atesoran conocimientos vastísimos sobre las plantas y lo árboles autóctonos.

Cierre de las flores: algunas plantas cierran sus flores antes de la lluvia para proteger el polen. Observar este comportamiento podría ser un indicador de lluvia próxima.

Movimiento de las hojas: Si las hojas de los árboles se doblan o mueven más de lo habitual cuando ha de llover. La Aleluya (Oxalis acetosella), cuyas flores son blancas, elevan sus hojas en forma de trébol hacia arriba cuando se avecina una tormenta. ¿Increíble, no?

4. Observación de la presión atmosférica

Estamos seguros de que alguna vez has escuchado a tus abuelos o abuelas quejarse de dolor en sus articulaciones y decir automáticamente: esto es que viene una tormenta. Pues algo de eso hay, por efecto de la presión atmosférica. Veamos:

Dolor en las articulaciones: algunas personas afirman que pueden predecir el clima a través del dolor en las articulaciones, que supuestamente aumenta antes de la lluvia. Esto podría deberse a cambios en la presión atmosférica.

Observación de los barómetros naturales: mirar la forma en que se comportan los animales o las plantas puede proporcionar información sobre cambios en la presión atmosférica, que a su vez pueden estar relacionados con cambios en el clima. También suele suceder con los niños, que notan con más intensidad los cambios de presión y están más revoltosos e inquietos de lo habitual.

• 5. Las predicciones del campo de nuestros agricultores

Nuestros agricultores han perfeccionado en muchas ocasiones su técnica para saber qué tiempo hará y lo cierto es que sus conocimientos son prácticamente ancestrales. Además, se practican algunos métodos curiosos que les permiten conocer con cierta exactitud cómo será el año meteorológico.

El calendario de la cebolla. Es un método muy popular en Cataluña. En la última noche del año es costumbre cortar una cebolla en doce trozos iguales. A cada uno se le da el nombre de un mes y se le pone un poquito de sal. Pasarán la noche fuera protegidos de las inclemencias y el rocío. El primer día del año comprobaremos qué trozos tienen agua para descubrir cuáles serán los meses más lluviosos del año y cuáles los más secos.

La prueba de Santa Lucía. Es una prueba de observación del tiempo que hacían nuestras abuelas (y siguen haciéndola) durante 12 días desde el 13 de diciembre, que es el día de Santa Lucía. Cada día representa, por orden, los meses del año siguiente. De este modo, si el día 13 llueve, significa que enero será un mes lluvioso. Si el 14 llueve un poco, será un mes húmedo. Y así sucesivamente hasta llegar al día 24, que representará diciembre.