Todos hemos oído hablar alguna vez del euríbor y de la importancia que tiene para todas aquellas personas que tienen contratada una hipoteca o un préstamo. Sin embargo, muy pocos saben qué es exactamente, cómo se calcula, por qué su valor es fluctuante y cómo se aplica en las hipotecas.
En este artículo analizaremos todas estas cuestiones y entenderemos mejor por qué se trata de un elemento tan importante.
¿Qué es el euríbor?
El euríbor, cuyo nombre proviene de las siglas en inglés European Interbank Offered Rate, que significa “tipo europeo de oferta interbancaria”, es un índice de referencia que indica el tipo de interés medio al que las entidades bancarias de la zona euro prestan dinero. Dicho de otra manera, es el coste del dinero, es decir, el precio al que los bancos europeos se prestan dinero entre ellos.
El euríbor se publica diariamente y su valor se calcula en función de la media a la que las entidades financieras europeas se prestan el dinero entre ellas durante un plazo de tiempo determinado. Este plazo puede ser de una semana, un mes, tres meses, seis meses y un año. Sin embargo, la media mensual del euríbor tanto a seis como a doce meses es la más utilizada como índice de referencia en los préstamos hipotecarios a tipo variable.
El euríbor existe desde finales del año 1998, que es cuando se introdujo el euro y, desde entonces, se considera el tipo básico de referencia, sobre todo para el cálculo de las revisiones del tipo de interés de hipotecas y préstamos a tipo variable.
¿Cómo se calcula el euríbor?
La Federación Bancaria Europea es la encargada de calcular el valor del euríbor; para ello toma como referencia los tipos de interés diarios del llamado “panel de bancos”, 19 bancos europeos que aportan los datos para el cálculo.
El cálculo del nuevo valor del euríbor se determina eliminando el 15% más alto y el 15% más bajo de los tipos de interés recogidos. Éste se publica todos los días del año a las 11:00 Hora Central Europea.
¿Cómo afecta el euríbor a mi hipoteca?
Existen tres tipos de hipotecas, en función del tipo de interés.
Hipoteca variable
- Es aquella en la que el tipo de interés aplicado se revisa según la periodicidad pactada (normalmente semestral o anualmente), y por tanto el importe de las cuotas mensuales también varía según el cálculo del nuevo tipo de interés en cada revisión. El tipo de interés a aplicar en la revisión suele ser el euríbor más un porcentaje fijo (el margen), que se pacta entre el cliente y el banco. Así, según suba o baje el euríbor en el momento de la revisión, el importe a pagar mensualmente también podrá subir o bajar.
Hipoteca fija
Es aquella en la que el tipo de interés se mantiene durante todo el plazo de la hipoteca, por lo que la cuota mensual es también siempre la misma durante toda la vida del préstamo. Así, las fluctuaciones del euríbor no afectarán al coste de este tipo de hipotecas, y siempre sabremos el importe que tenemos que pagar cada mes.
Hipoteca mixta
Es una combinación de la fija y la variable. Durante un período inicial es a tipo fijo, período que suele ser normalmente los diez primeros años, y después pasa a ser variable, con la periodicidad de revisión del tipo de interés anual o semestral según se haya acordado. En este caso, la variación del euríbor nos afectará únicamente durante el período a tipo variable.
Las hipotecas variables han sido históricamente las más demandadas en España. No obstante, actualmente existe un gran crecimiento de la demanda de hipotecas fijas, al encontrarse el euríbor en niveles excepcionalmente bajos (a -0,498%),.
En las hipotecas de interés variable si el euríbor baja, también lo harán los intereses de nuestra hipoteca y, por lo tanto, pagaremos una cuota más baja. Por el contrario, si el euríbor sube, también lo hará la cuota mensual a pagar, pudiendo representar un problema para nuestra economía y nuestro presupuesto.
El euríbor es, por tanto, un elemento importante más a tener en cuenta en el momento de analizar la hipoteca a contratar. Una compra responsable supone que hemos hecho bien las cuentas para estar seguros de que podremos hacer frente a los pagos mensuales durante toda la vida del préstamo, de ahí que tengamos que evaluar muy bien si nos resulta más conveniente una hipoteca a tipo variable, normalmente con un tipo de interés más bajo pero con más riesgo de fluctuación de dicho tipo de interés, o una hipoteca a tipo fijo, con un tipo de interés algo más elevado pero sin el riesgo de fluctuación del mismo.