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¿Quién paga las bombillas en un piso alquiler?

Una de las dudas que suelen surgir más a menudo cuando se habla de sufragar gastos en los arrendamientos es la de quién paga las reparaciones en un piso de alquiler. Y es que este suele ser un punto de fricción habitual cuyos términos deben quedar meridianamente claros. Por ejemplo, ¿sabrías decir quién debe encargarse de pagar las bombillas en un alquiler?

En este artículo vamos a dejar claro cuáles son los gastos que debemos asumir en un piso de alquiler, cómo se reparten y, en definitiva, qué obligaciones tenemos como propietarios e inquilinos. A continuación, encontrarás la respuesta a todas estas dudas y una serie de consejos para que la relación entre las partes sea óptima. Vamos allá.

¿Quién paga las bombillas en un piso alquiler?

Quién paga las bombillas en un piso de alquiler

Es muy importante que para resolver esta cuestión, acudamos a la legislación. En este caso, tenemos que consultar la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que en su artículo 21 se ocupa de determinar quién asume qué en la conservación de la vivienda y las posibles reparaciones en el piso de alquiler.

Artículo 21. Conservación de la vivienda.

  1. El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido, salvo cuando el deterioro de cuya reparación se trate sea imputable al arrendatario a tenor de lo dispuesto en los artículos 1.563 y 1.564 del Código Civil. 

Así pues, todos los gastos relativos a la conservación de la vivienda para mantenerla en perfectas condiciones de habitabilidad tendrá que asumirlos el propietario de la vivienda. Pero, ¿qué pasa con aquellas cuestiones menores? ¿En serio tengo que llamar al propietario para que venga a cambiar una bombilla que se ha fundido? 

La respuesta es no. Será el inquilino el que asuma todos aquellos gastos de mantenimiento cotidianos, que no comprometan la habitabilidad de la vivienda. Esto significa que si se funde la bombilla del baño, será el inquilino el que tendrá que ir a comprar una y remplazarla. Del mismo modo que tendrá que asumir la reparación de una persiana que se ha roto o el cambio de una lámpara de lectura que ya no funciona.

¿Quién paga las bombillas en un piso alquiler?

¿Cómo actuar a la hora de hacer reparaciones en un piso de alquiler?

Ante todo, hay que actuar teniendo en cuenta la lógica y la ética. Si se estropean bombillas en un piso de alquiler, tiene muy poco sentido que llamemos al propietario de la vivienda para indicárselo. Se trata de un problema muy cotidiano: una bombilla sale barata y podemos cambiarla nosotros mismos. Tardaremos más en comunicárselo al propietario que en bajar a la tienda a por una bombilla nueva. ¿Entonces, cuál es el ABC a la hora de gestionar las reparaciones en un piso de alquiler? Muy fácil:

1. Las pequeñas reparaciones (como cambiar bombillas) las asume el inquilino

Aquí se incluye cualquier pequeña reparación que podamos asumir y, por supuesto, todas aquella que, aunque supongan un coste un poco más elevado, las haya provocado el inquilino: bombillas fundidas, lámparas estropeadas, rotura de cristales, persianas bloqueadas, interruptores averiados…

2. Las grandes reparaciones hay que notificarlas (siempre) al propietario

Si se ha roto la caldera, la vitrocerámica ha dejado de funcionar o hay un escape de agua en la ducha es fundamental que se lo comuniques cuanto antes al propietario. Además de evitar males mayores, este podrá activar el engranaje de la reparación: mandando un técnico a la vivienda y dando parte al seguro de la vivienda.

3. Contemplarlo todo en el contrato de arrendamiento

Otra cuestión importante tiene que ver con el contrato de arrendamiento. En este deben quedar fijados todos estos avatares, de modo que quede muy claro qué hay que hacer en cada momento y quién asume cada reparación en la vivienda. Os evitaréis muchos quebraderos de cabeza siendo previsores en este sentido.

4. Mantener una comunicación viva y fluida

En el momento de formalizar el contrato, un paso clave es el de proporcionaros el teléfono. El inquilino tiene que tener un contacto de referencia (ya sea el propietario o la agencia que gestiona el alquiler) para poder comunicar cualquier incidencia o contratiempo, como una inundación repentina o una pérdida de llaves. Manteneros en contacto os ayudará a disfrutar de una relación fluida y transparente, que beneficiará a ambas partes.

5. Contar con un seguro del inquilino

Si el propietario tiene un piso alquilado, lo más normal es que tenga un seguro para hacer frente a los problemas que puedan surgir. Si eres inquilino, tampoco estaría de más que contaras con un seguro del alquiler. Porque de este modo te evitarás tener que asumir determinados gastos, como por ejemplo la reparación de un electrodoméstico que has comprado tú o hacer uso del servicio de manitas que habitualmente viene incluido para resolver cualquier problema cotidiano lo antes posible.

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