Los meses de primavera y verano suelen ser el mejor momento para realizar trabajos en viviendas e inmuebles para conseguir el certificado de eficiencia energética. Hace buen tiempo y parece que todo resulta más fácil que en invierno, cuando es preciso tener las ventanas cerradas y evitar el despilfarro de calefacción al máximo. Y nos conviene. España es un país que, pese a ser un referente en muchas cosas, todavía está a la cola de la eficiencia de su parque residencial.
Según datos de la tasadora UVE Valoraciones, solo un 3,6 % de las viviendas en España (alrededor de 950.000) son eficientes energéticamente. Son todos aquellos que han sido construidos a partir del año 2010, porque fue entonces cuando se empezó a aplicar el Código Técnico de la Edificación de 2006, que obliga a los constructores a emplear aislamiento. Y aunque desde 1979 se recomendaba emplearlo, muchas de las viviendas construidas hasta entonces carecen de buenos sistemas que garanticen la eficiencia.
Una buena manera de saber en qué estadio de la eficiencia se encuentra nuestro edificio es consultando la web de Edificios Eficientes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Aquí puedes consultar cualquier dirección exacta sobre el terreno y comprobar qué etiqueta estimada u oficial tiene un edificio en concreto. A partir de ahí, podrás ponerte en marcha para realizar reformas de eficiencia energética que te permitan obtener una etiqueta verde y avanzar en tu objetivo de hacer tu casa un inmueble que contribuya positivamente al medioambiente. Podemos llegar a conseguir hasta un 20 % de ahorro en el gasto doméstico.
Reformas para ganar eficiencia energética
Sin duda, optar por una reforma integral permite hacer la vivienda más eficiente y confortable. Pero los precios de este tipo de obras oscilan entre los 30.000 y 40.000 euros de media en un piso de 100m2. No obstante, aunque la reforma integral puede suponer un coste elevado, si podemos acometer pequeñas obras para conseguir un ahorro energético de hasta el 50%. Logrando, al mismo tiempo, que resulten beneficiosas para el medio ambiente. Entre las más destacadas, la división Green de UCI apunta las siguientes:
Sistema de calefacción con energías renovables
Sustituir los antiguos sistemas de calefacción de carbón o gasoil por uno de gas o bomba de calor (aerotermia) es imprescindible para mejorar la eficiencia energética de la vivienda. El nuevo Código Técnico de la Edificación impulsa el uso de energías renovables en las viviendas como sustitución de calderas.
Los sistemas de aerotermia o bombas de calor estarán en pleno desarrollo en los próximos años y permitirán ahorrar hasta un 35% en las facturas energéticas. O hasta un 70% en el caso de hipotéticas subidas del gasóleo. También existen alternativas más eficientes, como instalar el suelo radiante. Además, emplear domótica con termostatos inteligentes puede permitir ahorros en la factura de hasta un 30%.
Sellado de puertas y ventanas para incrementar la eficiencia energética
La mayor parte de las filtraciones de frío y calor se producen en los cierres de puertas y ventanas. La instalación de ventanas con rotura de puente térmico supone un coste de alrededor de alrededor de 700 euros por ventana y evitan hasta un 30% de pérdida de calor. Además, los cristales dobles permiten aislar tanto de la temperatura como de la contaminación acústica del exterior.
Iluminación eficiente para el hogar
Sustituir la instalación eléctrica por una más moderna puede suponer en torno a 2.000 o 3.000€ en un piso de 100 metros cuadrados. Obviamente, una vez sustituida es muy recomendable utilizar bombillas LED.
Ahorrar agua para dejar de despilfarrar recursos
Instalar reductores de caudal y sustituir los grifos de frío y calor por monomandos puede suponer un coste de entre 30 y 200€ si elegimos grifos con termostato. No será muy costoso y será un primer paso para aumentar la eficiencia de la vivienda y ahorrar agua, especialmente ahora que es tan necesaria por la sequía.
Invertir en aislamiento térmico para ganar eficiencia energética
Esta reforma podría incluirse dentro de las clasificadas como integrales, pero es una de las grandes mejoras de eficiencia energética en una vivienda, con un coste estimado de entre 2.000 y 3.000 euros.
Instalar suelos de madera y colocar una base de aislante térmico es la mejor solución para aislar el suelo. En el caso de paredes y techos, una solución rápida y asequible puede ser el empleo de pinturas térmicas, que podrían mejorar el aislamiento hasta en un 25%.
Energías renovables para una vivienda más eficiente
Para hacer aún más eficiente la vivienda es recomendable utilizar energías renovables. En concreto, la opción más habitual son las placas fotovoltaicas.
Renovar aparatos eléctricos y electrodomésticos
La sustitución de electrodomésticos por aparatos de bajo consumo y eficientes es una de las renovaciones más sencillas y que supone un gran beneficio para el ahorro doméstico y el medio ambiente. Pasar de una etiqueta “D” a una A+++ supone un 25% menos de consumo.
Acometer alguna o varias de estas reformas contribuirá al ahorro doméstico y beneficiará también al medio ambiente. De hecho, los expertos calculan que aproximadamente 26 millones de viviendas pierden cada año más de 12.000 millones de euros en un derroche energético que podría evitarse con soluciones de rehabilitación energética adecuadas.